lunes, 8 de febrero de 2016

¡Adiós Decepción!, ¡Hola Livingston!


Isla Decepción, Antártida, 6, 7 y 8 de febrero

Llegó el día. No sin pesar, el sábado 6 dijimos adiós (o un hasta luego) a la isla Decepción. El sábado por la mañana nos informaron que embarcaríamos por la noche ese día. Por la mañana, Miguel Ángel se quedó programando su aparatito nuevo de medir nieve. Se trata de un nivómetro basado en arduino compuesto por dos partes: el nivómetro en sí y una consola de mano. Debo decir que está muy bien pensado y muy bien enfocado a medir lo que realmente quiere Miguel Ángel. ¡Y se lo ha hecho él solito!. Ya le he dicho que nos va a quitar el trabajo a los ingenieros. Yo, mientras, acompañé a Alfonso, Vanesa, Belén y Amós a Fumarolas. Esta vez nos acompañó German. Tras recoger las medidas, me llevaron al Cerro de la Cruz. Y se llama así porque efectivamente hay una cruz enorme de madera en la cima. Es un cerro que está  muy cerca de la base argentina. Amós me contó la historia que hace unos años subieron la cruz en helicópero y que pasado un tiempo se cayó. Desde entonces, todos los intentos para volver a ponerla en pie han fracasado. ¡Qué cosas!.
Cerro de la Cruz

Hacía un día precioso. Parece mentira que el día anterior tuviéramos la ventisca de mi vida. Desde el Cerro de la Cruz, pudimos ver unas nubes lenticulares increíblemente bonitas.
Vistas espectaculares

Ya el sábado por la tarde, Miguel Ángel se quedó de nuevo en la base terminando de cerrar las cajas y revisando los gescos y refuerzo del terreno de la base. A mí, me llevaron de nuevo de excusión. Como era mi último día quisieron llevarme de turismo. ¡No podía irme sin ver las ruinas de la base chilena!. Me puse el "Viking" y me fui con Amós y con Gonzalo a Coratinas y a Caleta Péndulo. En Caleta Péndulo se encuentran las ruinas de la base chilena, la cual fue destruida en la última erupción registrada en la isla Decepción, en los años 1969 y 1970. El equipo de Amós tienen alli instalados unos receptores GPS en unos puntos muy concretos, que sirven para medir la deformación del terreno. De este modo, se usan los GPS para contribuir a predecir futuras erupciones, ya que en general una erupción viene precedida por una deformación del terreno que rodea el volcán.

A la vuelta, la parte más amarga de nuestra estancia en Decepción: la despedida. Nos emocionamos todos un poco. Buena gente. No pudimos ni cenar con nuestros compañeros de base, ya que desde el Sarmiento de Gamboa nos había pedido estar a bordo a las 21:00h. Salimos de la base Miguel Ángel y yo, y los tres chilenos: Javier, Mónica y Olga.

Ya en el barco nos informaron que emprenderíamos la marcha a las 4:00 am. La ruta era ir a la isla Rey Jorge a dejar a los chilenos en la base científica chilena Escudero y de ahí, bajar a Livingston.

Así que nada, cenamos un bocata en el barco y nos fuimos a dormir, porque había que levantarse a las 4 am para brindar con sidra cuando saliéramos por los Fuelles de Neptuno. Miguel ángel me explicó que es tradición antártica, y así lo hicimos.

El domingo lo pasamos en el barco. Llegamos a Rey Jorge a eso de las 12:00 am. Nos despedimos de nuestros colegas chilenos y emprendimos la marcha de regreso hacia la isla Livingston. Durante el viaje, nos enseñaron todo el barco. Es una maravilla. Ese barco tiene de todo, y además comodísimo. La única pega, y solo por decir algo, es que noté que se movía un poco bastante. Bueno, que me mareé un poco. Aprovechamos también para echar un buen número de fotos según nos íbamos acercando a Livingston.
Algunas fotos de la travesía

Llegamos sobre las 21:00 a Livingston. Pero ya nos dijeron que nos quedaríamos a dormir y que desembarcaríamos al día siguiente, lunes.

El lunes nos despertamos, desayunamos y nos preparamos para el primer desembarque. La tripulación del Sarmiento de Gamboa montó la barcaza y nos subimos a ella. Previamente nos pusimos el Viking, claro. El mar estaba lleno de pequeños trozos de hielo procedentes de los desprendimientos de los glaciares y de los icebergs, llamado "brass". Ya en tierra nos llevaron a la base y nos enseñaron nuestros "aposentos". Dedicamos el día a acomodarnos en la base. Nos contaron un poco cómo funcionaba la base y dónde estaba cada cosa. A ver, la nueva base se encuentra en obras, y tenemos que vivir con ello. Respecto a la conexión, parece ser que lo de internet está muy limitado, por lo que iremos actualizando el blog poco a poco. Por la tarde nos dimos una vuelta por las inmediaciones de la base y subimos a una colina donde Miguel Ángel tenía uno de sus experimentos. Y poco más...

 Cargando la barcaza, el "brass" entre nosotros y la base

 
 Adivináis por qué lo llaman "Teletubbie"

Despidiendo al Sarmiento

 
De paseo por la playa

M. Prieto






 

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