viernes, 30 de diciembre de 2016

Un largo día de viaje

Ushuaia, Argentina, 30 de Diciembre de 2016

El viaje comenzó a las 16h cuando salimos de nuestras casas por un par de meses. En el aeropuerto de Madrid-Barajas nos encontramos los dos integrantes de este equipo para facturar y pasar los controles de seguridad. El avión despegó a su hora, las 19:10h con rumbo a Buenos Aires. Fue un largo viaje y un poco incómodo, pero pudimos dar alguna que otra cabezada. Dadas las horas del viaje, salvo las luces de la ciudad de Madrid durante el despegue, poco más pudimos ver por la ventanilla del avión... salvo un increíble número de estrellas que nos fue acompañando durante todo el trayecto. Ya en Suramérica, las luces de Río de Janeiro y Sao Paulo destacaban sobre el negro de la noche, acompañada por los relámpagos de una lejana tormenta de verano (si, verano, que ya hemos cruzado el ecuador).

El inicio de un largo viaje

Cuando aterrizamos en Buenos aires eran algo menos de las 4 de la madrugada. Tras recoger nuestro equipaje, pasar aduana y cambiar moneda, tomamos un bus hacia el otro aeropuerto desde donde continuaríamos el camino hacia el Sur. Mientras recorríamos la autopista y nos adentrábamos por las calles de la vieja buenos Aires, el sol iba despertando dejándonos ver Puerto Madero o la Casa Rosada. Ya en el aeropuerto, facturamos, desayunamos y dimos un pequeño paseo por la costanera para ver el Mar del Plata antes de tomar el siguiente vuelo en el que, por cierto, nos encontramos a uno de los investigadores de otro proyecto que también bajaba a la Antártida.

Amanecer en la costanera del Mar de Plata en Buenos Aires



Listos para despegar desde Buenos Aires rumbo a Ushuaia

Aunque de solo cuatro horas (comparado con las 13 que duró el anterior), el vuelo se nos hizo pero el cansancio y el cambio horario ya empezaba a hacer mella en nosotros. Menos mal que en taxi llegamos pronto al hotel en Ushuaia y pidimos darnos una ducha y dormir una siesta antes de salir al encuentro del otro colega que nos encontramos en el avión con quien habíamos quedado para cenar. Antes de ir a cenar pasamos por el puerto, donde ya estaba atracado el Buque oceanográfico del CSIC Sarmiento de Gamboa, nuestro siguiente transporte hacia la Antártida.

Video: Aterrizando en Ushuaia

B/O Sarmiento de Gamboa en el puerto de Ushuaia

Nos encontramos con nuestro colega, pero no venía sólo, sino que él a su vez se había encontrado con otro, así que ya éramos 4 almas listas para saltar al Sur. Cenamos y charlamos sobre las aventuras antárticas, la vida en las bases, la ciencia,... Pero ya no podíamos más, así que hemos venido pronto a dormir al hotel, que el día ha sido muy muy muy largo.

M.A. de Pablo

Instalación de una cámara de invierno

Base Gabriel de Castilla, Isla Decepción.
30 de Diciembre de 2016

La obtención de fotos en forma continua durante todo el año en nuestra parcela de trabajo nos permite conocer cómo se han realizado los procesos meteorológicos y su efecto en la innivación superficial. Este sencillo sistema nos ofrece la posibilidad de interpretar las diferentes imágenes diarias y cuantificar la superficie de terreno cubierta por la capa nival. Aunque tenemos instalada una cámara en la parcela CALM Cráter Lake desde hace 9 años, esta campaña hemos complementado el sistema fotográfico con otra nueva cámara situada en un ángulo diferente a la anterior que nos permite una visión más completa y una cuantificación más precisa.

El nuevo dispositivo se ha montado sobre una colada de lava que se generó en la erupción de 1842 y que justo su frente está al borde la parcela de estudio. Las condiciones de instalación deben se: buena visibilidad de la parcela, un terreno donde se pueda anclar con facilidad la estructura para que aguante los fuertes vientos del invierno y ligeramente elevada sobre la parcela para que la imagen sea más precisa.

En función de estas condiciones hemos instalado el nuevo dispositivo formado por la cámara inteligente, el sistema de alimentación y la estructura. A partir de ahora está tomando tres fotos diarias en forma ininterrumpida a las 11, 12 y 13 am hora local.
Miguel RAMOS.


jueves, 29 de diciembre de 2016

¡Allá va el relevo!

Madrid, España, 29 de Diciembre de 2016

Hoy iniciamos la aventura otros dos investigadores de la campaña, Miguel Ángel Hidalgo y Miguel Ángel de Pablo. Solo dos más de los muchos investigadores que están involucrados en el proyecto: Manuel Prieto y Juan Javier Jiménez (de la Universidad de Alcalá), Carmen Recondo, Javier Calleja y Juanjo Peón (de la Universidad de Oviedo), Gonçalo Vieira y Carla Mora (de la Universidad de Lisboa), y otros investigadores más de varias universidades de la República Checa. Todo para conseguir estudiar el efecto de la nieve en el calentamiento o enfriamiento de los suelos congelados que tantos años llevamos monitorizando en la Antártida.

Mientras nuestros compañeros Miguel Ramos y Susana Fernández siguen trabajando en la Isla Decepción, nosotros embarcamos en unas horas rumbo al Sur, para encontrarnos con ellos allá por el 6 o 7 de Enero. No somos los reyes magos, pero seguro que estarán encantados de vernos y de recibir el relevo después de unas duras semanas de trabajo por allí. Madrid, Buenos Aires y Ushuaia es la ruta que tomaremos, y desde allí el buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa del CSIC nos llevará por el temido Mar de Hoces hasta tierras antárticas en una navegación de cuatro días terribles... pero mejor no lo pensaremos mucho. De momento ya estamos deseando ver los hielos y sentir el frío de la ventisca en la cara.

Tenemos muchos objetivos para esta campaña, que iremos desgranando poco a poco, así que vamos cargados de energía y ganas de trabajar para sacar todos esos objetivos adelante... pero también por encontrarnos de nuevo con viejos colegas antárticos que sabemos que ya están trabajando por aquellas latitudes. Esperemos que todo salga bien. De momento empezamos nuestro periplo. Os iremos contando nuestras aventuras.... ¡Allá vamos!

M.A. de Pablo 

martes, 27 de diciembre de 2016

Toponimia evocadora

27 de Diciembre desde Base Gabriel de Castilla

Los días discurren rápido. El trabajo pese a las dificultades avanza adecuadamente.  El terreno es accesible. La isla se deja pisar por todos lados. Sin embargo la mayor parte del territorio está protegido y no se puede transitar sin un permiso especial del Comité Polar. Crater Lake, Pico Irizar, Cerro Caliente, Bahía Fumarolas, Caleta Péndulo, Bahía Balleneros, Playa de la Lobera, Rada Pingüinera y más. La toponimia es extensa y evocadora pero lo cierto es que hay miles de lugares sin nombre. Algunos científicos, para mi sorpresa vivos, han tenido el honor de formar parte de la toponimia local… yo también quiero. Mi nombre en clave es Baronesa. Bahía Baronesa, Collado Baronesa, Crater Baronesa… suena todo muy bien verdad? El viento intensamente gélido que nos azota todo el día afecta al raciocinio… Soñar aquí es muy fácil...

Susana Fernández

viernes, 23 de diciembre de 2016

Lapilli bien calentito

23 de Diciembre de 2016

El toque de diana es a las ocho de la mañana, pero levantarse a las seis tiene sus ventajas…aquí no amanece siempre es de día, pero desde la enorme cristalera del módulo de habitabilidad de la base Gabriel de Castilla, glaciares cubiertos de negro lapilli nos trasladan en intima soledad a otros posibles mundos de hielo.  Hoy solo dos habitantes de la base, Amós que trabaja en geodesia y yo pululamos por el módulo de habitabilidad desde horas intempestivas.

Ayer día 21 la Antartida nos recibió con un día espectacular. Sin viento, la temperatura ambiente llego a dos grados y durante la tarde el suelo volcánico de la isla alcanzo los 16, algunos restos de lapilli, los más oscuros llegaron a estar a 20 grados. Todo un lujo tumbarse en el suelo a contemplar el horizonte en un permafrost que hoy de forma excepcional, esta calentito. Cuando descarguemos los datos de los sensores térmicos veremos cómo ha afectado este día y su radiación a la temperatura del suelo. De momento lo disfrutamos.

Miguel Angel Ramos y yo, en adelante Oso y Baronesa, subimos a la parcela CALM de Crater Lake, a las 10 de la mañana acompañados de Pedro, Nutria, el militar técnico de montaña.

La ruta tiene dos tramos bien diferenciados. La primera parte, aproximadamente 1 km, se adentra en un valle glaciar labrado en negro lapilli volcánico. El valle está ocupado por un río anastomosado en el que los cauces se multiplican por infinito trenzándose sobre un fondo ancho y plano. Las laderas son muy pendientes, casi verticales y están coronadas por sedimentos glaciares. Dos grandes cintas morrénicas discurren valle abajo sobre las laderas. Al final del valle, la ruta se pone muy pindia. Hay que remontar la ladera hasta la morrena y luego más allá. En total son 85 metros de desnivel que se salvan en unos 500m de ruta que discurre bordeando el cráter Zapatilla hasta coronar el Cráter Lake.
Oso, Baronesa y Nutria caminamos valle arriba. Vamos fijándonos en todas las formas del terreno. Los canales fluviales, las morrenas, los glaciares negros, pero lo que más nos llama la atención son las formas tipo canal  dejadas en las laderas por las fluidificaciones estacionales del permafrost... nos hacen pensar en Marte y sus formas. Afortunadamente el suelo del valle esta helado y eso facilita la marcha. Con el verano más avanzado los pies se hunden en el terreno y el lapilli entra por los calcetines.

Susana Fernández  

jueves, 22 de diciembre de 2016

Catas de nieve

Base Gabriel de Castilla, Isla Decepción
22 de Diciembre de 2016

La realización de catas en la nieve permite conocer los diferentes episodios de precipitaciones que han tenido lugar durante el periodo de acumulación, ya sea en zona glaciar o en forma de nieve estacional.

Nuestro proyecto centra el estudio de la energía intercambiada entre la superficie del suelo, en zonas de permafrost, y el aire; uno de los parámetros que hay que tener en cuenta es la capa estacional de nieve que por un lado forma una barrera térmica y por otro genera, durante la fusión de verano, un aporte hídrico al suelo.

El primer efecto de aislamiento térmico depende de las características de la nieve, densidad, espesor…Por ello su medida es objeto de nuestro trabajo experimental.

Las catas se realizan con la excavación de una trinchera en la que podamos extraer muestras de la nieve caída durante los diversos episodios, separados por las capas de rehielo. El análisis de estas muestras nos aporta la densidad y la tipología del grano y en consecuencia una información indirecta de su difusividad térmica.
Esta información se puede utilizar para correlacionar las imágenes del satélite TerraSAR-X con la verdad terreno, para ello la realización de las catas se hace coincidir con la toma de imágenes por parte del satélite y así poder utilizar esta última herramienta que nos ofrece una información distribuida espacialmente de las características de la capa nival.

Miguel RAMOS


martes, 20 de diciembre de 2016

Isla Decepción y el volcán

20 de Diciembre y seguimos en el buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa. Cuando embarcamos el día 13 ya suponíamos que la travesía sería larga y llena de emociones. Además, formábamos parte del equipo que abriría la base Gabriel de Castilla y, como establece el protocolo de apertura, daríamos la vuelta a la isla Decepción. La isla Decepción es un edificio volcánico colapsado. La profundidad del mar en su interior ronda los 200 m por lo que se supone que el volcán se hundió hacia adentro rellenando el vacío dejado por los repetidos vómitos de lava que en el discurrir del tiempo geológico, han ido apilándose hasta formar un enorme castillo de naipes. El supuesto colapso del volcán nos ha dejado una bahía bordeada por un anillo de tierra firme en la que se encuentran instaladas las bases, los pingüinos y nuestra parcela CALM. Pero el volcán sigue vivo, la posibilidad de un nuevo vómito de lava es real y marca el protocolo de apertura de las bases asentadas en la isla. Rodear la isla por dentro y por fuera es el primer mandato del protocolo de apertura. En el puente, científicos, militares y marineros escudriñan con prismáticos la tierra firme buscando alguna evidencia de actividad. En nuestra vuelta a la isla Decepción buscamos y buscamos en la tierra pero solo encontramos penachos en el océano, son ballenas…. nos invade la emoción.

 Susana Fernández

Nostalgia de las ondas de radiofrecuencia.

http://www.valentincarrera.es/?_=/inicio
Se escucha el leve gruñido de la radio tres pitidos cortos y uno largo son las 11 de la noche hay buena propagación ionosférica. Lejos, muy lejos, apenas se alcanzan a entender las palabras, quizás acompañadas por música de una emisora de radio en onda larga, que emite en frecuencias propias de la reflexión atmosférica y terrestre reflejándose varias veces siguiendo la curvatura terrestre. Finalmente, llegan al pequeño receptor al que ha habido que instalar una antena fuera de la base para poder captar la señal, siempre espuria, y así evitar el negativo efecto Faraday provocado por las chapas de la instalación.
Se trata de la imagen de comunicación de hace 30 años, la emisora siempre compañera de navegantes, taciturnos y emigrantes es radio exterior de España, compañera de camino y experiencias polares en el continente antártico durante muchos años.

Suena el tintineo de una melodía escogida para identificar a la persona sin mirar el pequeño teléfono que llevo en el bolsillo, es la herramienta de comunicación favorita en el barco “Sarmiento de Gambia” fondeado frente a la base antártica Gabriel de Castilla en Isla Decepción, llega un mensaje de la persona querida, del amigo o incluso del responsable de gestión; lo leo en un wass up, respondo y termino mi comunicación. Rápido, fugaz, poco romántico pero efectivo, puedo leer la prensa simplemente abriendo la aplicación adecuada, escucho la radio vía internet, una revolución. Pero dónde quedan aquellas otras sensaciones…..Por fortuna no están perdidas, el calor humano del periodismo cercano aún existe y está junto a nosotros. Valentín, periodista embarcado y  participante en la primera expedición oceanográfica española durante en veranos antártico de 1986-87, nos entrevista, nos anima y nos consuela con su buen humor y su profesionalidad, su información corre por las redes sin cesar disfrutad con su blog en la siguiente dirección y sentid con nosotros la suave brisa del ambiente polar…… http://www.valentincarrera.es/?_=/inicio

Miguel Ramos. Puerto Foster. Isla Decepción, 20 de Diciembre de 2016.


lunes, 19 de diciembre de 2016

La libreta de campo

Mar de Bransfild, Antártida, 19 de Diciembre de 2016

Buff…cuando abrí la libreta de campo!!!!  Vaya tela!!!!! para nada era la humilde libretita confeccionada con materiales reciclados que me pareció en un primer momento. En 68 páginas numeradas y unas 20 más adosadas al final a modo de anexos, se encontraba toda la información necesaria que cualquier investigador novel necesita para llevar a buen puerto la campaña Antartica 2016-2017 de PERMASNOW, nuestro proyecto.

Como todo libro que se precie, tras el título lleva un índice paginado, los investigadores estamos en la página 1. Pero no solamente están nuestros nombre y filiaciones, también están los datos de verdad, los que pueden llegar a necesitarse para comprobar una identidad o solicitar un permiso de última hora.  Páginas de 2 a 4, con el plan de campaña. En esta caso el nuestro ya está un poco desbaratado…ya os contare porque…. pero incluso con el devenir de los últimos días este plan resulta útil pues nos permite saber cómo se ha ido retorciendo hasta amputación la previsión de campaña que con tanto esmero se diseñó inicialmente. Sigo… página 5 diario de actividades, calendario y cinco páginas con espacios para apuntes. En estas páginas podemos describir cada día de nuestras actividades acompañado de su pena… Página 21 a 23 descripción detallada  y ubicación de cada instrumento en su emplazamiento… chapó en este punto!!!!!!.

Hasta este momento no me había enterado de todos los cascotes tecnológicos que se han ido instalando con los años: ibuttons, tinytags, sondas, nivómetros, albedómetros, etc…. Lo cierto es que tenemos un trocito de la Antártida, el que cae en nuestras parcelillas CALM, literalmente en la unidad de cuidados intensivos. No puede ocurrir un mínimo cambio ambiental del que no quede registro horario… ¿una pasada verdad?.

Sigo con mi libretita, que ahora ha pasado a la categoría de biblia….aquí encuadernado en gusano, la más humilde de las encuadernaciones tengo la biblia, el libro de los libros de la monitorización del permafrost.  Página 27, nomenclaturas incluyendo extensiones de archivos digitales. De 28 a 32 tablas para el control de sensores. De 33 a 37 la descripción de la valija. Traemos 21 cajas en la bodega del barco y en la libreta está la descripción detallada de su contenido, no me lo creo….. En este punto pienso que nada puede salir mal solo hay que seguir el libro….de las páginas 38 a la 52 páginas en blanco…bonito detalle en una libreta de campo  ya que ahí escribiremos lo que nos parezca.  De las páginas 53 a 58 los mapas. Páginas 59 y 62 con agenda, en la que ya aparecen las entradas más importantes: agencia de viajes, coordinador de campaña, coordinador de proyectos, comité polar. Aún hay más de las páginas 63 a 68 nuestros informes de aptitud médica.  Ya como anexos fuera de paginación encontramos los permisos del comité polar y  el plan de gestión de las reservas al completo.

Miguel Ángel de Pablo había vuelto a superar su propia imaginación confeccionando una guía, imprescindible desde ahora en cualquier campaña futura y de una utilidad sobrecogedora. Cerré la libreta y me eche a dormir…con esta planificación nada puede salir mal. Solo hay que rellenar los espacios en blanco..., aunque ahora, después de 5 días atascada en el buque Sarmiento de Gamboa, no pienso igual…

Susana Fernández

martes, 13 de diciembre de 2016

Calma chicha

Punta Arenas, Chile, 13 de diciembre de 2016

Estoy en el hotel Diego de Almagro esperando el vuelo a Rey Jorge. Entre las encomiendas de Miguel Ángel de Pablo, el IP del proyecto que me ha traído hasta las puertas de la Antártida, se encuentra la de redactar entradas al blog del proyecto. Me gusta escribir, pero a quien no? Todos los que estamos en la campaña intentamos escribir nuestras cosillas, entretelar emociones y razonamientos para que cada experiencia vivida no se decolore en la memoria cuando se centrifugue en la procesadora del tiempo.  Además no hace falta ser un gran maestro de la pluma para transmitir emociones cuando uno se encuentra enrolado en aventuras como esta. Pero el fin último que perseguimos alimentando el blog del proyecto no es sorprender ni hacer volar la imaginación de los lectores. No cabe duda que encender la máquina de perseguir sueños de las jóvenes generaciones da igual investigadores o aventureros es una noble tarea pero nosotros pretendemos ir un paso más allá y divulgar entreteniendo, acercando la ciencia y las dificultades de nuestro trabajo a la gente que nos lee.

No sé si lograremos divulgar que para nada es tarea fácil, pero en la calma chicha que precede a la entrada en la Antártida, aquí tirada en la habitación del hotel, me he puesto a  escribir después de revisar la documentación del proyecto. Mi pretensión no es adelantar trabajo sino diseñar un plan B por si las dificultades e imprevistos de última hora nos obligaran a retorcer el curso lógico de nuestras tareas. La verdad es que siempre estamos maquinando, tratando de poner parches a  la frustración que supondría no poder abordar las tareas tal  y como fueron diseñadas. Entre la documentación reviso una libreta que lleva impresos los logos y títulos del proyecto. Miguel Ángel me ha hecho llegar esta libreta que lleva mi nombre. No está nada mal para el campo,  encuadernada en gusano y con tapas de plástico recicladas de una fallida encuadernación anterior ….bueno una libreta de campo siempre viene bien y si está confeccionada con materiales reciclados pues mucho mejor….

Susana Fernandez

Al abordaje

Trece de Diciembre buque Sarmiento
Abordamos el buque Sarmiento desde la zodiac por una escala de cuerda con escalones de madera…. pero por qué nadie cuenta esto? Son todos unos experimentados lobos de mar y la única pardilla soy yo? Desde la zodiac el barco se siente inalcanzable. Me ponen un arnés…..

Escaleras y más escaleras, escaleras arriba y escaleras abajo. Puertas naranjas, azules y verdes. Hangares y cubiertas. Comedor, sala de informática, comedor, sala de informática, comedor, escalera, comedor, comedor, comedor…..

 Susana Fernández

viernes, 9 de diciembre de 2016

Todo a punto:arrancamos

Madrid, 9 de Diciembre de 2016

Hace ya muchos meses que regresamos de la pasada campaña, y mañana comenzamos una nueva. Una campaña que será todo un reto, por los objetivos, por los investigadores, por los retos,...

Este año, realizados una doble campaña. Por un lado, continuamos el mantenimiento de nuestras estaciones para estudiar los suelos congelados en las islas Livingston y Decepción, en el sector occidental de la Península Antártica. Este proyecto, al que denominamos en años anteriores como PERMATHERMAL, está financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad para mantener estas estaciones que tiene carácter de "serie histórica". En este proyecto, esta campaña hemos incorporado un nuevo colaborador: Sebastián Sánchez, profesor del Departamento de Automática de la Universidad de Alcalá. Un ingeniero de sobrada y reconocida experiencia en el campo de la electrónica que nos echará una mano con las muchas tareas que tenemos que realizar.

Pero durante esta campaña arrancamos las actividades de campo de un proyecto I+D+I, también del Ministerio de EConomía y Competitividad de la convocatoria del año 2014. Es el proyecto PERMASNOW (CTM2014-52021-R), cuyo objetivo es estudiar el efecto de la nieve en la temperatura del suelo. Si recordáis (o leéis) nuestras entradas de blog de campañas anteriores, nos habíamos encontrado cada vez más nieve en nuestras estaciones por las mismas fechas. ¿cual es la consecuencia de esto en la temperatura del suelo?¿protege la nieve al suelo de su descongelación?¿favorece, por el contrario, que se descongele? Responder a éstas y otras preguntas es el objetivo del proyecto, del que os iremos contando más detalles a lo largo del blog de esta campaña antártica 2016-17. De momento os adelantamos el logotipo que hemos diseñado para que nos identifique.

Logotipo del proyecto PERMASNOW

Para llevar a cabo las tareas de campo asociadas al estudio de la nieve en nuestras estaciones, contamos con un equipo multidisciplinar que incluye a investigadores como Miguel Ramos, quien iniciara esta línea de investigación en la Universidad de Alcalá, y referente del permafrost antártico en España. Miguel Ramos es profesor del departamento de Física y Matemáticas de la Universidad de Alcalá, y que con ésta hará 9 campañas antártica, si bien hace ya 9 años que no visitaba la zona. Del mismo departamento, el profesor Miguel Ángel Hidalgo, es también un investigador antártico, con 3 campañas de experiencia, aunque hace más de una década de su ultimo periplo antártico. Por otro lado, la profesora Susana Fernández, del departamento de Geología de la Universidad de Oviedo, es una nueva incorporación al estudio de los suelos congelados, si bien ella ya estuvo en la Antártida en el año 2009 durante el Año Polar Internacional. Y finamente, geólogo también, el profesor Miguel Ángel de Pablo, del departamento de Geología, Geografía y Medio Ambiente de la Universidad de Alcalá, que ha participado en las últimas 8 campañas antárticas, iniciándose en el año 2008 de la mano del profesor Miguel Ramos.

El equipo PERMASNOW-PERMATHERMAL que participará en la campaña 2016-17. De izquierda a derecha: Miguel Ramos, Miguel Ángel Hidalgo, Miguel Ángel de Pablo, Susana Fernández y Sebastián Sánchez, tras una reunión de trabajo hace unos meses para preparar la campaña que ahora se inicia.

Este equipo nos embarcaremos en una campaña larga (del 10 de Diciembre al 17 de Marzo), logísticamente compleja (divididos en varios grupos de trabajo con entrada y salida de la Antártida en distintas fechas), con más de 23 cajas con más de 600 kg de material científico, y con muchas tareas que desarrollar sobre el terreno, incluyendo la instalación de nuevos instrumentos científicos, algunos realmente novedosos en estas latitudes como una estación constituida por una docena de instrumentos para medir de forma muy precisa las características de la cubierta de nieve a lo largo de todo el año. No os queremos adelantar más porque en esta larga campaña os iremos contando todos estos detalles y la ciencia que queremos hacer con los datos que obtengamos.

Y ya está todo listo, y a punto de comenzar, porque mañana salen hacia Chile Miguel Ramos y Susana Fernández.

¡¡ARRANCAMOS!!
M.A. de Pablo

lunes, 7 de marzo de 2016

Fin de campaña

Alcalá de Henares, España. 7 de Marzo de 2016

Todo tiene un final, y este es ya el de la campaña antártica 2015-2016 del proyecto PERMATHERMAL. El sábado a primera hora de la tarde aterrizaba, tras un vuelo sin incidencias, en el aeropuerto Adolfo Suarez de Madrid-Barajas, dando así fin a la campaña.

Ahora ya quedan atrás las siete semanas y media de campaña en las que a Manuel y a mi nos ha pasado un poco de todo. Hemos tenido magnificos días de sol y terribles ventiscas. Hemos tenido días de duro y agotador trabajo de campo, y días relajados de espera y navegación. Pero sobretodo hemos sacado adelante los numerosos objetivos que nos habíamos planteado. Hemos realizado el mantenimiento de todas nuestras estaciones, colaborado con nuestros colegas portugueses (y con algunos otros proyecctos), realizado pruebas de nuevos instrumentos y métodos,.... En fín, podemos decir que la campaña ha sido todo un éxito.

Pero la campaña es también muchas más cosas que trabajo. Hemos tenido la suerte de compartir horas de navegación, trabajo y vida con viejos colegas antárticos, y hemos conocidos a otros muchos que se han unido a esta pequeña familia de los que dedicamos nuestro tiempo a trabajar algunas semanas en la Antártida. Científicos, técnicos y dotaciones de distintos rincones de España (y del mundo), con quienes hemos compartido el frío, las penurias, y el escaso espacio de barcos y bases, bajo ese influjo del llamado "espríritu antártico" de colaboración y camadarería, en el que todo lo malo no se ve y solo hay buenas palabras y sonrisas en el día a día.

Ahora queda mucho trabajo por delante: añadir nuestros datos a las bases de datos propias, nacionales e internacionales, redactar informes, cuadrar las cuentas,...y todo ello junto con las tareas docentes que nos ocupan: clases, tutorías, más clases, reuniones...  Es el precio del privilegio de trabajar en la Antártida. Y es que, no podemos olvidar que hemos tenido el privilegio de trabajar en un rincón único del planeta, con naturaleza inalteraza y extrema. Cuando la paciencia se nos agota con la burocracia y la rutina, no podemos sino dejar de pensar en lo que hemos visto: icebergs, pingüinos, ventiscas, focas, glaciares, ballenas, petreles, hielo y más hielo.

No podemos acabar la campaña sin agradecer a cuantos organismos han estado implicados en su desarrollo: Ministerio de Economía y Competitividad, Ministerio de Defensa, Ministerio de Educación y Cultura, Ejército de Tierra, Armada, Unidad de Tecnología Marina, Programa de investigación Polar de Plan Nacional de I+D+I, Instituto Geológico y Minero de España, y la Universidad de Alcalá. A todas estas instituciones y el personal que pertenece a ellas que ha dado, de una manera u otra, desde España o en el terreno, su apoyo y trabajo: muchas gracias por hacerlo posible. Y también a mi compañero Manuel, quien ha sufrido en sus carnes la rudeza de las tierras antárticas y del trabajo de campo en el estudio del permafrost, pero que ha superado con creces haciendo fácil lo complicado y siempre con una sonrisa, a pesar de todo. Gracias Manuel. Finalmente nuestro agradecimiento también a quienes nos habéis seguido en estas semanas leyendo nuestras aventuras por tierras antárticas. Esperamos que hayais podido disfrutar de nuestras aventuras y desventuras y "visto" de cerca cómo es el trabajo científico de campo en este rincón helado del planeta.

Muchas gracias y hasta pronto, pues esperamos continuar este blog de forma esporádica mostrandoos los resultados científicos de la campaña. ¡No dejéis de seguirnos!

Un cordial saludo

M.A. de Pablo

viernes, 4 de marzo de 2016

La vuelta a casa

Buenos Aires, Argentina, 4 de Marzo de 2016

Esta mañana he desayunado con Vanesa y Alfonso, dos científicos del grupo de sismología con quienes he compartido (un año más) campaña en la base Gabriel de Castilla. Ellos se quedan algunos días más, y hoy se iban de excursión, así que tras desayunar me he despedido de ellos y luego he hecho la maleta. Después, para matar las últimas horas en la ciudad he ido a pasear de nuevo por la calle San Martín y luego he iniciado mi viaje de vuelta a casa. Ushuaia-Buenos Aires ha sido el primer vuelo, y ahora seis horas de espera en el aeropuerto de Buenos Aires, en las que he aprovechado para escribir algunas de las entradas de blog atrasadas (llevo sin conectarme a internet desde el día 24). Y como poco hay que contar de la vida en espera en un aeropuerto no os entretengo más. En unos minutos tomo el vuelo Buenos Aires-Madrid que dará fin definitivo a la campaña.

¡Buenas noches!


M.A. de Pablo

jueves, 3 de marzo de 2016

En puerto

Ushuaia, Argentina, 3 de Marzo de 2016

Ya de madrugada hemos entrado en el canal del Beagle. No lo hemos visto porque ya estábamos acostados, pero a las 4 de la madrugada hemos recogido al práctico del puerto que es quien dirige el barco en este transito por el canal. Cuando nos hemos levantado, hoy a las 6:30, ya hemos podido ver montaña, nieve, y ¡ÁRBOLES! por la ventana de nuestro camarote. Aunque aún no había amanecido del todo, hemos desayunado rápido para poder subir al puente a disfrutar del canal y de la llegada a Ushuaia. La sorpresa es que estabamos mucho más cerca de lo que pensábamos y ya se vislumbra a lo lejos nuestro puerto. Aún hemos tardado un par de horas en llegar allí, algo que hemos aprovechado para disfrutar del vuelo de los albatros, os petreles y los cormoranes que jugaban con el barco, recortando su trayectoria, siguiéndole la estela o sobrevolándolo. El amanecer ha hecho aún más bonita nuestra entrada en puerto (marca atrás!) que ha sido lenta, pero eficiente y suave, sin el típico "clonk" que ttodos esperábamos. Luego hemos esperado que la autoridad del puerto nos sellara los pasaportes para poder entrar en argentina. Luego nos hemos ido despidiendo y poco a poco abandonando el buque. El comandante ya se despidió anoche entregándonos un certificado de haber pasado el Drake, así que ya solo quedaba despedirse.... o más bien emplazarse en los bares de la zona para tomarnos unas buenas cervezas para verlebrar el final de la campaña. Tanto el buque como los científicos como la doctación de Gabriel de Castilla, estamos ya de regreso a España, así que nada mejor que celebrarlo.

Cada cual se ha ido dispersando por los hoteles. Yo he vuelto al Rosa de los Vientos, en el que tan bien nos han tratado años atrás cuando solíamos entrar y salir por Ushuaia. Aunque iba a ducharme, no he podido resistirme a darme un baño. Es poco ecológico por el consumo de agua, pero el cuerpo entumecido, volver a tonificar los músculos, y quitarse definitivamente la capa de suciedad y mugre acumulada en estas largas semanas justifican el baño.

Por la tarde, y en compañía de otros científicos, hemos estado paseando "San Martín arriba, San Martín Abajo". Es la calle principal de la ciudad y donde se reunen todas las tiendas para los turistas que embarcan aquí en los cruceros antárticos, así que poco hay mejor que hacer para pasar un par de horas en la ciudad, por todo lo demás, un poblado de colonos con un antiguo penal como parte de su historia. Después hemos coincicido casi todos los que íbamos en le barco. Ya limpios, peinados, vestidos de calle nos hemos encontrado la práctica totalidad de los que hemos subido en el barco, incluída su dotación. Ha sido divertido y distendido charlar con unos y otros y brindar por el trabajo bien hecho y haber conseguido llegar a buen puerto después de largas semanas de duro trabajo en la Antártida. Mañana vuelvo a casa, así que la cerveza de hoy también era en honor de Manuel que volvió hace unos días, y por cuantos habéis seguido estos apuntes de nuestras aventuras por el sur. Gracias a todos.

M.A. de Pablo

miércoles, 2 de marzo de 2016

A la gente de mar

Mar de Hoces, 2 de Marzo de 2016

Hoy hemos salido de la Antártida. Hemos cruzado el paralelo de 60ºS que marca el territorio antártico (no el océano antártico) protegido por el Tratado Antártico. Ayer y toda la noche de hoy el mar ha convertido el buque en una batidora. No ha sido el peor Drake que hemos hecho, pero se ha movido bastante. Esta mañana aún daba coletazos, pero el Mar de Hoces ya estaba mucho más calmado. Tanto como par que todos los que estábamos "desaparecidos" por el buque volviéramos a la vida.

Y dias como el de ayer son en los que uno se da cuenta el valor y la dureza de la gente de mar. Al fin y al cabo nosotros éramos unos meros pasajeros, pero mientras el mar batía, muchos estaban en el puente de mando del buque, o manteniendo a punto los motores, o cocinando, o limpiando,... y todo ello a pesar de las olas y vaivenes del buque. Y como la dotación del BIO Hespérides, los de otros muchos buques, de todos los tamaños, y condiciones, desde los buques de la armadas hata el último de los pesqueros. Y ya se sabe de la dureza de la gente de mar, pero hoy, cuando uno ha sufrido en sus carnes la mala mar, uno piensa en todas esas personas que día a día hacen su trabajo, muchas veces jugándose la vida, recorriendo los mares del mundo. A todos ellos, vaya este merecido homenaje.

Pero el Mar de Hoces hoy nos ha brindado un día que uba mejorando por momentos, dejándonos incluso salir al castillo de proa a hacernos fotos con toda la dotación del buque. Aunque entre bancos de niebla, hasta hemos visto y disfrutado a ratitos del sol. sol que hemos aprovechado muchos para ponernos a "fotosintetizar", disfrutando del primer calorcito del sol en muchas semanas. Parece mentira como algo tan sencillo con calentarse un poco al sol es, por esas latitudes que hemos dejado atrás, todo un lujo.

Al atarceder, ya sin niebla, hemos disfrutado de una puesta de sol de lo más colorida mientras en el horizonte comenzábamos a vislumbrar las primeras siluetas de tierra firme. Al fin la Tierra de Fuego. Aunque esto marca el final de nuestro periplo antártico, los que no somos gentes de mar agradecemos poder gritar aquello de "¡¡TIERRA A LA VISTA!!".

M.A. de Pablo

martes, 1 de marzo de 2016

¿Pero esto no se acaba nunca?

Mar de Hoces, Antártida, 1 de Marzo de 2016

Vomitar no es algo que agrade a nadie, pero cuando el estómago se te pone del revés, no queda más remedio que correr hasta el baño más próximo. Y es que aunque nunca he tomado pastillas contra el mareo, a veces me pregunto porqué hago esta tontería. Pero la somnolencia que dan las pastillas no es tampoco agradable. Así que prefiero aguantar. Mientras no me muevo demasiado si hago movimientos bruscos ni cambio en exceso de cubierta, la cosa funciona, pero en caso contrario... y todo iba bien hasta que he bajado al comedor a una reunión con el comandante del barco... Un golpe de mar de la tempestad de la que nos avisara ayer el comandante ha hecho su primera víctima... Así que aunque no me sentía mareado, he pasado el resto del día en mi saco de dormir dormitando, bebiendo sorbitos de zumo, comiendo fruta y leyendo. Y es que cuando el barco se convierte en batidora, lo mejor es no tentar a la suerte y hecharse "a morir" en algún sitio. Tdo es cuestión de tiempo y al final siempre llega la calma. A unque a veces la maldita tarda días en llegar. En el buque Las Palmas la cosa era distintas. Ya estaba acostumbrado al movimiento del mar en el Mar de Hoces. Mucho más calado y menos altura del barco, hacía que pudiera soportar cualquier tormenta sin prácticamente inmutarme, pero en el Hespérides... más alto y con menos calado hace que cada cruce del Drake sea una verdadera aventura. Así que uno no deja de preguntarse "¿pero esto cuando se acaba?" "¿y si me tiro al mar y que acabe este sufrimiento en 3 minutos?" "que alquien me mate ya!". Menos mal que la batidora en la que se ha convertido el barco hace que nacie se plantee moverse de su catre (o del suelo en mi caso), ni siquiera para intentar tirarse por la borda... y el cansancio acaba haciendo que uno caiga de nuevo en el sueñoo en un duerme-vela lo suficientemente como para que el tiempo pase un poco más rápido. Porque si hay algo que ocurre en el Drake es que el tiempo no pasa... casa segundo se hace eterno, cada vaivén del barco es infinito... ¿pero es que esto no acaba nunca?
M.A. de Pablo

lunes, 29 de febrero de 2016

Arranca el Drake

Mar de Brandsfield, Antártida, 29 de Enero de 2016

Anoche, mientras nos duchábamos y charlábamos con los colegas antárticos, el barco fue navegando hasta Bahía Sur, para fondear frente a la base Juan Carlos I. A primera hora del día hemos desembarcado el material del campamento Byers y embarcado a los dos científicos que quedaban en la base (uno de ellos nuestra antogua colega Cayetana). Y a mediodía hemos iniciado el viaje de regreso a España. De momento, el día de hoy ha sido el de disfrutar del mar de Brandsfield. Los glaciares de las isla Livingston, Greenwich, Nelson y Rey Jorge nos han ido despidiendo. El día soleado nos ha permitido pasar horas en la cubierta del barco, escondidos en rincones protegidos del viento, donde hemos contemplado los paisajes, sacado cientos de fotografías, y charlado con la enorme población del barco. Aventuras, anécdotas y demás conversaciones nos han permitido pasar el rato, olvidar por unas horas la ciencia que nos ha traído a este lugar, y disfrutar un poco del privilegio de trabajar en la Antártida. Así que como unos turistas cualquiera nos hemos hecho más que disfrutar de los espectaculares paisajes de naturaleza en estado puro.

Al final del día el buque a cambiado su derrota para poner rumbo hacia Ushuaia, a unos 1000 kilómetros de distancia. El comandante del buque nos ha reunido a todos para darnos la bienvenida a bordo (una vez más), hablarnos de las condiciones de seguridad y para comunicarnos que iniciábamos el cruce del llamado paso del Drake en el Mar de Hoces (en honor del navegante español que lo descubrió), que sería movidito desde mediodía del día siguiente y durante todo su noche. Así que con esta previsión, nos vamos mentalizando (y algunos tomando todo tipo de pastillas y medicamentos contra el mareo) de lo que nos espera. Son sólo tres días, pero tendremos que pagar nuestro privilegio de trabajar en la Antártida.

M.A. de Pablo

Dia cero, después de la Antártida

Alcalá de Henares, España, 29 de febrero de 2016

Llegué al aeropuerto de Madrid el viernes por la tarde en un viaje largo en avión y a la vez un tanto accidentado. Avisaron por megafonía varias veces preguntanto si había un médico abordo. Uno de los pasajeros se puso fatal al poco de cruzar la Cordillera de los Andes y yo ya me veía anterrizando de emergencia en algún sitio de Brasil. Al final, efectivamente había un médico en el avión y llegamos en hora.  
 
Hoy ha sido mi primer día de vuelta al trabajo. ¡Qué contraste!. Pero estoy contento. La Antártida ha sido toda una experiencia que espero poder repetirla algún día, pero también agradezco estar de vuelta en casa, con mi familia; y por qué no, de vuelta al trabajo. Junto con todo lo que tengo que contar, tengo todo un cuatrimestre que preparar, un proyecto espacial que terminar y poner en práctica muchas ideas que se me han ocurrido durante el viaje.

Durante el viaje de vuelta y el fin de semana, Tetyana, la médico de la BAE Juan Carlos I, me ha estado poniendo al día de la estancia de Miguel Ángel en Byers. En Byers no hay base alguna. Es una península muy protegida en Livingston en la que se monta un campamento temporal, tipo iglú. El único método de comunicación es por medio de walkies. Parece que se han encontrado poca nieve y que eso ha facilitado su trabajo. Me han dicho que hoy embarcan en el Hespérides, que les llevará a Ushuaia, en Argentina y de allí ya volará a Buenos Aire y Madrid.

Así que estad atentos. Espero  que podamos tener una entrada de Miguel Ángel en breve contándonos su experiencia en Byers. Yo ya me despido aquí. Muchas gracias a todos los que nos habéis seguido y a todas las personas que he conocido en este viaje, por hacerlo más fácil y por ese buen "espíritu antártico". Y a Miguel Ángel, como no. Muchas gracias, simplemente por todo. ¡Ánimo!. Esperamos tus noticias. Que tengas un buen viaje de vuelta, que aquí te esperamos.

M. Prieto

domingo, 28 de febrero de 2016

"Cierre" del campamento Byers.

Isla Livingston, Antártida, 28 de Febrero de 2016.

Hoy hemos acabado en Byers y la campaña. Esto implica el cierre del campamento. Bueno, en realidad no lo hemos cerrado en sentido estricto. Debido a que este año la población de Byers era mucho mayor de lo normal, sólo hemos abandonado el campamento. El buque chileno debería hacer sacado ayer al equipo de chilenos y chinos de aquí. Pero por lo visto, un problema grave de salud del piloto del helicóptero, más la niebla que ayer se cirnió sobre la península, no han hecho posible esa extracción. Y no pinta bien el asunto, porque la fecha más próxima que les dan de salida es el día 1 de Marzo.

Anoche nos confirmaron por radio que le buque Hespérides nos mandaría las embarcaciones para salir de Byers esta noche a las 8 en punto. Así que hemos dedicado el día a desmontar las tiendas de campaña, recoger el menaje, retirar comida,... aunque hemos dejado bastante comida a los colegas chilenos y chinos, porque ellos están comiendo comuda liofilizada, que es poco apetecible (aunque cumpla su función de alimentar). A las 18h ya estaba el campamento prácticamente desmantelado (para dejarlo impoluto yu que lo pudieran seguir usando los chilenos y chinos), y con la carga perfectamente preparada en la playa lista para ser embarcada.

Y el Hespérides estuvo a su hora en punto listo para la maniobra. Venía de la isla Decepción, de cerrar la base y recoger a todo el personal científico y militar y toda su carga. A las 8 menos unos minutos ya estaban dos embarcaciones varadas en la playa. Rápidamente preparamos una cadena humana para mover las cajas de material y toneletes de carga desde la playa hasta las embarcaciones. Pero no había sitio para personal, así que las embarcaciones regresaron al buque mientras nosotros nos enfundábamos los teletubies. Nos dio tiempo hasta para sentarnos en la playa a disfrutar del último atardecer por estas tierras tan especiales de la península Byers. Y también para darnos cuenta de que el viento estaba arreciando y que tendríamos un viaje movidito hasta el buque. Y no fue para menos. Con olas de casi dos metros no quedó más remedio que acabar un poco mojados. Bueno, la cara, que dentro del teletubie no entra agua. Meos mal que la embarcación estaba manejada por Santiago Muradas, un cabo histórico en las campañas Antárticas españolas. Primero a bordo del BIO Las Palmas, y ahora en el BIO Hespérides, ha ido el responsable de barquearnos hasta playas y costas de todo tipo en la Antártida. Año tras año hemos puesto nuestra seguridad en sus manos, y nunca hemos podido quejarnos de su profesionaliddad, previsión y buen manejo. Una persona peculiar, pero amable y afable que además este año ha cumplido el hito de haber cruzado ya 100 veces el famoso Drake. No creo que haya ningún otro marino del mundo que haya alcanzado esta cifra. Así que con semejante figura a la caña de la embarcación, el peligroso viaje se torna en un viaje más donde las olas y el agua que nos salpica no es más que motivo de risas y bromas, pues sabemos que en sus manos estamos a salvo.

Y fina Byers. A eso de las 9 ya estamos todo embarcados y secos. En la cubierta nos recibe nuestro amigo Cristobo, biólogo entrañable, amigo antártico, y director de la sede de Gijón del Instituto Español de Oceanografía. Con él compartimos campaña en Byers en el año 2009, y desde entonces es un placer compartir algunos ratiros y conversaciones por estas latitudes. Tras los saludos, y desenfundarnos los teletubies, bajamos a cenar pues nos están guardando un poco de cena a pesar de que el horario de cenas del buque hace ya tiempo que acabó. Luego nos repartimos por los distintos camarotes. Como el buque está haciendo su última subida a Suramérica puesto que ya acaba la campaña antártica, el barco está lleno de gente y nos toca dormir en el suelo con una esterilla y un saco de dormir. Son las incomodidades que aceptamos dado lo complicado que esto de la logística antártica. Mientras nos vamos acomodando descubrimos a los colegas científicos de los distintos proyectos que habíamos dejado en la base Gabriel de Castilla hace ya algunas semanas, así como a los miembros de la dotación que nos han estado facilitando el trabajo. Todos ellos mandan saludos a Manuel e intercambiamos anécdotas y preguntas sobre cómo han ido las últimas semanas. Es una sensación fantástica encontrarse de nuevo con todos ellos. Ahora que la campaña ya toca a sun fin y que todo parece haber salido bien o muy bien, es el momento de las risas, las bromas, las anécdotas,... Aunque cansados, con el trabajo acabado el ambiente que reina en el buque es fantástico.

Pero no podemos irnos a dormir sin una merecida ducha para recuperar la piel original, y desprendernos de la capa de mugre que ya empezaba a cubrirnos. Y es que aunque en Byers uno no se da cuenta, al calor del barco, la ropa empieza a oler un poco mal, así que nos damos la merecida ducha de agua caliente, nos ponemos ropa limpia y calzado cómodo (y no esas botas que nos estaban llenando de ampollas y magulladuras los pies) y a dormir!!!

M.A. de Pablo

sábado, 27 de febrero de 2016

Rematando las tareas

Isla Livingston, Antártida, 27 de Febrero de 2016

Hoy ha sido el día de rematar tareas. En principio mañana vienen a sacarnos de aquí, pero como los planes pueden cambiar, no queremos apurar demasiado. Así que esta mañana vamos a hacer las tareas de campo que nos quedan pendientes y esta tarde y mañana ayudaremos a recoger el campamento.
Así que hoy lo hemos dedicado a instalar la tarjeta de memoria en la cámara fotográfica, reinstalar el prototipo de la otra cámara fotográfica, sellar las estaciones, comprobar los vientos de los mástiles y dar por cerradas las operaciones en la cuenca Limnopolar.

El resto del día lo hemos dedicado a volver a caminar hasta el lago escondido. El otro día, cuando recorrimos toda la península, nos dejamos el sondeo situado junto a este lago para intentar de nuevo sacar los sensores. Hemos sacrificado el sacacorchos que había en el campamento para unirlo a una piqueta de las tiendas de campaña y ver si así podemos sacar los sensores. Hemos llegado allí al final de la mañana tras una caminata interesante en la que Ana Salomé ha vuelto a ir disfrutando de la geología de la zona. A cada pocos metros se paraba para preguntarme alguna cosa sobre las formas del relieve, o la geología, o para hacer fotos, o simplemente para contemplar y disfrutar de los paisajes. Y es que Byers es un poco como estar en Marte: lomas, colores anaranjados y rojizos,... (si no fuera por los lagos y la nieve...). Cuando hemos llegado, hemos estado intentando durante un buen rato eexraer los sensores con el nuevo artilugio que hemos improvisado, pero igual que hace un par de días, no hay manera. Así que a nuestro pesar tenemos que dar por perdido el sondeo, porque está lleno de hielo. Es inservible. Pero lo sellamos, porque siempre hay formas de intentar recuperarlo si lo organizamos con tiempo. Así que tras este chasco, volvemos al campamento a empaquetar nuestro material científico y dejarlo listo ya para la vuelta a España.

A las 5 de la tarde ya estábamos de vuelta, así que rápidamente deshacemos el macuto de trabajo, y metemos todo el material en las cajas y las sellamos. Luego hemos estado volcando los datos de todos los sensores que hemos recuperado en estos días, tanto de nuestras estaciones como las de nuestro colega Marc Oliva. Y luego hemos empezado a bajar a la playa algunos bidones con cosas que ya no se usarán en el campamento. 

Al final del día, como era la última cena de esta temporada, invitamos a todas las almas de Byers a cenar. Dos investigadores chinos no regresan a tiempo y el tercero cena pronto por sy cienta, así que al final la cena es de los investigadores españoles, chilenos, portugueses (bueno sólo una portuguesa) y búlgaros. En total 12 personas. Tenemos que improvisar sillas con algunos de los bidones de carga y usar una de las mesas del laboratorio para poder cenar juntos, pero al final es divertido. Compartimos nuestras experiencias estos pocos días en Byers, recordamos otras campañas por estas tierras y nos reimos muchos, que al final es lo que cuenta. Sobretodo para subir la temperatura del módulo, que alcanza la terrible temperatura de 18.5ºC, cuando fuera hace solo -0.5ºC (y bajando), y sin calefactor!. Al final de la velada, Antonio Quesada saca una botella de vino para brindar por esta campaña y Ana Salomé nos sorprende cantando unos cuantos fados a la mortezina luz de una linterna. Sin duda una forma muy especial de acabar esta campaña.

M.A. de Pablo

viernes, 26 de febrero de 2016

Medidas, sensores, y arenas movedizas

Isla Livingston, Antártida, 26 de Febrero de 2016

Si ayer fue un día largo, hoy no lo iva a ser menos. La pobre Ana Salomé, que ya estaba cansada, ayer reventó tras el largo día en Byers. Pero lo disfrutó mucho porque a cada paso no dejaba de decir lo bonito y fascinante que era la península. Sin duda me sirvió de recordatorio de porque creo que esta fase en Byers en la mejor de toda la campaña. Hoy no hemos tenido que recorrer mucho, pero ha sido un día de mucho trabajo en nuestra zona de estudio en la cuenca del lago Limnopolar. Anoche habíamos preparado los macutos con casi 30 kg de piquetas metálicas (por cierto, donadas por el padre de Manuel Prieto, quien con todo su cariño nos las cortó y afiló para poder instalarlas en nuestra zona de estudio), maza, 100 metros de cuerda, decenas de sensores, una cámara fotográfica automática, nuestra pica de permafrost (hecha el año pasado por Vila, el técnico motores de la BAE Juan Carlos I), los botes de pis (vacíos, claro, y es que Byers es una zona tan protegida de la Antártida que no se puede ni orinar en el campo), y algunas chocolatinas para picar.

Tras desayunar (un poco tarde, la verdad, porque se nos pegó el sacó de dormir a prácticamente todos en el campamento), hemos salido hacia nuestra zona de estudio. Lo primero de todo ha sido recuperar los sensores de la estación de medida y poner los sensores nuevos que programé hace ya unos días. Luego hemos reinstalado el mástil del prototipo asegurándolo con más vientos e instalando un nuevo prototipo que durante el año pasado desarrollé con mi padre. Esperemos que la estación no vuelva a sufir daños este año. Luego hemos cambiado la cámara fotográfica automçatica, que el año pasado dio signos de que la pila interna estaba fallando, pero no teníamos repuesto. Tambien la hemos enfocado gracias a la pantalla del drone que nos ha prestado Vila en Juan Carlos I. Tras esto hemos instalado las picas metálicas, porque las de madera que instalé en el año 2009 ya están empezando a deteriorarse. Espero que las que hemos puesto ahora aguanten muchos más años. Con todo esto acabado, nos hemos puesto a hacer la media de la capa activa, es decir, a clavar la pica en el terreno en puntos preestablecidos con el fin de medir cuanto se ha fundido el suelo este año. Esto lo hemos empezado a las 15h, y al poco rato han pasado a visitarnos Antonio, Ana y Greta, que también estaban por la zona. Hemos charlado con ellos un minuto y hemso continuado hasta casi las 5 de la tarde. Y es que la falta de nieve ha permitido hacer el trabajo relativamente rápido, aunque eso también implicaba que nos hundíamos continuamente enlas arenas movedizas que hay en nuestra malla de estudio. A veces hasta las botas se nos quedaban completamente enganchadas y nos costaba un buen rato sacar el pie sin perder la bota o acabar reboado en el barro... Menos mal que sabemos que debajo el suelo está congelado y no nos hundimos demasiado. Mientras vamos haciendo esto, recogemos los sensores que el año pasado uen imposible encontrar debido a toda la nieve que había en la zona. Este año era solo agacharse y recogerlo. Pero este año corremos el riesgo de que los sensores estén estropeados y hayamos perdido los datos. Ya veremos.

Acabado esto, revisamos de nuevo los mástiles y volvemos al campamento. Hoy tampoco hemos comido y aunque ha hecho sol y bien tiempo todo el día, el cuerpo nota rápidamente la falta de calorías. Al menos el de la pobre Ana Salomé, que por adaptarse a mi ritmo de trabajo desenfrenado, tampoco para a comer ni beber. Así que cuando hemos llegado al campamento hemos dado buena cuenta de un poco de queso y embutido y mucha agua!. PEro estamos contentos. Ana Salomé ha podido conocer nuestra zona de estudio y ver en directo nuestro forma de trabajar con el fin de coordinarnos mejor con el equipo portugués. Y yo porque hemos conseguido hacer todo el trabajo programado para hoy.

Para cenar hemos invitado a los colegas Búlgaros, que anoche cenaron a la intemperie con un pequeño quemador de gas. Ha sido interesante. Cada uno estaba a su conversación, pero de vez en cuando cruzábamos conversaciones en español, portugués, o inglés, y además hemos podido subir más la temperatura del interior del módulo, que este año no hemos traido calefactor.
Hoy ha sido un bien día en Byers.

Buenas noches.

M.A. de Pablo

jueves, 25 de febrero de 2016

Arranca el campamento ligero de Byers

Isla Livingston, Antártida, 25 de Febrero de 2016

Hoy ha sido el día de inicio del campamento Byers. Ha sido un día... larguíiiisimo y de mucho trabajo. A las 4:15 de la mañana ha sonado el despertador y corriendo a lavarse la cara, deshacer la cama, y bajar a la playa para ponerse el teletubie para embarcar en el Sarmiento de Gamboa, que ha pasado la noche fondeado frente a la base. Mientras empezábamos a cargar el equipo, los colegas búlgaros venían en moto de nieve por el glaciar. Y es que este año montaban la primera expedición de Bulgaria a la península Byers, en el otro extremo de la isla Livingston. Tres geólogos y un campamento realmente ligero con dos tienas de campaña y algo de comer. Junto a ellos ha venido Ana Salomé, secretaria del programa polar portugués, y colega nuestra en el estudio del permafrost. Lleva ya 3 campañas antárticas en su haber y ha sido la colega que va a sustituir a Manuel en la aventura en Byers. Sin duda una mano de obra muy cualificada y necesaria.

Al final el viento no bajó demasiado durante la noche, y aún había bastantes olas en la playa. Tanto que ha sido necesario que 5 personas sujetaran la embarcación mientras se iba cargando de material. Y a pesar de ello, las olas seguían metiando agua en la embarcación. Pero ya cargado todo el material, a eso de las 6:00 de la mañana, nos hemos despedido de los técnicos que estaban en la maniobra, y nos embarcado para subir al Sarmiento de Gamboa, y hemos llegado sorprendentemente secos. Y listos, directos a la península Byers. En cuestión de 3 horas ya estábamos frente a la zona de desembarco. Por el camino hemos aprovechado para desayunar (otra vez), y esta vez fuerte, porque el día se preveía bien largo. También hemos podido saludar a los colegas con quienes estaremos en el campamento este año, y viejos colegas antaárticos: Antonio Quesada, biólogo de la Universidad Autónoma de Madrid, y además el actual gestor del Programa Polar Español del Plan Nacional de I+D+I. Con él trabajará Ana Justel, experta en estadística, de la misma universidad. Hacía ya tres años que no hacían campaña y ha sido un placer volver a versol y saber que compartiremos días de trabajo en Byers.

Como a las 9 de la mañana hemos llegado frente a la costa en Byers y se han iniciado las tareas de desembarco de material y personal. La península tenía bastante nieve, aunque aparentemente menos que el año pasado, lo que es una buena señal, porque nos permitira realizar mucho trabajo. Pero al bajar nos hemos dado cuenta de que no estábamos solos. Un equipo de tres investigadores de Chile y tres de China habían "ocupado" los módulos. Según nos han contado, han llegado esa misma mañana en helicóptero desde nuestro ya conocido buque de la armada chilena Aquiles. Lo más sorprendente es que el equipo chino estaba volando un dron de grandes dimensiones haciendo fotografías de la península. En los siguientes días nos enseñarán el resultado.

La primera hora la hemos pasado subiendo algo de material desde la playa hasta el campamento. No nos hemos quitado el viking, puesto que mientras Iñaki montaba la parte más importante del campamento (comunicaciones, algunas tiendas, sistema électrico, etc.), Antonio, Ana, Hilo, Ana Salomé y yo hemos ido en embarcación hasta el otro extremo de la península para empezar a trabajar. La verdad es que con tan pocos días de campamento (el 28 nos recogen por la tarde), no se puede dejar pasar un segundo sin aprovecharlo al máximo. Así que mientras Antonio y Ana tomaban muestras de tapices algales en alguno de los lagos, Ana Salomé, Hilo y yo realizábamos el mantenimiento de unas estaciones que instaló hace dos años nuestro colega Marc Oliva, actualmente en la Universidad de Lisboa. Pero ha habido bastante mala suerte, y algunos de los sensores se habían descolgado resultando imposible sacarlos del sondeo. En otros puntos el sondeo estaba completamente lleno de hielo haciendo imposible rescatar los sensores. Donde hemos podido hemos rehecho la instalación de los sensores, para no perder datos este año. y aunque sólo eran 3 estaciones repartidas por toda la península, el retraso en el mantenimiento por los problemas que se habían producido, más la nieve que había que ir sorteando para no caer en el agua que se oculta por debajo, nos ha hecho tener que hacerlo a paso muy ligero, aumentando el cansancio. Además, no hemos parado a comer, y la falta de fueras se ha ido notando ya por la tarde. La última estación en ser visitada ha sido la nuestra, en la cuenca del lago Limnopolar. Por desgracia, el mástil donde estaba el prototipo que instalamos el año pasado estaba derribado y la electrónica completamente destruida por el óxido. La parte buena es que apenas hay nieve en nuestra zona de trabao y vamos a poder recuperar mañana muchos de los sensores que el año pasado tuvimos que dejar abandonados, y medir la descongelación del suelo tras varios años sin poder hacerlo.

Completamente agotados llegamos al campamento casi a las ocho de la tarde. El Sarmiento de Gamboa ya había desaparecido del horizonte, y con él Inaki, que había pasado el día montando el campamento. Pero el lío en el campamento es importante. Mucha gente en los módulos, unos haciendo la cena, otros calentándose agua para hacer alguna infusión para calentarse... así que los españoles nos bajamos a la playa, y aprovechando que tenemos los bidones con comida aún allí, improvisamos un aperitivo para la cena: un poco de queso, salchichón, nutela y unas galletas, todo regado con una garrafa de agua embotellada bien fresquita nos levanta el ánimo de nuevo y recuperamos fueras hasta la hora de la cena. Pero tras todo el día andando por la península que nos hemos cruzado de Este a Oeste, nos estábamos también quedando fríos ahora que el sol empezaba a ponerse. Y es que el día ha sido fantástico. Completamente despejado y un sol que no calentaba, pero alegraba el cuerpo yla vista. Para no quedarnos fríos, pero sobre todo porque el campamento aún no estaba listo, hemos empezado a subir bidos de material desde la playa: comida, agua, sacos de dormir, esterillas, y el material científico que usaremos mañana. También hemos improvisado un baño con una lata vacía y las cajas de material científico que tenemos acumuladas. No es el baño más lujoso del mundo, pero si el de las mejores vistas: el océano antártico lleno de icebergs, y la isla decepción al fondo. Y en la playa unos elefantes marinos retozando y algunos pingüinos curiosos jugando en la orilla. Con este panorama... ¿quien se acuerda del baño de su casa?

Ya bien tarde hemos preparado un poco de pasta para cenar con una salsa que nos habían preparado en la base. Mientras acabábamos de preparar la cena, el buque Hespérides ha llegado frente a las playas de Byers para dejar en la playa a otra investigadora: Greta, estudiante de doctorado de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, que participa en un proyecto de estudio de especies invasoras en esta región antártica. Ya con la nueva científica con nosotros, hemos dado buena cuenta de la cena, que nos ha sabido a gloria.

Completamente agotados, y bien pasada medianoche, vamos retirándonos a nuestras tiendas, que este año compartidos por parejas. Es tal el cansancio que en lo que tardo en quitarme las botas y extender el saco de dormir, mi compañero de tienda, el técnico de montaña Hilo, ya está completamente dormido. Y no es para menos, ya que además de acompañarnos todo el día en nuestro recorrido por Byers, ha gestionado toda la logística para acabar de montar el campamento.

En fín, un día, no largo... larguíiiiisimo que por fin acaba. El primer día en el campamento ligero de Byers. Buenas noches.

M.A. de Pablo

Rumbo Norte

Punta Arenas, Chile, 25 de febrero de 2016

Escribo estas líneas ya desde Punta Arenas. Llegué ayer por la tarde después de un largo viaje, desde que zarpara de la isla Livingston allá el pasado lunes. Como bien contó Miguel Ángel, el lunes fue la despedida de la base Juan Carlos I. Cuando llegamos al Sarmiento de Gamboa, nos quitamos los teletubbies y justo en ese instante se oyó un revuelo en cubierta. La tripulación estaba mirando justo a la zodiac. Nos acercamos a ver qué pasaba y es que había un pingüino que había saltado dentro de la zodiac y estaba mirando perplejo al patrón y al proel, que eran los únicos que ya quedaban en la zodiac. Después de pensárselo un poco, el pingüino pegó un brinco y se fue alejando de la zodiac como un torpedo.

No me voy a entretener contando de nuevo las maravillas del BIO Sarmiento de Gamboa. La única pega que le puedo poner al barco, y esta es personal, es que se mueve bastante. Menos mal que Tetyana, la médico de la BAE, me dio unas gotitas mágicas para el mareo antes de marchar. El rumbo era ir primero a Decepción, recoger a varios investigadores, y de ahí ya salir para Rey Jorge. Estaba previsto que al día siguiente cogiéramos el avión a Punta Arenas. 

Miguel Ángel tenía razón, "el que brinda a la salida de los Fuelles de Neptuno vuelve a Decepción". Y así fue, y antes de lo que pensaba. Estuve las dos/tres horas que dura el trayecto a Decepción en cubierta admirando por última vez los icebergs y el mar de Bransfield.

Entrada por los Fuelles de Neptuno

Allí estaba de nuevo la BAE Gabriel de Castilla. Parecía igual, pero me fijé que ya habían puesto un aerogenerador para el proyecto de invernada. No desembarcamos. Estuvimos unas horas en Decepción mientras observábamos el trasiego de zodiacs entre la base y el Sarmiento. En uno de estos barqueos subió a bordo el comandante Salas. Fue una sorpresa volver a verle. Emprendimos el camino a la isla Rey Jorge pasadas las 7 de la tarde. Esta vez no pude brindar con Sidra, pero brindé con lo que tenía a mano. El barco no dejaba de moverse y moverse y por el camino se podría ver la línea del continente claramente.

Pasamos esa noche en el barco y a la mañana siguiente estábamos todos pendientes del vuelo a Punta Arenas. Finalmente, no pudo ser. Pude ver dos barcos de turistas al lazo del Samiento, además del Hespérides que también estaba por allí. Nos explicaros que éramos los terceros en la cola. Ya empezó a empeorar el tiempo y el vuelo se canceló. Eso sí, los turistas sí que salieron. A nosotros nos tocó pasar otra noche en el barco. Pero nada, aprovechamos para charlar entre nosotros y contarnos las batallitas de la campaña.

Ya el miércoles (ayer), nos levantamos temprano y nos informaron que volaríamos ese día. Deprisa y corriendo nos fuimos todos a preparar el equipaje y estar preparados para ponernos los trajes. Éramos tantos (23) y había tanto equipaje, que se tuvieron que hacer tres barqueos. En el últimos hasta se estropeó la zodiac y hubo un momento de pánico. Vimos aterrizar nuestro avión y un Hércules de la Fuerza Áera de Uruguay, que levantaron un montón de barro al aterrizar. Una vez en pista, nos pesaron el equipaje y estuvimos esperando un buen rato hasta que nos autorizaron a subir al avión. Tenía los pies helados de la espera. Estaba tan mal la pista, que tenían que controlar muy bien la carga. De hecho, a los japoneses no les dejaron cargar sus cajas. Las cajas volarían al día siguiente.

A pie de pista


Salimos a las 13:40. Desde la ventanilla me despedí con tristeza de la Antártida. El vuelo duró unas dos horas y chán. De repende, en la civilización, como si todo lo pasado en este mes y medio hubiera sido tan solo un sueño, una ilusión, un espejismo. Me quedan ya unas pocas horas antes de tome el vuelo a Santiago de Chile y de ahí, otro a Madrid. Habrá sido un sueño, pero un sueño de esos que se recuerdan toda la vida.

M.Prieto
 

miércoles, 24 de febrero de 2016

Preparando Byers

Isla Livngston, Antártida, 24 de Febrero de 2016

Las noticias han sido buenas para Manuel. Hoy volaba desde la Isla Rey Jorge hasta Punta Arenas. Con este salto ya está en el buen camino de regreso a casa.

Mientras tanto, yo hoy he estado preparando todo el material para Byers. No el material científico, que ayer ya estaba completamente listo, sino hechando una mano en lo que se podía a Iñaki e Hilo, los guías de montaña que nos darán el apoyo este año. Comida, menaje, sacos de dormir y esterillas, comunicaciones... de todo para abrir un "campamento ligero" como lo han denominado este año. Tan ligero que no vamos a tener ni "cuarto de baño". Parece mentira, pero a pesar de lo ligero y corto del campamento, entre material científico, personal y del campamento, al final nos llevamos 4 sacos de rafia llenos hasta los topes. Pero nada que ver al enorme volumen que se movía en otras campañas.
Bueno, a veces más que ayudar estaba molestando, pero es que estos días de espera, cuando ya tienes todo preparado son un poco agotadores. Charlando con unos y otros, asegurándose de que todo está colocado y organizado... y es que un pequeño olvido puede ser crucial en este lugar al que vamos, y donde no hay manera de conseguir nada que no se lleve. El año pasado nos olvidamos de la cafetera, y los que necesitaban de esta sustancia para sobrevivir se las tuvieron que ingeniar para fabricar algo con lo que "destilar" un café calemtito aceptable para las mañanas.

Lo malo del día de hoy ha sido el viento. Se ha ido levantando viento a lo largo del día, y aunque no es molesto en tierra, en la playa está produciendo olas que complican los embarques. El plan inicial era embarcar en el Sarmiento de Gamboa a primera hora de la noche tras su llegada a Bahía Falsa. Ya aburrido por la espera, acompañado de Tetyana (la médico de la base) y nuestra antigua colega Cayetana, nos hemos ido a ddar un paseo hasta el que llamamos "Pico radio", una loma cercana a la base y desde donde se divisa la entrada de la bahía. Hemos podido observar grandes icebergs, algunos pingüinos que habían escalado también la loma, y un atardecer entre la niebla. Y a lo lejos a aparecido el buque que ya nos venía a buscar.

Y como ocurre muchas veces en la Antártida, se ha tenido que cambiar los planes. Se ha acordado retrasar el embarque hasta las 5 de la madrugada, por si el viento bajaba un poco durante la noche y no era tan arriesgado el embarque. ¡Menos mal que no había deshecho la cama! Aprovecho para despedirme de la mayor parte de los que estaban en la base, ya que de madrugada soólo veré a unos pocos. Así que agotado por un día poco fructífero y de espera me voy a dormir, que en unas pocas horas tengo que madrugar.

¡Buenas noches!

M.A. de Pablo

martes, 23 de febrero de 2016

Preparando la siguiente fase

Isla Livingston, Antártida, 23 de Febrero de 2016

Hoy es el día dedicado a preparar la siguiente fase, el trabajo de 3 días en el campamento Byers. Es la parte más dura, pero también la más "divertida" de la campaña. Acampañar y "buscarse la vida" en un rincón recóndito de esta isla (aunque sólo está a 3-4 horas de navegación desde la base Juan Carlos I), tiene su encanto. Además es un lugar fantástico, lleno de vida (elefantes marinos, lobos de mar, pingüinos, petreles gigantes, skúas,...) y con unos paisajes completamente extraterrestres. Y si el cielo está despejado, se puede ver las montañas Friesland, la isla Decepción y hasta el continente antártico!

Así que hoy es el día dedicado a preparar esa fase. Lo primero de todo dejar el material listo. una vez programados anoche los sensores, era hora de hacer el macuto de trabajo, metiendo todo lo necesario para poder hacer la instalación de todos los sensores en un sólo día, y dejar otro tipo de actividades para los siguientes. Después ha tocado deshacer (por primera vez) el macuto y organizar la ropa limpia, la sucia, la que usaré en Byers, la que usaré luego en el tránsito en barco hasta Argentina, y la que usaré en el avión de vuelta a casa. Es un poco locura, pero los siguientes dos semanas serán un maratón. Así que hacer el macuto de nuevo ha sido un poco obra de ingeniería para que todo estuviera accesible por fases y teniendo que deshacer lo menos posible el macuto buscando ropa.

Y por la tarde he estado ayudando a los dos guías de montaña que nos acompañarán (aunque sólo uno se quedará allí con nosotros todos los días), a preparar algo del material para el campamento: comida, menaje, material de aseo personal,... Un poco de todo, pero muy poco, porque el campamento sólo se abrirá 3 días y no hay tiempo de abrirlo con todas sus funcionalidades, sino sólo con los básico, sin nada de lujos. Este año ni correo electrónico, ni conexión satélite, ni variedad de mermeladas para el desayuno,... será un campamento fugaz.

Por la noche, ya cansados de estas tareas y con todo listo y empaquetado me voy a dormir, sabiendo que mañana empieza el maratón final de la campaña. Por cierto, las noticias que nos han llegado es que el vuelo en el que Manuel debía salir de la Antártida ha sido suspendido hasta mañana, porque hoy había algo de viento en la isla Rey Jorge (en Livingston ha nevado parte del día). Esperemos que mañana sea el día señalado.

M.A. de Pablo

lunes, 22 de febrero de 2016

La partida

Isla livingston, Antártida, 22 de Febrero de 2016

Hoy ha sido el día en el que Manuel comienza el fin de su campaña. Estaba programado que a mediodía embarcaran todos los científicos (menos Miguel Ángel, y nuestra antigua compañera Cayetana), incluyendo a Manuel. Así, la mañana ha sido de esos días tontos en los que no se hace nada particular. Simplemente dando vueltas por la base o mirando el paisaje y charlando con los compañeros que aún estaban ajetreados apurando para organizar y recoger su material. No hay nada como ser precavido para no tener que estar estresados en el último momento.

Aprovechamos la mañana para realizar la fotografía oficial de los componentes de la base. Muy numerosa esta vez y que, por casualidad, se ha hecho junto a una de nuestras estaciones de monitorización del permafrost. Hacía mucho que no se hacía una foto con tanta gente. Y es que además de la dotación y los científicos, han salido en ella los operarios y responsables de las obras de remodelación de la base.

Foto oficial de la segunda fase de la Campaña 2015-16 en la BAE Juan Carlos I

Tras hacernos la foto, los responsables de la obra nos han dado una vuelta por las nuevas instalaciones. ¡Qué diferencia!. Aún está en el esqueleto interior, pero ya tiene la estructura de las habitaciones, la cocina, el comedor, los laboratorios... ¡si hasta nos hemos peleado ya por elegir las habitaciones y los puesto de los laboratorios con mejores vistas! En fín, soñar es gratis. Ya veremos cuando se hace realidad que, tras ocho años de penurias, podamos contar con unas instalaciones adecuadas para trabajar y vivir por estas latitudes, y no en contenedores de obra desperdigados por la zona.

Y tras esta visita, llamada general a la playa. El barco reclamaba ya a sus pasajeros para iniciar el viaje hasta la isla de Rey Jorge, donde pisáramos territorio antártico por primera vez este año. Así que hemos bajado todos a la playa. unos para irse y otros para despedirles. A algunos no los volveremos a ver en mucho tiempo, y otros, tal vez, en las próximas campañas. En todo caso, son colegas antárticos que dejan el territorio. Tras enfundarse en sus teletubies, se han ido subiendo a la embarcación que les llevaría hasta el buque Sarmiento de Gamboa. La despedida ha sido larga, y hasta las 13:30 h no embarcaban los últimos científicos, entre ellos mi colega de aventuras antárticas Manuel. Él nos irá contando su viaje de vuelta a casa.

  Manuel listo en la playa con su teletubbie para embarcar en el B/O Sarmiento de Gamboa

 
Sale la embarcación con los últimos científicos. Hasta pronto Manuel. ¡Buen viaje de regreso a casa!

Tras la despedida, y con un descenso drástico de la población de la base, nos hemos ido a comer y luego a recuperar horas de trabajo. Por la tarde se ha estado programando todos los sensores que hay que instalar en la siguiente fase de campaña: el campamento Byers en la península del mismo nombre en esta misma isla de Livingston. Esto ha llevado varias horas, y hasta bien entrada la madrugada no se ha terminado de hacer el trabajo, ya que la previsión es que el día 24 nos recoja el Sarmiento de Gamboa para llevarnos a Byers.

 
 Batallón de sensores de temperatura listos para ser programados

En fín, un día de despedida y trabajo. Buenas noches.

M.A. de Pablo

domingo, 21 de febrero de 2016

Las pruebas antárticas

Isla Livingston, 21 de Febrero de 2016

Hace mucho que la Antártida perdió ese halo de misterio de la "terra incógnita australis", y que las grandes epopeyas de exploración quedaron atrás. Y aunque hoy viajamos a la Antártica con fechas de entrada y salida, y la certidumbre ya no es un lujo, el trabajar en estas latitudes sigue sin ser nada fácil. Ya de por sí, sólo unos pocos tenemos el privilegio de poder estar en estas latitudes desarrollando nuestra labor científica y técnica. Y es que hay que tener aguante para trabajar aquí. Cada día es una sorpresa, las dificultades pueden presentarse en cualquier momento y hay que saber hacerlas frente, siempre con la máxima seguridad y con los pocos elementos que tenemos a mano.

Y esto es a lo que tenemos que enfrentarnos cada año en nuestras campañas en la Antártida. Este año Manuel, un inexperto en el trabajo de campo, un desconocedor de la Antártida, y un ajeno a la montaña, se ha aventurado a formar parte de esta aventura con el fin de buscar nuevas soluciones a nuestros problemas con las estaciones que mantenemos para el estudio del permafrost. Pero no le ha salido barato. No ha sido un viaje de placer, ni un crucero por los mares del sur... ha tenido que aprender a adaptarse al trabajo en la nieve y el piroclasto, a subir y bajar de los barcos, a ponerse el traje de seguridad de aguas frías,... y eso lleva su tiempo y su coste en energía, esfuerzo, concentración,... Pero hay que decir que se ha ganado los galones. Hace cosa de un mes Miguel Ángel no dejaba de decirle que era un flojo cada vez que se quedaba atrás en el camino, o se quejaba de la carga en su macuto. Hoy, algo más de un mes después, y muchos kilómetros en sus piernas y muchos kilos transportados a sus espaldas, ya puede llamarse antártico. Y no sólo por haber estado aquí, sino por haber soportado y superado las pruebas que este trabajo de campo requiere.

Y es que esto a veces parece una dura competición con muchas pruebas. Las más importantes son:
  • Llegada a la Antártida sin olvidarse lo imprescindible
  • Inserción y extracción de teletubie en playa nevada y con prisas
  • Ascenso y descenso de escala de gato con teletubie
  • Transporte de mercancias pesada a lomos y en pendiente
  • Búsqueda del tesoro en terreno congelado
  • Paleo de hielo y nieve con ventisca y pies helados
  • Programación de sensores en condiciones extremas y a contrarreloj
  • Travesía por glaciar hundiéndose hasta las rodilas y encima reirse
  • Aguantar rachas de 120 km/h sin despeinarse 
  • Navegación por aguas bravas con hielos y mar picada
  • Ir de paquete en moto de nieve sin clavarle las uñas al piloto en el cuello
  • Limpieza de baños y duchas comunales sin acordarse de las madres
  • Soportar alojamiento en camarote de los hermanos Marx
  • Limpieza de cubertería en aguas heladas y a contrarreloj
  • Encintado de sondeos con guantes y ventisca
  • Bajada de ladera nevada de culo y sin trineo
  • Subsistencia sin ducha diaria
  • Puesta y retirada de bridas de tamaños y colores variados
  • Búsqueda de piquetas con GPS y a loco
  • 48 de navegación continuada sin regurcitado de la primera papilla
  • Continencia continuada de desconexión de redes sociales sin pérdida de uñas
Pero aún superándose todas estas pruebas (y otras que no contamos para no alargarnos demasiado), es obligatorio superar la más importante:
  • Aguante de sonrisa y buén ánimo continuado a pesar de los inconvenientes y problemas
Parecen fáciles y divertidas, pero la realidad es que la repetición continuada de todas estas pruebas acaban haciendo mella. Por lo que la aventura entretenida que parece el trabajar en estas latitudes no es para todo el mundo. Algunos vienen una vez y no repiten y otros lo encuentran horrible, a pesar de la belleza de los paisajes.

En menos de 12 horas, Manuel inicia el camino de vuelta a España, tras haber superado estas pruebas. Le falta entrenamiento, pero se ha ganado sus galones y el derecho a llamarse antártico. Solo cabe darle las gracias por las horas de esfuerzo y trabajo dedicado este largo mes a esto de la investigación de los suelos congelados. Gracias Manuel y buen viaje de vuelta a casa.

M.A. de Pablo