martes, 18 de febrero de 2014

Fin de campaña

Ya estamos en España y la campaña a concluido para nosotros.

Ayer tomamos el vuelo entre Punta Arenas y Santiago de Chile al mediodía, tras despedirnos por la mañana de la dotación de la Base Gabriel de Castilla que iniciaban también su regreso a España vía Argentina. En el aeropuerto coincidimos con Amós y Marta, dos científicos con quienes estuvimos en la base Gabriel de Castilla, con quienes viajaríamos de regreso a España.

Una repentina tormenta nos despide de Punta Arenas

Aterrizando en un soleado día de verano en Santiago de Chile, al pie de la cordillera andina

El vuelo fue sin novedad sobrevolando los Andes, aunque no teníamos asientos que nos permitieran disfrutar del espectáculo. Luego, en Santiago de Chile tomamos el vuelo de Santiago a Madrid, tras pasar una hora de espera en el aeropuerto. El vuelo empezó con muchas turbulencias por el paso de los Andes, donde había unas terribles tormentas eléctricas que iluminaban el interior del avión con cada relámpago. En varias ocasiones el avión tuvo que cambiar el rumbo para ir sorteando estos núcleos tormentosos... pero nada que no impidiera que no disfrutáramos de un par de películas y de la cena a bordo antes de dormirnos, ya sobrevolando Brasil.

Esta mañana hemos despertado sobre el océano Atlántico, a la altura del archipiélago de Cabo Verde. Finalmente, a las 14:10h, con algo menos de una hora de retraso, aterrizamos en el aeropuerto de Madrid-Barajas, dando, ahora si, por finalizada la campaña antártica.

La costa portuguesa marca el final de nuestro camino de regreso a casa

Ahora ya sólo queda resolver las cuestiones burocráticas y empezar el análisis de los datos en los ratos que nuestras labores docentes nos permiten. Dentro de algunos días, cuando hayamos recuperado el sueño por el desfase horario y el cansancio de la campaña, reflexionaremos sobre cómo ha sido la campaña, los objetivos que hemos cumplido y los que no, y miraremos al futuro de nuestra investigación y nuestros proyectos.

Aquí acaba la campaña antártica 2013-2014 del grupo de estudio de suelos congelados de la Universidad de Alcalá.

domingo, 16 de febrero de 2014

Días de descanso

Punta Arenas, Chile. 16 de Febrero de 2014

Tras llegar el viernes a Punta Arenas, hemos pasado el fin de semana paseando por la ciudad para estirar las piernas y acostumbrarnos de nuevo a la civilización. Parece que un mes es poco tiempo, pero la desconexión, el entorno, y el estar completamente enfocados en el trabajo hace que cosas tan comunes como ver el periódico del día o esperar un semáforo, sean una cosa un poco extraña.

Monumento a Magallanes en la plaza principal de Punta Arenas

Como la ciudad es pequeña, aunque vamos paseando en grupos o individualmente, acabamos cruzándonos unos con otros (incluso con investigadores de otros países con los que hemos coincidido en el buque estos días atrás), y aprovechamos para tomarnos unas cervezas acá y allá, o comer juntos. Aprovechamos también estos días de tranquilidad para revisar cómo fue la campaña y empezar a escribir los informes finales que debemos entregar al Ministerio en pocas semanas, comentando cómo fue la campaña, el desarrollo de nuestro trabajo, los problemas y las propuestas de mejorar para las siguientes.

En fin, poco que contar de estos días de descanso en Punta Arenas.

viernes, 14 de febrero de 2014

Punta Arenas

Punta Arenas, Chile. 14 de Febrero de 2014

Ya estamos en Chile. Esta mañana hemos amanecido en el Canal de Magallanes donde entramos de madrugada tras un pequeño paso por el océano Pacifico donde el barco se movió algo más, pero nada que no permitiera que nos volviéramos a dormir inmediatamente.
Tras disfrutar de las vistas sobre el monte Sarmiento de la Cordillera Darwin, entramos en un banco de bruma que hizo que acabáramos todos reunidos en la cámara de oficiales para pasar juntos charlando las últimas horas de navegación antes de fondear en el arsenal militar de Punta Arenas a mediodía. Finalmente, a las 13:30 estábamos atracados en el muelle y desembarcamos. Nos estaban esperando unas furgonetas para llevarnos a nuestro hotel, así que llegamos rápido y aprovechamos para darnos una ducha y dormir un poco (una cabezadita nada más), antes de salir a cenar juntos.

Vistas del Monte Sarmiento mientras navegamos por el Canal de Magallanes

Vistas de Punta Arenas desde el Buque Aquiles al final de nuestra navegación

Al final la cosa se complicó y tuvimos que repartirnos porque un grupo tan numeroso es dificil de ubicar en cualquier restaurante. Además, hoy era día de San Valentín, por lo que estaba todo lleno de parejas celebrando tan señalado día... Nosotros acabamos tomando unas cervezas y unos pisco souer en algunos bares locales para celebrar el final de nuestra campaña antártica. Atrás quedaron la tensión, los problemas, pero también los buenos ratos y los colegas de la base Juan Carlos I, quienes aún tienen una semana de campaña y algunos días más antes de llegar a sus casas.
Monumento de Punta Arenas a los primeros colonizadores de esta región

Así que ya casi podemos dar por finalizada la campaña. Además hemos llegado a tiempo a Punta Arenas para nuestro vuelo a España. Por lo que qué mejor que celebrarlo y brindar por la campaña y por quienes nos habéis seguido a través del blog.
Miguel Ángel de Pablo

jueves, 13 de febrero de 2014

Tierra!

Canal del Beagle, a bordo del Buque Aquiles. 13 de Febrero de 2014.

Por fin tierra. Despertar a las 6 de la mañana para ver el Cabo de Hornos y no ver más que bruma después de una noche un poco movida, no ayuda a sentir que el viaje acaba. Pero pocas horas después, ya se veía tierra. Las primeras islas que configuran el Canal de Beagle en Tierra del Fuego nos alegró a todos. No sólo porque significa que se aproxima el fin de la navegación, y de la campaña, sino porque se alegra la vista, especialmente los colores verdes de los árboles nos chocan a todos después de un mes donde las paletas de blanco, gris, y azul eran todo lo que había en los paisajes antárticos. Así que ver árboles no deja de llamarnos la atención como a niños que descubren algo nuevo.
Por fin el canal de Beagle

Así que ya con las aguas calmadas gracias a la protección de los canales, todo el barco se llena de gente de acá para allá. Muchos de los que dormían por cansancio o por mareo ya están en cubierta. Muchos también ya vestidos de paisano, con ropa de calle, sin grandes abrigos, ni forros polares, guantes, o botas. Parece que mucho están deseando tocar tierra y el vestirse sin ropas de abrigo les hace sentirse más cerca de casa.
Un viejo pecio en el canal marca la cercanía a Puerto William, nuestra siguiente parada.

A mediodía llegamos a Puerto Williams, donde fondeamos y a los españoles nos hacen los trámites de entrada en Chile sellándonos la policía nuestros pasaportes. Después desembarcamos para estirar las piernas un poco y ayudar a Chema (un científico de la Universidad Complutense), a llevar sus cosas a una casa de la Universidad de Magallanes, donde vendrá a trabajar en unos días pues él continúa su campaña en estas latitudes subantárticas. Juanjo y Miguel Ángel le acompañamos porque hemos estado planteando ampliar nuestra zona de estudio a este lugar, con el fin de tener un punto de control fuera del continente antártico. Después paseamos por las calles donde nos encontramos con el resto de la expedición española que nos habían comprado una rica empanada para comer.

Nos despedimos de Puerto William y continuamos nuestra navegación

De vuelta al barco (y de comer), salimos de nuevo hacia el canal del Beagle para poner rumbo, ahora ya si, hacia Punta Arenas en el último día de navegación. Pero este día nos guardaba un bonito espectáculo. Al final de la tarde, tras navegar frente a la ciudad de Ushuaia donde otras campañas hemos pasado algunos días, llegamos a la zona de los ventisqueros. En el viaje de ida a la Antártida pasamos también por aquí, pero no era un día muy soleado y además llegamos al final del día, por lo que apenas pudimos disfrutar del espectáculo. En cambio, hoy el día es soleado y estamos todos en las distintas cubiertas del barco disfrutando de un espectáculo de la naturaleza como son los glaciares que literalmente escurren por las laderas de las montañas hacia el canal. Ventisquero Holanda, Italia, Francia, España,.. a cual más bonito.. y con la luz del atardecer, el contraste con el verde de los árboles, el azul del cielo y el mar, el espectáculo era increíble. Todo el mundo con sus cámaras de fotos intentando captar este o aquel rincón de los ventisqueros, los cambios de color, de luz... Sin duda un espectáculo increíble al que puso fin la luna llena sobre la Cordillera Darwin. Sin duda un espectáculo final para este viaje.

Uno de los ventisqueros que vierten sus hielos al Canal de Beagle

Lenguas glaciares descendiendo desde las cumbres de Cordillera Darwin

Los ventisqueros también reflejan el calentamiento global

Otro de los ventisqueros, a la luz del atardecer

Y la luna cierra el espectáculo glaciar al final del Canal de Beagle

Último atardecer en nuestra navegación por los canales patagónicos

Miguel Ángel de Pablo

miércoles, 12 de febrero de 2014

El Mar de Hoces

Mar de Hoces a bordel del buque Aquiles. 12 de Febrero de 2014

Hoy hay poco que contar... charlas, risas, anécdotas, cabezadas... El día es tranquilo, el mar no nos trata mal aunque tenemos marejada, así que pasamos el rato entre el salón de oficiales del buque, el comedor, el banco de toldilla, y la litera... Casi, casi, la vida del bebe (comer y dormir).

Un más o menos tranquilo mar de Hoces. Ya hemos dejado atrás la Antártida.

Nos cuentan que puede que esta noche y mañana por la mañana se mueva más, pero de momento no hay más que un desaparecido entre los españoles por cuestiones del mareo. Así que no es un mal paso por el Mar de Hoces. El pirata Drake no se está dejando ver...

Mañana llegaremos ya a Suramérica. Está previsto pasar a la altura del Cabo de Hornos a las 6:00 de la madrugada, y llegar a Puerto Williams a las 14:00 horas. Así que habrá que madrugar para disfrutar de los canales.
Miguel Ángel de Pablo

martes, 11 de febrero de 2014

Salimos al Drake

Estrecho de Nelson, a bordo del Buque Aquiles. 11 de Febrero de 2014

Hoy hemos iniciado realmente la salida de la Antártida. Ayer llegamos por la tarde a Bahía Fildes, en la isla Rey Jorge, donde fondeamos. El buque comenzó las operaciones de carga/descarga de personal y material hasta altas horas de la noche. Pero esta mañana ha continuado hasta mediodía. Los españoles no éramos los únicos que finalizábamos nuestra campaña, sino que investigadores de Chile, Perú, Colombia, Polonia, y otras muchas nacionalidades hemos embarcado para viaja hacia Punta Arenas.
Por la mañana, mientras esperábamos a que acabaran las operaciones de carga, pudimos disfrutar de un mar tranquilo y del paseo de una ballena (que pasó incluso por debajo del buque) bajo un cielo encapotado pero luminoso. Unas vistas espetaculares para el último día en la Antártida.

Una ballena juguetea toda la mañana por las tranquilas aguas de la bahía Fildes.

Un día soleado y tranquilo nos despide de la Antártida

A las 14:00 el buque levó anclas e iniciamos el camino de salida de Antártida: el paso del Drake. Nos han dicho que no va a ser malo, pero que se moverá algo... lo que uno nunca sabe como interpretar... pero esperemos lo peor, para que no nos pille por sorpresa. Mientras tanto, vamos disfrutando de la navegación por las islas antes de salir a Mar de Hoces y enfrentarnos al Drake. Mientras disfrutamos de las vistas, charlamos con nuestros colegas, repasamos nuestras campañas, los incidentes, las anécdotas... y sobre todo.. dormimos a todas horas. Y cualquier excusa es buena para dar una cabezada. Parece que no, pero ahora ya nos vamos relajando y en cansancio empieza a dejarse notar.

A última hora de la tarde salimos por el paso de Nelson hacia el Drake. De momento no se mueve, así que aprovechamos que podemos salir a cubierta para despedirnos de la Antártida y sus hielo.

Cruzamos el paso de Nelson rumbo al Mar de Hoces en demanda de Punta Arenas

Miguel Ángel de Pablo

lunes, 10 de febrero de 2014

Iniciamos el regreso

Bahía Fildes, Isla Rey Jorge. 10 de Febrero de 2014

Hoy hemos iniciado nuestro regreso a España. Nos llevará días, pero este el el inicio.

Hemos empezado el día muy temprano, ya que teníamos que tener todo listo para esperar el helicóptero de la Fuerza Aérea Chilena que nos vendría a recoger para llevarnos a bordo del buque Aquiles (de la Armada Chilena). Así que a esa hora ya estábamos desayunados, con las camas libres, las maletas en la puerta del comedor de la base, y ya pertrechados para la salida. Pero en Decepción no habían acabado las tareas de cierre de base, así que fueron retrasando nuestra recogida hasta que finalmente a las 10:30 nos movimos hacia la explanada situada en la parte posterior de la base, para esperar el aterrizaje del helicóptero que, además debería traer algo de víveres de la Base Española Gabriel de Castilla, y sacar junto con nosotros a Jorge, el capataz de los operarios de la obra de la base con quienes hemos compartido estos días en Juan Carlos I. Y es que la ventisca de ayer le jugó una mala pasada y una ráfaga de viento lo tiró al suelo causándose un esquince.
Esperábamos uno de los helicópteros grandes que habíamos visto por estas latitudes en otras campañas, pero lo que apareció fue uno un poco más pequeño que sólo podía sacarnos de 2 en 2, así que en tres viajes fuimos saliendo con nuestros equipajes de la península Hurd rumbo al Aquiles. El trayecto nos supo muy poco a todos, pero fue espectacular, saliendo por encima de la base y recorriendo la Bahía Sur desde un punto de vista un poco más alto del que solemos, para dirigirnos luego a alta mar, donde pudimos ver a lo lejos el Aquiles en su trayecto hacia la Isla Rey Jorge. En apenas unos minutos nos posamos sobre su cubierta, de forma limpia y seca! y, sobre todo, espectacular, y sin ponernos un "teletubie"!

Asun (una científica) y Juanjo embarcando en el helicóptero para salir de la base

Miguel Ángel disfrutando del vuelo en helicóptero

A punto de posarnos en la cubierta de vuelo del Buque Aquiles en alta mar

Ya en el Aquiles fuimos ubicados en un camarote junto con Chema, un científico con el que compartimos viaje de bajada en el Aquiles, y estancia en la base Juan Carlos I. Jorge también estaba en nuestro camarote, pero de momento se queda en la enfermería del barco donde le tratarán su lesión. Una vez dejado el equipaje, salimos a encontrarnos con nuestros colegas de la base Gabriel de Castilla, que cerro finalmente esta mañana. Así que dotación y científicos nos recibieron de nuevo y con quienes compartimos nuestras experiencias en las distintas bases. Fue un día de charlas, risas, anécdotas y de dormir. Ya sin nada mejor que hacer, el pasarse horas sentados en los sofás de la cámara de oficiales, en el banco de la toldilla del barco, o dormitando en la litera de nuestros camarotes comenzó a ser rutina.

Por la tarde, el comandante del barco nos reunió a todos los pasajeros para comentarnos las normas de seguridad, y la agenda del barco. Y para nuestra sorpresa, llegaríamos a tiempo! El plan es llegar a Punta Arenas la noche del 14 o la mañana del 15... a tiempo de sobra para nuestro vuelo a España. Ya con esta información confirmada, nos tranquilizamos, y disfrutamos de la travesía hacia la isla Rey Jorge, donde fondeamos al final de la tarde de un día soleado que nos despide de la Antártida.

Vistas de los glaciares de la isla Livingston de camino hacia la Isla Rey Jorge
Miguel Ángel de Pablo

domingo, 9 de febrero de 2014

Domingo de recogida

Base Juan Carlos I, 9 de Febrero de 2014

Tras la ventisca de ayer, hoy a amanecido todo blanco, pero con un sol más o menos radiante (a ratos, ya se sabe lo que pasa en estas latitudes). Así que con el trabajo hecho, dedicamos el día a recoger y empaquetar nuestro material para su regreso a España, a la vez que a arreglar nuestro equipaje una última vez.
Aprovechamos las últimas horas para charlar con todos un poco más distendidamente, ahora que ya no vamos con prisas ni tenemos en mente ningún asunto pendiente que resolver. Hemos hecho todo lo que se ha podido, lo que nos han dejado, y lo que el clima ha permitido. Así que aunque con muchas cosas se han quedado sin hacer, nos vamos tranquilos porque lo que estaba en nuestras manos se ha llevado a cabo.

Vistas de la base completamente nevada tras la ventisca del día anterior

Al final de la tarde tenemos nuevas noticias sobre el buque Aquiles, que será el que nos saque de zona Antártica. A las 18:45 estaba entrando en Puerto Foster (Isla Decepción)  por los Fuelles de Neptuno, por lo que esperábamos que tal vez mañana por la noche pudieran pasar a recogernos... Seguimos con la incertidumbre de si llegaremos al vuelo del día 17, pero por lo menos ya "vemos" más cerca nuestra salida de la Antártida. Todas estas dudas se solventaron tras la cena, cuando el jefe de base (Jordi Felipe), nos comentó que el buque había confirmado nuestra salida el día siguiente a primera hora de la mañana (a eso de las 8:30h)... ¡en helicóptero! Así que los cuatro científicos que salíamos al día siguiente empezamos a relajarnos, porque ya teníamos confirmada la salida, sólo un día después del inicialmente programado hacía meses en Madrid. Y encima en helicóptero, algo que ninguno de nosotros había hecho antes, y menos en estas latitudes.

Y así de contentos nos fuimos a acostar, no sin antes de disfrutar de un cielo estrellado con su Cruz del sur, y una fantástica luna (casi llena) que nos brindó esta última noche antártica.

La luna despide nuestra estancia en la Antártida

Miguel Ángel de Pablo

sábado, 8 de febrero de 2014

Un sábado de ventisca



BAE Juan Carlos I. 8 de Febrero de 2014.
Ayer ya apuntaba maneras, pero nos hemos levantado con una tremenda ventisca y los partes meteorológicos predecían un aumento importante del viento a lo largo del día. Y no ha sido de otra manera. Toda la mañana ha estado soplando un fuerte viento muy racheado que no hacía sino levantar la nieve que había caído el día anterior y traer nieve del glaciar, y levantar un tremendo oleaje en la bahía.
La vestisca comienza no siendo muy fuerte, pero poco a poco va empeorando
Con estas condiciones hemos pasado el día en la base. Pretendíamos desplazarnos hasta la zona de la base búlgara para llevar a nuestras colegas portuguesas la cadena de sensores que sacamos del sondeo un par de días atrás (ya que se reparará en Portugal), y para aprovechar para ayudarlas con el mantenimiento de sus estaciones. Pero con estas condiciones climáticas ha sido imposible. Meterse en una embarcación neumática en estas condiciones es un suicidio, e intentarlo por el glaciar en moto de nieve otro. Así que la mañana la aprovechamos para acabar de empaquetar el material científico y hacer nuestras maletas, pues en uno o dos días, si el tiempo lo permite, el buque Aquiles pasará de nuevo por aquí para recogernos y llevarnos de regreso a Punta Arenas.
Pero las previsiones meteorológicas no son nada buenas, así que ahora empieza a planear por la cabeza de todos las complicaciones… que no se pueda cerrar la Base Gabriel de Castilla en isla Decepción, que eso retrase nuestra recogida en la Base Juan Carlos I, y que eso haga que la llegada a Punta Arenas, prevista para el sábado, también se retrase… Nuestros billetes de vuelta a España son para el 17, así que esperamos que no haya demasiado retraso, pues estaríamos en un verdadero aprieto si perdemos el vuelo.
Pero salvo este pensamiento que nos ronda a muchos por la cabeza, por lo demás no podemos hacer más que esperar en la base, charlando (puesto que ya hemos acabado nuestro trabajo) leyendo, viendo películas… De hecho, hoy se ha estrenado en la Antártida el documental “Los recuerdos de hielo” (del que os hablamos hace unos meses), que vemos todos reunidos en el comedor de la base.
El día acaba con una ventisca mucho más fuerte de cómo ha empezado esta mañana. Si hoy hemos estado sin agua corriente porque todas las tuberías estaban completamente congeladas, mañana puede ser peor. Durante el día hemos alcanzado los -4ºC, y un viento de más de 40 nudos, lo que viene a ser unos -22ºC de sensación térmica...  Pero es que el viento metía la nieve dentro de los módulos por la más mínima rendija... Lo que no dejaba de ser espectacular. En fín, un día de semidescanso, con las incomodidades de la ventisca (hay que pertrecharse como para atravesar un glaciar cuando uno sólo quiere ir del comedor a su módulo de dormitorio...), pero también con su espectacularidad.

Apenas si se podía andar en el exterior de la base debido a las fuertes rachas de viento y nieve
Así que al final del día, nos vamos a acostar mientras el viento resopla sin parar en una fuerte ventisca. Esperemos que mañana mejore un poco.
Miguel Ángel de Pablo

viernes, 7 de febrero de 2014

Cerrando el sondeo y una nueva instalación



BAE Juan Carlos I. 7 de Febrero de 2014.
Hoy era el día de cerrar el sondeo del Monte Reina Sofía. Así que junto con Eva, la doctora de la base, Juanjo y Miguel Ángel nos dirigimos de nuevo al Sofía para introducir la nueva cadena de sensores en el sondeo, asegurar la estación con el resto de instrumentos y sellar y fijar todo de forma definitiva para una nueva invernada. Como solíamos decir en años anteriores… ¡un éxito para el permafrost!
 Introduciendo los nuevos sensores en el sondeo de 25 metros. Tendremos nuevos datos tras dos años
Por la tarde, tras obtener el permiso por parte del Comité Polar Español y el Programa Polar, Miguel Ángel procedió a realizar la instalación de una nueva estación de monitorización. Ésta debería haber sido instalada en Byers, pero la suspensión de esta fase de la campaña ha hecho necesario instalarlo en península Hurd, en las proximidades de la BAE Juan Carlos I.
Esta nueva instalación tiene una particularidad muy interesante, ha sido desarrollada mediante hardware libre (arduino) y diseñada y preparado por Miguel Ángel (con la ayuda de su padre) sin ningún tipo de financiación del proyecto. En otra ocasión hablaremos con más detalle de este nuevo diseño, pero esperamos que sea el inicio de una nueva forma de automatizar las estaciones, minimizar las necesidades de mantenimiento y simplificar toda nuestra instrumentación.
 Miguel Ángel con la nueva estación que él mismo a desarrollado
Al final de la tarde ya estaba todo instalado, así que ya en la base aprovechamos las horas antes de la cena para empaquetar todo nuestra instrumentación y material para dejarlo listo para su regreso a España.
Miguel Ángel de Pablo

jueves, 6 de febrero de 2014

El desastre y su solución



BAE Juan Carlos I. 6 de Febrero de 2014.
Hoy ha sido el día. Por la mañana hemos iniciado nuestro ascenso al monte Reina Sofía con el apoyo de Iñaki, el técnico de montaña experto en el usar la sonda de vapor que tantos problemas nos ha resuelto en campañas anteriores salvando alguno de nuestros sondeos inundados de hielo.
Y es que la tarea de hoy era resolver esta cuestión. Nada más llegar abrimos el sondeo que estaba completamente congelado, lo que tal vez (y sólo tal vez) podría ser la causa de nuestros problemas. Así que rápidamente Iñaki se puso manos a la obra para ir calentando con vapor el hielo y ver si era posible sacar la sonda. Y la tarea fue lenta, muy lenta… y muy fría. Hacía un frío terrible. Así que aprovechábamos el vapor que salía del sondeo para calentarnos las manos un poco.
 Estado de la boca del sondeo de 25 metro, lleno de hielo
Mientras nosotros hacíamos esto, en el monte Reina Sofía coincidimos con nuestras colegas portuguesas que estaban instalando una cámara fotográfica automática gracias al apoyo de los técnicos de la base búlgara. Así que con tanta gente en la cima (también estaba la doctora de nuestra base dándonos apoyo), estuvo entretenida la tarea, pero el problema es que no conseguimos fundir más de 28 centímetros en toda la mañana porque la sonda de vapor no conseguía penetrar más debido a su anchura, al grosor del cable de la sonda térmica, y a la estrechez del tubo. Así que ya desesperados bajamos a la base con la idea de Iñaki de construir una sonda de vapor nueva más estrecha que pudiera entrar más profundo.
Por la tarde, nada más comer, Iñaki y Vila (el técnico mecánico de la base) se pudo manos a la obra, y a eso de las 5 de la tarde ya estaba lista la nueva sonda. Así que iniciamos de nuevo el camino de ascenso al Reina Sofía con la esperanza de poder sacar, ahora sí, los sensores del sondeo… Pero el viento y una fuerte nevada nos recibió en la cima. Pero era más de solucionar el problema que el frío, así que Juanjo, Iñaki y Miguel Ángel nos pusimos manos a la obra… y voilá! En apenas unos minutos conseguimos fundir 70 cm y finalmente ¡¡¡sacar la sonda térmica!!! Tras comprobar que el sondeo estaba totalmente seco, y que sólo era un tapón, procedimos a sellarlo para que quedara, ahora sí, completamente estanco. La pena es que la sonda seguía sin funcionar, por lo que el problema no se podría resolver completamente. Pero al menos (y esto es el éxito fundamental), salvamos el sondeo, el más importante de cuantos hay en Antártida para estudiar permafrost, y que se perforó en el año 2008 con los esfuerzos (de energía y económicos) de varios países. Así que con esto no pudimos sino celebrar el enorme éxito.
 Iñaki y Juanjo, posando con la nueva sonda de vapor y con la recién recuperada sonda de temperatura
De vuelta a la base, diseñamos y preparamos todo para introducir varios sensores al día siguiente, y sellar por este año el sondeo. Así que hoy nos acostamos con la tranquilidad de haber resuelto un problema que tuvimos que dejar pendiente el año pasado, y de haber salvado el experimento más importante de nuestro proyecto en la Antártida.
Miguel Ángel de Pablo