martes, 17 de febrero de 2015

Hasta pronto Antártida

Madrid, España, 17 de Febrero de 2015

Después de dos meses de duro trabajo, buenos amigos y experiencias inolvidables, emprendemos nuestro último viaje de la campaña, pero esta vez de regreso a casa.

Nuestro balance de la campaña 2014-2015 ha sido gratamente positivo y nos gustaría remarcar lo especial que ha sido cada parada de nuestro viaje para nosotros:

Las idas y vueltas en el Hespérides fueron interminables en ocasiones, mareos y bandazos de las olas del Drake, pero la tripulación y los magníficos paisajes antárticos y argentinos han hecho de nuestra estancia en este barco, algo que recordar y agradecer.


Dotación de la Armada Española en la cubierta del BIO Hespérides y éste ya en el puerto de Ushuaia.

Hay quien considera que isla Decepción no es Antártida como tal, por tratarse de la caldera de un volcán negro con poca frecuencia de nieves en años anteriores, pero para nosotros esconde algo más, imposible de explicar; solo pueden entenderlo quienes tienen ocasión de salir y entrar en ella por los Fuelles de Neptuno, algo maravilloso que te envuelve.

Nuestra estancia en la Base Gabriel de Castilla ha sido como estar en casa, pasando las Navidades entre risas y entrañables momentos que acompañan la cantidad de excursiones y trabajo satisfactoriamente terminado en nuestra zona de estudio: Cráter Lake.

Agradecemos tanto apoyo a nuestro estudio, a la hora de descubrir nuestros sensores, así como la cálida acogida de la dotación militar de la base. Cuesta despedirse de gente como la que encontramos allí, nos llevamos un cachito de cada uno de ellos, científicos y militares, por ser de una calidad humana admirable y, sin duda, buenos amigos.


Paisaje de la pinguinera de Decepción y la Dotación de la BGdC.

Byers es nuestro lugar predilecto, es mágico por la sensación de estar solo ante tanta inmensidad, kilómetros y kilómetros de arenas movedizas bajo nieve sin nada ni nadie, playas fantasmagóricas con extrañas rocas y aves jurásicas, sonidos y olores de animales salvajes que acompañan nuestros pasos y tiendas de campaña e iglús que hacen las veces de hogar y lugar de trabajo. Nuestro estudio y recopilación de datos allí fue sobre ruedas, de hecho tuvimos ocasión de innovar e instalar un nuevo experimento, ya que la nieve no nos permitió encontrar un tercio de los sensores de nuestra zona de estudio en la cuenca del lago Limnopolar.

Recordamos buenos momentos, conversaciones interesantes con los técnicos de montaña, carcajadas y amigos en un lugar en el que solo hay sitio para ser libre, donde aprendes que no necesitas nada para ser feliz y respirar la vida de la mejor manera que se puede. Todo vale la pena en Byers, y solo unos pocos somos los afortunados de haber disfrutado de ella.


Campamento Byers anocheciendo y la dotación del año 2015.

Antes de despedirnos, hacemos una última parada en la zona de nuestro estudio más antártica, glaciares, glaciares y más glaciares que rodean la Base Juan Carlos I en isla Livingston, donde pasamos dos semanas intensas antes de partir hacia Ushuaia.

De nuevo sobran las palabras para definir estos paisajes; es todo un regalo poder trabajar  rodeado de tanta belleza blanca, así da igual el fuerte viento, la lluvia constante y las fuertes pendientes. Cada día, en la playa de la base aparecían pedazos de hielo bailando y chocando sobre las olas, y animales diversos, como focas leopardo, de wedell y cangrejeras o lobos marinos descansando sobre grandes rocas esféricas. Y donde pudimos disfrutar del magnífico espectáculo de las ballenas.

Fue en esta base donde más recorrido hemos hecho para subir a trabajar y donde volvimos a ver la noche y la luna llena reflejada en el mar. Pero cabe mencionar el reencuentro con viejos amigos que allí trabajan y el descubrimiento de otros nuevos que nunca olvidaremos por haber hecho de nuestra estancia en la base, uno de los mejores momentos de la campaña.



Fotografía final de campaña de la Base Juan Carlos I y vistas de la base

En definitiva, gracias Antártida por regalarnos ciencia, buenos momentos, satisfactorio trabajo, grandes amigos y sensaciones nuevas que solo un lugar como este es capaz de aportar.

Y osagradecemos a vosotros, nuestros fieles lectores, vuestro seguimiento durante los últimos dos meses. Esperamos que hayais disfrutado de nuestras anécdotas y nuestro trabajo.

Y aquí concluye nuestra campaña en la Antártida. Un lugar privilegiado para trabajar y vivir. Y nada como un poema de Pablo Neruda para describir el lugar donde hemos vivido tantas cosas estas semanas.

Piedras antárticas

Allí termina todo y no termina:
allí comienza todo:
se despiden los ríos en el hielo,
el aire se ha casado con la nieve,
no hay calles ni caballos
y el único edificio
lo construyó la piedra.

Nadie habita el castillo
ni las almas perdidas
que frío y viento frío
amedrentaron:
es sola allí la soledad del mundo,
y por eso la piedra
se hizo música,
elevó sus delgadas estaturas,
se levantó para gritar o cantar,
pero se quedó muda.

Sólo el viento,
el látigo
del Polo Sur que silba,
sólo el vacío blanco
y un sonido de pájaro de lluvia
sobre el castillo de la soledad.



Cayetana Recio Blitz

lunes, 16 de febrero de 2015

Unos días en Ushuaia

Ushuaia, Argentina, 16 de Febrero de 2015

Hace ya unos días que llegamos a esta turística ciudad de Ushuaia, al pie de las montañas de Cordillera Darwin y frente al Canal del Beagle en la isla de Tierra del Fuego.

Hemos aprovechado estos días para descansar un poco y reponernos del cansancio de la campaña y los días de barco. Duchas calientes, unos paseos por la calle para ir conectando poco a poco con el mundo real, y dormir sin horarios. Hemos tenido tiempo para charlar con nuestros colegas de las aventuras y desventuras de la campaña, de los éxitos y de los problemas, de las alegrías y de las tristezas. Y nos hemos acordado de cuantos colegas hemos Y ya hemos empezado a pensar en la siguiente campaña, y en los proyectos futuros, y en las cosas que podríamos hacer. En fín, hemos tenido unos días tranquilos en los que nuestras mentes inquietas no han dejado de trabajar pensando en seguir haciendo ciencia.

Pero hemos tenido tiempo de hacer unas pequeñas excursiones por los alrededores de la ciudad de Ishuaia. En grupos más o menos grandes con nuestros colegas hemos visitado la Laguna Esmeralda, un lago progracial de un fantástico color verdes esmeralda al que llegamos atravesando bosques de lenga y enormes turberas. También pudimos subir al llamado Cerro del Medio, con fabulosas vistas sobre la ciudad y el canal. Y finalmente pasear por la costa en el Parque Nacional de La Pataia. Unas dosis de naturaleza distintas del blanco helado de la Antártida, y a un ritmo distintos, sin prisas, sin preocupaciones, sin tareas que realizar... Una buena forma de volver al mundo con pequeñas dosis de realidad.

 Laguna Esmeralda

 Ushuaia y Canal Beagle desde Cerro del Medio

Paseo costero en el Parque Nacional de La Pataia

Y hoy ya salimos hacia España. Ahora si que llega el final de la aventura. Nos despiden unas montañas nevadas mientras levantamos el vuelo desde Ushuaia... en unas pocas horas más estaremos viendo las montañas nevadas de Madrid.

M.A. de Pablo

miércoles, 11 de febrero de 2015

Por fin Ushuaia

BIO Hespérides, Ushuaia, 11 de Febrero de 2015

Ha sido un día largo, pero acabamos de pisar tierra firme. Ya hemos acabado la nevegación. ya estamos en puerto, ya hemos salido de la Antártida.
 Charlando, leyendo, durmiendo... ha sido un día de dejar pasar el tiempo a bordo.

Desde esta mañana hemos estado navegando por el canal Beagle. Lo hemos hecho despacito para conseguir llegar al final de la tarde al puerto, cuando se le permitiría al barco atracar (por tener sitio... esto es un puerto pequeño). Lo bueno es que hemos tenido la oportunidad de ver muchas aves recorriendo el canal, jugando con el viento y las olas... Y también hemos podido ver delfines (o toninas, aún no estamos seguros de lo que eran) jugueteando un buen rato con las olas a los costados del buque. Han sido como nuestra escolta por las aguas del canal en el tramo final de la navegación.

Y nos hemos ido acercando poco a poco a Ushuaia mientras recorríamos el canal con árboles verdes... algo que nuestra retina había casi olvidado. Ahora hay otros tonos de color más allá del blanco, los azules y los grises que predominan en la Antártida. Así que es el signo indiscutible de que estamos fuera del contienente helado. Ahora si que si que esto se acaba.
Árboles y colores verdes... nuestros ojos aún no se acostumbrana esto.

Ushuaia a la proa... estamos a punto de llegar a nuestro puerto de destino.

Finalmente, hemos atracado a las 21:30h, y tras sellarnos los pasaportes, hemos decidido salir a cenar a Ushuaia. Así que hemos abandonado temporalmente el barco para celebrar el final de la navegación y, con ella, de la campaña. Luego hemos regresado al barco para dormir. Mañana abandonamos definitivamente el buque y comenzaremos unos días de descanso y de redacción de informes en Ushuaia antes de partir hacia España.

Por fin en tierra firme.

M.A. de Pablo

martes, 10 de febrero de 2015

¡Tierra!

BIO Hespérides, en la mar, 10 de Febrero de 2015

¡¡Por fin tierra!! A media tarde de hoy hemos avistado finalmente tierra. Las primeras islas de la Tierra del Fuego ya se dejan ver en el horizonte. Aunque aún quedan unas pocas horas, ya estamos a punto de acabar el paso del Mar de Hoces.
Por fin tierra a la proa del barco... ya queda poco del maldito Drake 


Gracias a que el buque a navegado a plena potencia con todos sus motores, hemos cruzado de forma extraordinariamente rápida el estrecho de Drake, teniendo sólo malas la tarde del día 9 la noche siguiente. Algo que nos ha dejado el cuerpo un poco molido... pero ya podemos empezar a respirar y el cuerpo a asentarse. Ya casi hemos acabado.

¡Hemos sobrevivido!

Sine embargo, como habíamos adelantado el regreso y la máxima velocidad del buque ha hecho que pudiéramos llegar a puerto con más de 36 horas de adelanto. Sin embargo, como la entrada estaba prevista para el día 12, tenemos que quedar fondeados en alta mar, a la protección de las islas de Tierra del Fuego a la entrada del Canal del Beagle hasta mañana cuando, finalmente, y si todo sale segúnlo planeado, navegaremos por las tranquilas aguas del canal hasta llegar a Ushuaia y atracar.

Así que hemos pasado el día acabando de cruzar el Drake y navegando tranquilamente en la entrada del Canal del Beagle. Así que hemos aprovechado para charlar, ver alguna película en el ordenador, ducharnos con calma,... lo que se dice pasar el tiempo sin más.

Esperemos que mañana podamos decir que hemos acabado la navegación... ¡Buenas noches!

M.A. de Pablo

domingo, 8 de febrero de 2015

Al final

BIO Hespérides, en la mar, 8 de Febrero de 2015

Como dice la canción, "al final llega la despedida, pero sigue la vida". Y es que eso es lo que nos ha tocado hoy. La despedida en la BAE Juan Carlos I, y también de la campaña. Han sido exáctamente dos semanas de intenso trabajo en esta base, en la que hemos completado con rotundo éxito todos nuestros objetivos para este lugar. Así que contentos, esta tarde nos hemos despedido de todos nuestros compañeros de aventuras en la BAE Juan Carlos I. Toda la dotación de la base y los científicos que la han habitado estos días han sido una grata compañía y han jugado un papel fundamental en nuestro trabajo y en hacer llevadera la presión y el estrés de tener que acabar el trabajo en buenas condiciones a pesar de la falta de material.

Nos apena mucho dejar atrás a buenos amigos y fantásticos colegas, pero la vida sigue y hoy hemos completado una etapa de esta aventura y, con ella, la campaña. Más de un mes y medio de intenso trabajo en la Antártida han llegado hoy a su fin. A media tarde, nos hemos puesto por última vez en esta campaña los teletubbies para embarcar rumbo a la última navegación, la que nos llevará desde las Shetland del Sur hasta Ushuaia, Argentina. Antes, pasamos a recoger al científico Enrique Carmona, del proyecto de monitorización sísmica de la isla Decepción, así como a varios colegas portugueses que estaban estudiando permafrost en la isla. Así que una vez más entramos en la isla Decepción, les recogemos y salimos de nuevo por los Fuelles de Neptuno, no sin brindar por volver por estas tierras antárticas.

BIO Hespérides en Bahía Sur justo antes de nuestro último embarque

Listos con nuestro teletubbies para embarcar en el BIO Hespérides... ha llegado el momento de las despedidas.

Y ya no queda nada más que poner proa al Norte. El comandante del buque nos da la bienvenida y nos comenta que la prisa por recogernos tan temprano es para salir al mar de Hoces (nuestro temido estrecho del Drake) lo antes posible para evitar unas tormentas que se avecinan. Así que con todos los motores del barco a plena potencia partimos hacia Ushuaia y comenzamos el paso del Drake. Esperemos que no nos trate demasiado mal.

Primeras horas de navegación por el mar des Brandsfild antes de meternos de lleno en el Mar de Hoces

En todo caso, hoy ha sido el final. La campaña termina. La aventura toca a su fin y hemos de regresar a la realidad de la rutina. Nada mejor que unas palabras del conocido explorador Antártico Ernest Shackelton para mostrar como nos sentimos en estos momentos:

"La nostalgia del hielo, la tristeza de la partida...
es como si pese a todo no pudiera dejar
este yermo de hielo, glaciares, frío y duro trabajo"

 
Nuestro último iceberg en la Antártida al atardecer.


M.A. de Pablo

sábado, 7 de febrero de 2015

Trabajando en el Glaciar Rocoso

BAE Juan Carlos I, Isla Livingston, 7 de Febrero de 2015

Tras varios intentos infructuosos debido a las malas condiciones meteorológicas, hoy hemos podido acompañar a nuestras colegas portuguesas al Glaciar Rocoso. Este glaciar (de rocas sueltas en vez de hielo, dicho así de forma rápida), está localizado al otro lado de la península Hurd, en Bahía Falsa. Aunque se puede ir hasta allí en moto de nieve y luego dándose una buena caminata, siempre vamos en embarcaciones. Debido a la distancia y por precaución, siempre que alguien va a ese lugar tan alejado, se suele necesitar el apoyo de otra embarcación por seguridad. Así que como nuestras colegas portuguesas tienen que trabajar allí (están estudiando la velocidad a la que se desplaza este glaciar), España da apoyo y seguridad acompañándoles con una segunda embarcación. Y nosotros tenemos que participar porque el trabajo requiere más mano de obra. Así que a eso de las 10 de la mañana estamos ya listos con nuestros viking y cuando llegan la embarcación desde la base búlgara partimos hacia el glaciar rocoso. Es un viaje largo, pero como este año no habíamos recorrido esta zona, aprovechamos para disfrutar de las vistas y ver de lejos la pinguinera que hay en el extremo de la península.

Cuando llegamos a la playa, preparamos todo el material y comenzamos los trabajos. Mientras Cayetana y Miguel Ángel recorremos el glaciar en busca de las estacas de medición que tenemos en la memoria de nuestro GPS, Alice y Rita van midiendo con un GPS de alta precisión la localización de cada una de las estacas. De esta forma, el trabajo se hace en apenas 4 horas, cuando lo normal son unas 6 horas, a pesar de que no dejaba de soplar el viento y de nevar cada dos por tres... Qué le vamos a hacer...formamos un buen equipo.

 Pinguinera en el extremo de la península Hurd en nuestro camino hacia el glaciar rocoso.

 El glaciar rocoso visto desde su parte superior.

Finalizado el trabajo, volvemos a la playa, aún repleta de lobos marinos que nos ignoran mientras recogemos el material  y nos ponemos nuestros trajes para el viaje de regreso a la base. Ha sido un buen día, el último de trabajo en esta campaña.

Lobo marino pasando a nuestro lado mientras recogemos el material en la playa

Ya en la base, acabamos la tarde haciendo nuestras maletas y recogiendo todos nuestros bártulos pues mañana dejamos la base. Será un día triste, pero ya hemos acabado aquí, así que es lo que toca.
Buenas noches.

M.A. de Pablo

viernes, 6 de febrero de 2015

¡Un éxito!

BAE Juan Carlos I, Isla Livingston, 6 de Febrero de 2014

Tras varios días intentándo todo tipo de cosas para que la cadena termométrica instalada en el sondeo de 25 metros de profundidad en la cima del monte Reina Sofía.. ¡¡por fin funciona!!

La verdad es que ha sido todo un éxtio que por fin hayapos podido dejar funcionando esta estación tan importante. Hace ya tres años que dejó de funcionar de forma correcta, y aunque habíamos intentado todo tipo de cosas, no conseguiamos que funcionara. El año pasado decidimos sacar la sonda de la perforación y ver si era posible repararla. Esto se hizo el pasado mes de septiembre en Portugal, gracias a la colaboración entre la Universidad de Alcalá y la Universidad de Lisboa que tanto tiempo lleva en marcha.

Así que una vez reparada, el equipo portugués, con nuestra colega Alice a la cabeza, aportaron de nuevo la cadena a la campaña y nosotros la parte de electrónica, y la tarea de instalarla y hacerla funcionar de nuevo en el sondeo. Esto lo hicimos hace unos días, pero no conseguíamos que funcionara. Hoy, finalmente, y gracias a la ayuda del técnico electrónico de la base (Quim), descubrimos que podía ser un problema, no de la cadena, sino del sistema de adquisición de datos que usamos para "leer" la temperatura de los sensores. Al final la solución fue muy sencilla, pero si no llega a ser por él, estaríamos aún peleándonos con esta estación.

En cualquier caso... ¡¡todo un éxito!! y tal vez el más importante de la campaña. Así que nos hemos quitado un importante peso de encima, por lo que hoy nos merecemos una ducha caliente y una cerveza fresca para celebrarlo.

 Instalación completa, funcionando y sellada lista para trabajar unos años más en el monte Reina Sofía

 En fín, in extremis, pero hemos conseguido así acabar todas nuestras tareas, así que hoy ya hemos empaquetado todas nuestras cosas para dejarlas listas para ser llevadas a España por el BIO Hespérides dentro de algunas semanas. Ahora ya toca hacer la maleta porque nos han confirmado que pasado mañana viene ya el buque a recogernos... Será un día de despedida y cierre de campaña. Justo el día que no queríamos que llegara, pero esto se acaba, aunque con un muy buen sabor de boca gracias a éxito de hoy. Somos repetitivos, pero es que la presión que suponía esta tarea ha sido muy importante. 

Así, por la tarde, y aprovechando que tenemos que recoger material en la base búlgara, hacemos una visita a nuestras colegas allí con el fin de darles la buena noticia. Nos ponemos nuestros viking y nos embarcamos en la zodiac con Oscar (el técnico de navegación de la base) y Joan (el técnico de medio ambiente), junto con otros 3 investigadores que también han acabado sus tareas científicas. Pero lo que iba a ser un simple viaje en zodiac de unos pocos minutos, resultó en un espectáculo que no esperábamos y es que nada más ponernos en marcha, aparecieron junto a la embarcación dos ballenas jubarta que estaban comiendo y juqueteando. Así que paramos la embarcación para no molestarlas con el ruido de la hélice, mientras ellas no hacían más que resoplar, zambullirse, comer, y mostrar la cola a nuestro alrededor. Una de ellas hasta dedició pasar por debajo de nuestra embarcación. Estábamos todos estupefactos por semejante espectáculo de la naturaleza. Sin duda unos animales increíbles (y enormes). 

Listos para la pequeña expedición a la base búlgara para comunicar y celebrar con nuestras colegas el éxito de esta mañana.

Cola de ballena jubarta al lado mismo de nuestra embarcación

Resoplando a escasamente un metro de nuestra zodiac. ¡Qué espectáculo!

A los pocos minutos, cuando decidieron alejarse de nuestra embarcación, pudimos retomar nuestro viaje hacia la base búlgara donde contamos a nuestras colegas el éxito de la mañana y el encuentro con las ballenas de hacía unos minutos. ¡¡Qué envidia dimos a todo el mundo!! Tras charlar unos minutos y tomarnos un té caliente, la dotación de la base búlgara nos hizo un pequeño recorrido por las instalaciones de la base... una base con mucha solera, por cierto. Y con una historia muy curiosa sobre su ubicación, pues los primeros científicos bulgaros que llegaron a esta isla buscando un lugar para establecer su base, decidieron que el mejor lugar lo que hoy se conocer como Caleta Española. Al año siguiente, cuando trajeron el primer contenedor para establecer la base, se encontraron con que había ya un campamento allí ubicado... y la bandera española ondeando al viento. Así que no les quedó más remedio que irse a la caleta vecina, donde está hoy ubicada la base.

Base Antártica Bulgara mesi enterrada por la nieve a nuestra llegada por la tarde

Finalizada la visita, recogimos el material científico que necesitábamos y embarcamos, con el agua hasta el pecho y apartando enormes bloques de hielo, en la zodiac antes de regresar de nuevo a nuestra base. Sin duda un día de lo más completo. Hemos acabado nuestras actividades con éxito y hemos podido disfrutar del esectáculo de las ballenas. Un buen colofón para este día. Ahora una ducha de aagua caliente y una cerveza fresca para celebrarlo. Buenas noches!

M.A. de Pablo

jueves, 5 de febrero de 2015

Comienza la cuenta atrás

BAE Juan Carlos I, Isla Livingston, 5 de Febrero de 2015


A pocos días de embarcar en el Hespérides, hemos recibido la visita del Aquiles para dejar a dos Científicas alemanas, un nuevo técnico de la Base Juan Carlos I y un sol radiante que espero nos permita bañarnos en el mar esta tarde. Una vez finalizado nuestro suculento desayuno matutino, hemos repartido las últimas tareas científicas. Miguel Ángel ha subido temprano al monte Reina Sofía para sellar la nueva cadena termimétrica, tras haber comprobar ayer y hoy su correcto funcionamiento. Ésta sonda esta dirigida al estudio de la evolución del régimen térmico anual de la capa activa, a través de la medición de la resistencia, en un terreno susceptible de realizar ciclos de congelación/descongelación. Y a través de otros sensores complementarios, comprende el seguimiento anual de los perfiles térmicos del suelo y la capa límite atmosférica, así como el balance de energía en la superficie. En definitiva, son un complemento más en nuestro análisis de la existencia y evolución del permafrost, cuyos resultados nos ayudan a desarrollar un modelo físico acoplado suelo/atmósfera, que sea útil como herramienta predictiva de la variabilidad climática y sus consecuencias medio-ambientales en las zonas de estudio.

Mientras, Cayetana ha tomado los datos relacionados con un nuevo experimento, ya instalado en Byers, que nos permite medir la evolución del permafrost y capa activa en función de la pendiente y la progresiva fusión de la nieve. El experimento consiste en una línea de 30 metros con sensores de temperatura, colocados cada dos metros, en cuyos extremos (zona de máxima y mínima pendiente) hemos colocado dos sensores de temperatura del aire. Además de la automática toma de datos realizada por los ibutons (sensores de temperatura) cada hora del día, tomamos in situ, todos los días, datos de la temperatura de la superficie, la distancia recorrida por la nieve y la profundidad a la que se encuentra el permafrost a la altura de cada ibuton.

Una vez finalizada la tarea, Cayetana ha subido al Reina Sofía, donde se encontraba Miguel Ángel acompañado por el equipo portugués realizando una perforación para instalar una sonda con sensores de humedad a distinta profundidad, y así disfrutar todos juntos de las efímeras vistas de las fries land que hoy hemos podido disfrutar hasta que una tupida nube de nuevo a ocultado todo.


Perforación en el Reina Sofía del equipo portugues con los bulgaros.

 Fries land fotografiados desde el Monte Reina Sofía.


Cayetana Recio Blitz


martes, 3 de febrero de 2015

Papagal y la base búlgara

BAE Juan Carlos I, Isla Livingston, 3 de Febrero de 2015

Hoy, mientras dejamos que la cadena termométrica trabaje antes de comprobar de nuevo su correcto funcionamiento,  hemos aprovechado que ha salido el sol para apoyar a nuestras colegas portuguesas en su zona de estudio, en el monte Papagal, situado unos kilómetros más al noreste de Bahía Sur. Es un pequeño cerro situado entre las bases antárticas española y bulgara. Allí tienes instaladas estaciones gemelas a las nuestras. De esta manera, la red en la isla es más extensa y podemos compartir datos para nuestros estudios. Por otro lado, cuando uno de los dos equipos se queda sin financiación para realizar campaña, el otro puede realizar el mantenimiento de las estaciones. Es una colaboración que lleva yá más de15 años en marcha, cuando un jóven Gonçalo Vierira,el hoy responsable del equipo portugués (y responsable del Programa Polar Portugués, Representante de Portugal en el Comité Polar Europeo, y otros muchos cargos y responsabilidades que acumula), viajó a estas tierras invitado por Miguel Ramos, el responsable máximo de nuestro equipo.

Así que a primera hora de la mañana Curro y David, nos han acercado en moto de nieve hasta Papagal. Allí hemos pasado la mañana ayudando a Alice y Rita a encontrar sensores bajo la nieve en sus zonas de estudio, azotados por un muy fuerte viento que te tiraba al suelo al menor descuido. 

 Cayetana y Alice trabajando codo con codo en el mantenimiento de la cámara fotográfica

Al acabar, hemos bajado hasta la cercana base búlgara, donde hemos sido recibidos por sus seis técnicos, incluído Jordan, un antártico con muchas campañas a sus espaldas. Nos han agasajado con una sencilla pero suculenta comida mientras nos contaban historias de la base búlgara. Ha sido una visita corta pero muy interesante.


 La base antártica búlgara San Clemente de Ohrid

Por la tarde, el equipo del permafrost hispano-luso hemos hecho una corta excursión por la playa hasta el frente del glacial al fondo de Bahía Sur. Un sitio conocido "localmente" como "la cubitera", por ser donde se general los mayores icebergs y brass de la zona debido a la ruptura del glaciar. Ha sido un bonito paseo por la playa de piedras mientras las olas azotaban la costa. Simplemente impresionante el frente glacial.


 Playas de piedras de Bahía Sur azotadas por las olas

Frente del glaciar de Livingston... ¿veis a Cayetana de escala?

 El equipo de permafrost al completo: Cayetana, Rita, Alice y Miguel Ángel

Tras disfrutar unos minutos de aquellas vistas hemos regresado a la base búlgara donde nos han recogido en motos de nieve los técnicos de esabase para llevarnos al Monte Reina Sofia, donde hemos seguido buscando sensores bajo el hielo. Lo de siempre, vamos. Ya al final de la tarde, y con un solecillo agradable (aunque no calentaba mucho, todo sea dicho de paso), y un fuerte viento, hemos bajado a nuestrabase para darnos una merecida ducha caliente y preparar el material para el dia siguiente.

 Vistas del cerro Papagal (centro de la imagen) donde hemos estado trabajando con nuestras colegas portuguesas

Mañana es un día importante para comprobar si la cadena termométrica funciona finalmente de forma correcta. Esperemos que si... ¡cruzad los dedos! Y mientras el nuevo día llega, disfrutamos por primera vez de la luna en la corta noche antártica. ¡Buenas noches!

La primera luna que vemos en estas tierras durante la campaña

M.A. de Pablo

lunes, 2 de febrero de 2015

El final de un largo día

BAE Juan Carlos I, Isla Livingston, 2 de Febrero de 2015

Hoy ha sido un día largo, en el que hemos realizado muchas tareas. En primer lugar, la más importante de la campaña, reponer la cadena de sensores de temperatura para el sondeo de 25 metros de profundidad que tenemos en la cima del Monte Reina Sofía. Nosotros teníamos la parte electrónica, y nuestras colagas portuguesas Alice y Rita la cadena termométrica en sí. Así que a primera hora de la mañana hemos subido a la cima para encontrarnos con ellas. Y por el camino hemos aprovechado para reponer los sensores de nuestra estación llamada "Morrena".

Una vez en la cima, nos hemos dividido el trabajo. Mientras Miguel Ángel realizaba las tareas de instalación y conexión de la cadena de sensores, Cayetana ha dado apoyo al equipo portugues para localizar y sacar de la nieve y el hielo algunos sensores de temperatura de un experimento para la tesis de Alice. Y como no, Cayetana ha estado excavando nieve y picando hielo... un clásico en esta campaña.

La cadena de sensores lista para ser introducida en el sondeo de 25m.

Alice charla con Miguel Ángel mientras éste trabaja en la conexión de la cadena

Como la instalación de la cadena ha sido una tarea larga, Cayetana a acompañado a Alice y Rita a conocer otras de nuestras estaciones en la zona y luego a comer a la BAE Juan Carlos I. Tras eso, Alice y Rita han subido de nuevo hacia el monte, donde Miguel Ángel les a ayudado con sus sensores ua vez concluída la instalación de la cadena, y mientras Cayetana realizaba las mediciones en su experimento de evolución de la capa activa en zonas de pendiente a medida que se pierde la cubierta nival.

Así que ha sido un día largo y lleno de actividades de lo más variadas que nos ha dejado a todos un poco exhaustos. Pero la Antártida hoy a dado una pequeña recompensa. Y al final de la tarde ha comenzado a salir el sol. Ya lo hechábamos de menos, pues salvo aquel día en Byers, no habíamos vuelto a ver un cielo azul. Pero hoy ha dejado de ser un día gris y lluvioso, para pasar a ser una tarde fría y ventosa, pero soleada. Así que no hay nada como aprovechar estos ratitos de buen tiempo para parar un poco, mirando al sol del atardecer, que, aunque no calienta, reconforta, mientras el viento silva arrastrando la niebla, las olas rompen contra la playa arrastrando cantos, los gráciles charranes juguetean en el viento, y el glacial se va tiñendo de colores rosas y dorados mientras el sol se pone. Un buen broche para un largo día.

 El glaciar de Livingston se tiñe de dorado al atardecer.

Atardecer en Bahía Sur.

M.A. de Pablo

La recta final

BAE Juan Carlos I, isla Livingston, 2 de Febrero de 2015

Despues de un domingo tranquilo y de ¨chinita¨, hoy hemos tenido la grata visita de dos compañeras científicas portuguesas, Alice y Rita, que trabajan a una con nosotros en el estudio del comportamiento del  permafrost y las diversas variables que le afectan, como la humedad, la nieve o la dinámica en superficie de las partículas del suelo.

Para aquellos que os incorporáis como nuevos seguidores de este nuestro Blog, queremos compartir algunos datos y aclaraciones sobre la que es nuestra labor en la Antártida. Somos conscientes de que el concepto o simbología de lo que supone venir a investigar a la Antártida, eclipsa todo tipo de explicación sobre nuestro cometido aquí, pero este sin duda es el As del porqué de nuestra presencia en este lugar, asique allá vamos:

La capa activa es la zona del subsuelo, sobre el “permafrost” (suelo permanentemente helado), que experimenta cambios de fase (congelación/descongelación) estacionales. Los datos obtenidos nos indican que la tendencia al calentamiento global puede estar amplificada en nuestras zonas de estudio, implicando una variación en la profundidad de la capa activa y la estructura térmica del “permafrost”. La falta de medidas de algunos parámetros térmicos del suelo hasta hace pocos años, ha conducido a plantear su necesidad en diferentes proyectos internacionales (CALM), señalando la importancia de realizarlas en forma distribuida y sobre todo en aquéllas regiones más sensibles, como es el caso de la región polar antártica. El registro de la variabilidad de la capa activa ha de tener una escala temporal interanual para que su significado estadístico sea adecuado para el conocimiento del efecto de los suelos helados sobre el cambio global. Nuestro proyecto tiene objeto de estudiar su sensibilidad a la variabilidad climática local y, a macro escala, al cambio global, el seguimiento del proceso de congelación/descongelación de la capa activa y la distribución térmica del permafrost.

Durante esta campaña uno de los pesos pesados de nuestras instalaciones, son dos perforaciones en la Isla Livingston, que es donde nos encontramos; Cerro incinerador y Monte Sofía, que  en su interior contienen sondas con sensores de temperatura para medir la evolución temporal del gradiente térmico. La instalación de los sensores es sencilla y justifica por sí solo el desplazamiento de un investigador a la zona de trabajo para la sustitución de los mismos. Posteriormente, el volcado de datos, la actualización de la base y el estudio de los mismos, se realizar en nuestros laboratorios-despachos dispuestos en cada base-campamento antártico.

Frente del Glaciar frente a la Base Juan Carlos I, Isla Livingston (Antártida).


Para aquellos que queráis algún día participar en este tipo de trabajos, saber que todo es posible pero aquí hay días duros e intensos, días repletos de satisfacciones, días más productivos que otros, y otros en los que el cuerpo y la mente te piden descansar para reponer fuerzas y terminar así los trabajos que aquí desarrollamos, con tiempo para los imprevistos del transporte y climatología y las excursiones que bien nos merecemos. Asique paciencia y ganas son los mejores ingredientes para disfrutar de este trabajo tan maravilloso.


Cayetana Recio Blitz