domingo, 26 de febrero de 2017

Días de duro trabajo

BAE Gabriel de Castilla, Isla Decepción, Antártida
26 de Febrero de 2017

Una vez montada la estructura de la nueva estación nivométrica, cuyo montaje finalizó el día 15 de febrero, desde esa fecha hasta la salida de Miguel Ángel de Pablo, el día 21, se arrancó y puso a punto toda la electrónica de la misma. En este mismo período de tiempo también se ha reorientado el mástil de la nueva cámara instalada en cuyo extremo está dispuesto el reflector rádar, con idea de que se consiga “ver” en las imágenes radar que se tomen de la zona desde este momento, y que servirán para que nuestro compañero Juan Javier tenga un punto de referencia en las mismas. Esto ha obligado a ajustar la cámara para conseguir una mejor panorámica del CALM con esa nueva orientación.

En los últimos días también se ha comenzado de manera sistemática con el mantenimiento de las estaciones históricas del CALM, y de los sensores dispuestos a lo largo y ancho del mismo. A fecha de hoy se han recuperado todos los sensores (salvo los correspondientes al sondeo STS_3). La verdad es que la proporción de ellos estropeados ha sido muy baja, no ha llegado a treinta.

Miguel Ángel Hidalgo durante las tareas de reposición de sensores en algunas de nuestras estaciones de medida

Hoy por fin hemos podido realizar los primeros vuelos con el dron en el CALM. Ayer recibimos el permiso definitivo del Comité Polar y como por la mañana amaneció sin viento, Miguel Ángel y yo (Chan) nos hemos subido inmediatamente para iniciar la toma de imágenes y vídeos. Parece ser que el viento está cambiando de oeste a este y nos ha dejado un par de horas con una calma relativa. Ayer hizo un viento de 80 km/h y mañana promete continuar en esa línea. Por ese motivo hemos aprovechado el periodo de calma de que disponemos. Dado que las baterías solo están operativas a temperaturas superiores a los 15º C, nos subimos con ellas metidas en los bolsillos para no tener problemas. Disponemos de cuatro baterías, por lo que hemos realizado cuatro vuelos. El primero fue un vuelo de prueba en el que calibramos la brújula y la cámara, realizamos las comprobaciones oportunas y verificamos que todo estaba correcto antes de proceder con el despegue. El vuelo fue completamente manual, primero a baja altura y luego subimos hasta 120 m para tomar un vídeo del entorno y del propio CALM. Los vuelos segundo y tercero fueron vuelos completamente automáticos, excepto el despegue y el aterrizaje para evitar que el sempiterno piroclasto afecte a los motores. El objetivo de estos vuelos es el de obtener imágenes con un cierto grado de solape entre ellas para poder realizar fotogrametría, es decir, poder reconstruir la topografía del terreno con una muy alta resolución. Intentaremos que sea de unos pocos centímetros. En ambos vuelos fotogramétricos realizamos un recorrido en doble zigzag a una altura de 80m y 50m respectivamente. En el primero con un ángulo de cámara de 80º y en el segundo de 60º, tomando 63 y 98 fotos. En el último vuelo aprovechamos para filmar el cráter Zapatilla dado que en la Base tienen mucho interés en tener imágenes aéreas del mismo, puesto que es de donde tomamos el agua que usamos en la base. Al bajar comprobamos que tanto los vídeos como las imágenes son correctos, así que esperamos obtener una buena reconstrucción 3D a partir de las fotos. Los próximos días nos aseguran viento y nieve, así que esperaremos para poder realizar los siguientes vuelos.

Chan en plena tarea de aterrizaje del dron tras fotografiar nuestra malla CALM de estudio


Hoy está cayendo una intensa nevada en toda la isla. A ver cómo sigue el tiempo en estos próximos días… porque como tarea gorda nos queda medir la capa activa en los CALM del Cráter Lake y del Irízar.

Sebastián Sánchez

miércoles, 15 de febrero de 2017

Casi listo

BAE Gabriel de Castilla, isla Decepción, Antártida
15 de Febrero de 2017

Casi lo tenemos listo! Hoy hemos subido a la zona de trabajo con la mochila llena de ganas de darle un buen empujón a la construcción de la estación nivométrica. Y aunque amenazaba lluvia y niebla, no nos hemos amedrentado. Cargados con pico, pala, herramientas, y unos bocatas que nos han preparado en la base, nos hemos ido rápido a la zona de estudio.

Allí hemos continuado con la instalación, y aunque hemos tenido algún contratiempo que otro, al final del día, y después de varias horas de lluvia, de apretar tornillos, subir y bajar un mástil, clavar piquetas y apretar más tornillos, aquello ha tomado la forma definitiva!.  Tanto que lo hemos dejado conectado y funcionando!. Solo nos falta instalar un sensor con el que tenemos problemas imprevistos, y hacer la calibración de los instrumentos... pero ya está prácticamente acabado. En un par de día iremos solucionando los contratiempos menores y lo tendremos listo!.

Y orgullosos de lo que hemos conseguido a pesar de lo penoso del día, hemos regresado a la base para preparar el material para el ataque final (esperamos). Mañana intentaremos calibrar alguno de los instrumentos y empezar con el mantenimiento de las cámaras que tenemos instaladas en la zona y que complementan esta estación...


¡Ya casi está lista nuestra estación nivométrica!

M.A. de Pablo

martes, 14 de febrero de 2017

¡¡Al ataque!!

BAE Gabriel de Castilla, isla Decepción, Antártida
14 de Febrero de 2017

Hoy ha sido un día de lo más completo. Por la mañana, tras el desayuno, hemos recibido una serie de charlas sobre las normas de funcionamiento de la base y seguridad para los trabajos en la isla. Después hemos aprovechado para organizar nuestro material. Hemos recuperado el material que Miguel Ramos y Susana Fernández dejaron aquí a la espera de nuestra llegada, y lo hemos juntado con el que traíamos nosotros de Byers. Nos hemos hecho un hueco en el laboratorio y hemos preparado todo para, después de comer, salir a la zona de estudio en el área que llamamos Crater Lake.

Después de una comida opípara con tarta de chocolate y fresas de postre con forma de corazón (por algo hoy era San Valentín), nos hemos calzado nuestras botas de nuevo para subir a la zona de estudio. Allñí hemos encontrado el material que Miguel y Susana y muchos de los militares de la dotación de la base han ayudado a cargar hasta allí arriba... todo un logro, especialmente porque estábamos hablando de más de 350 kg. Todo este material es para montar una estación de medida de las características de la nieve. Hace tiempo contábamos que en los últimos años habíamos observado un aumento en la duración de la nieve, y que esto estaba afectando a la temperatura del permafrost y al espesor de éste y de la capa activa. Así que el objetivo del proyecto actual por el que ahora estamos aquí (PERMASNOW), es el de estudiar la nieve.

Esta estación, que hemos comprado a piezas a una empresa austriaca, para hacerla a nuestro gusto, se llama Analizador de la Capa de Nieve (SPA). Es un pequeño monstruo que esperamos poder montar en los próximos días. Ya estuvo montada el verano pasado en el laboratorio de la universidad, así que ahora nbo debería haber ningún problema.

Esta tarde, hemos comenzado a mover el material a la zona donde lo instalaremos, y como no nos hemos podido resistir, hemos empezado a ensamblar las piezas... y ya va tomando forma! Esto lo acabamos en dos días!! Da alegría ver como cobra forma, y es que el la mayor apuesta de este proyecto, y lo que llevamos organizando casi un par de años. En fín, contentos con el logro del primer día de trabajo, nos vamos a descansar, que mañana seguro que será un buen día.


Aspecto de la estrutura básica de la estación SPA
M.A. de Pablo

lunes, 13 de febrero de 2017

De oca en oca

BAE Gabriel de Castilla, Isla Decepción, Antártida
13 de Febrero de 2017

Menudo día el de hoy… y qué largo!! Ayer estuvimos recogiendo el campamento. Poco a poco fuimos desconectando las comunicaciones, sacando la basura, desmontando el sistema de filtrado de agua para beber, recogiendo nuestras mochilas en las tiendas,… al final del día teníamos en la playa todos los toneletes en los que hemos transportado el material, junto con el material científico de los tres grupos que hemos estado trabajando en Byers. Solo nos quedaba desmontar las tiendas de campaña en las que hemos dormido y bajarlas a la playa junto con los sacos de dormir y nuestro equipaje personal… Todo lo demás listo.

Esta mañana, a las 5 nos hemos levantado corriendo para desmontar las tiendas y transportar lo que quedaba a la playa, ya que por la radio nos habían avisado la noche anterior que a las 6:30h de la mañana ya estarían las embarcaciones llegando a recoger material para embarcarlo en el BIO Hespérides. El caso es que esta mañana el día ha aparecido nublado y lluvioso, para variar. Apenas podíamos ver al buque fondeado en alta frente a Byers, y las embarcaciones parecían tardar años en llegar en cada viaje. Cada vez que una embarcación llegaba a la playa, la íbamos llenando con grandes sacos de rafia que luego llenábamos con los toneletes. Cuando la embarcación se iba, organizábamos el material para cargar la siguiente tan pronto como llegara a la playa. Y es que aquí la velocidad es importante. Las costas de Byers son poco profundas y llenas de agujas de roca y rompientes que, en cuanto baja la marea, quedan al descubierto haciendo imposible navegar por ellas. Así que las embarcaciones tienen solo unas horas para recoger todo el material y sacarnos a nosotros de la playa.

Al final ya hemos perdido la cuenta de cuantos viajes han hecho las embarcaciones para recoger todo el material, pero han sido unas cuatro horas que hemos estado aguantando bajo la lluvia y el viento en la playa. La mayor parte del tiempo estábamos helados de frío. Menos mal que entrábamos en calor cda ve que cargábamos una de las embarcaciones. Bueno, y también a un termo de café con leche que nos bajaron del barco, porque no habíamos ni desayunado. Finalmente, a eso de las 11:30h de la mañana hemos salidos los últimos investigadores y técnicos de la playa rumbo al Hespérides, cerrando así el campamento Byers por este año.

Ya en el barco nos hemos encontrado con compañeros de otros proyectos que estaban a bordo rumbo a otros lugares para realizar sus estudios. También había periodistas de La Sexta, que estaban mostrándonos los reportajes que habían grabado hacía unos días. Pero lo que más nos intereresaba era la ducha… darnos una ducha eterna de agua caliente. Así que cada uno en el camarote que nos han asignado hemos disfrutado de este placer que nunca. Luego hemos bajado a comer y algunos hasta a dormir un poco mientras el barco de acercaba a la BAE Juan Carlos I para desembarcar a otros científicos, y Curro y Arkaitz.

Allí estamos solo unas horas, y de nuevo el barco levanta el fondeo y nos dirigimos, ahora si, rumbo a la isla Decepción. En solo 3 horas más de navegación nos entramos por los Fuelles de Neptuno, un hueco que comunica el mar con la caldera inundada del volcán de la isla Decepción, en cuya costa se encuentra la BAR Gabriel de Castilla. Disfrutamos de las siempre sorprendentes vistas de la entrada a la isla, pero cuando fondeamos frente a la base ya es de noche. Entre unas olas importantes, nos desembarcamos rumbo a la playa, donde hay mucho trajín porque periodistas de La 2 embarcan, junto con otros científicos en el Hespérides…


Vistas de Los Fuelles de Neptuno por donde entramos en la isla Decepción


La BAE Gabriel de Castilla en las primera horas de la noche antártica

Pero bueno, ya nos han asignado un hueco donde dormir. A uno en el módulo de dormitorios, pero a los otros dos nos toca dormir en el antiguo gimnasio de la base. Un pequeño contenedor donde han quitado los aparatos y han puesto dos literas… así que hace un frío… menos mal que tenemos dos calefactores y un montón de mantas que seguro que nos ayudan a mantenernos calientes.

Y con esto acaba nuestro ajetreado y largo día en el que hemos comenzado en el campamento Byers, hemos comido frente a la base Juan Carlos I, y cenado frente a la BAE Gabriel de Castilla. Nos vamos a dormir que mañana comienza de nuevo otra aventura.

M.A. de Pablo

sábado, 11 de febrero de 2017

Días de lluvia

Campamento Byers, Isla Livingston, Antártida
11 de Febrero de 2017

Llevamos tres días de perros. No hace más que llover y hacer viento... de una dirección o de otra, pero no deja de soplar. Y la lluvia, a veces chaparrones, a veces un "chirimiri" de esos que no mojan pero calan.... En fín, menos mal que nosotros ya teníamos terminadas todas nuestras actividades en la isla, que si no... 

Hemos aprovechado para ir recogiendo todo nuestro material, bajándolo a la playa poco a poco. Y es que como hay que cargar el material, nosotros siempre dejamos las cajas de material científico en la playa, de donde vamos recogiendo el material que necesitamos, y volviendo a guardar el que ya no se va a usar más. Y es que parece que no, pero cargar 350 metros con baterías, herramientas, cuerdas, sensores,... es todo un trabajazo. Y el resto del día hemos estado organizando los datos y haciendo copias de seguridad. Para que nada pueda hacer que se pierdan los datos...

Ayer por la noche hicimos una cena de confraternización con nuestros colegas búlgaros. Es el segundo año que un pequeño grupo de geólogos (3) se acoplan a nuestro campamento. Y aunque van un poco por libre, aprovechan que estamos nosotros y tenemos generador, para hacer una pequeña campaña de investigación por la península. Normalmente ellos cenan en su tienda de campaña, pero ayer los invitamos para charlar, comentar la campaña, y reírnos entre bromas, chistes y anécdotas, y claro, todo en inglés. Lo pasamos fenomenal y conseguimos subir la temperatura del iglú bastantes grados y sin calefacción.


Cena de confraternización de 9 españoles, 1 holandés y 3 búlgaros en el campamento Byers

Ya cansados nos vamos a dormir, porque mañana es el día del desmontaje del campamento. Tenemos que estar todos, técnicos y científicos, dedicados a recoger todo el material, llevarnos la basura que hemos generado, desmontar algunas de las tiendas de campaña,... y es que el lunes de madrugada nos vienen a buscar para cerrar el campamento. Da un poco de pena. Llevamos 15 días y aunque se echa de menos una buena ducha caliente, la ropa limpia y seca, y dormir en una cama, la verdad es que en Byers se vive muy bien, y es un lugar fantástico y privilegiado que solo unos pocos podemos visitar cada año. En fín, todo lo bueno se acaba... A dormir que mañana será un día agotador.

M.A. de Pablo

miércoles, 8 de febrero de 2017

Acabando las tareas

Campamento Byers, Isla Livingston, Antártida
8 de Febrero de 2017

Ayer volvimos a nuestra parcela de estudio para volver a realizar la medida de la descongelación del suelo, pero en las miniparcelas, como los días anteriores. Tras ello, realizamos un exhaustivo reportaje fotográfico de todos los instrumentos que tenemos instalados con el fin de actualizar nuestra base de datos, pero también para informar al Comité Polar Español de todo lo que dejamos por aquí para que conste a nivel internacional. Aprovechamos para tomar también unas pocas muestras de suelos con el fin de caracterizar la superficie de nuestra parcela y que luego, nuestros compañeros de proyecto que trabajan con datos de satélite, puedan interpretar mejor las imágenes y datos de radar. Por la tarde, aprovechamos para recoger todo nuestro material científico del módulo laboratorio para irlo liberando poco a poco y poder limpiarlo sin prisa y que no nos pille el toro el día del cierre de campamento.

Y hoy hemos aprovechado el día haciendo una pequeña excursión. En realidad no era tal, si no que hemos ido a ayudar a Curro y Arkaitz con una tarea que tenían que hacer en la parte más oriental de las playas del sur de Byers.  Hace unos días, los investigadores chilenos se tuvieron que ir antes de lo previsto sin poder acabar sus experimentos, así que en aras de la cooperación internacional que reina por estas tierras del Sur, nuestros montañeros se comprometieron a dejar instalados los experimentos. Se trataba de poner una especie de mini-invernaderos en zonas con y sin vegetación a diferentes distancias desde el frente del glaciar que se está retirando. Para ello hemos tenido que ir caminando hasta el otro extremo de la península, a unas 2h 40 minutos caminando. Bueno, eso es lo que hemos tardado por la mañana en llegar allí nosotros, que los montañeros han salido un poco antes que nosotros y lo han hecho en una hora menos. ¡Qué máquinas de caminar! Por el camino hemos aprovechado para disfrutar de la fauna que descansaba en las orillas del mar: pingüinos, elefantes marinos, focas leopardo y de weddel… además de no dejar de sorprendernos con los enormes huesos de ballenas que descansan salpicados por las playas.


Llegando a nuestro destino al pie del Nunatack de Clark

Una vez allí, hemos ayudado con la instalación de los mini-invernaderos y ya a mediodía hemos hecho un pequeño picnic para reponer fuerzas. Un sandwich, un poco de agua y unos frutos secos han sido suficientes para reponernos mientras descansábamos sentados en el suelo mientras los charranes nos sobrevolaban o descansaban a pocos metros de nosotros.

 Uno de los paisajes de este extremo de la península

Y menos mal que repusimos fuerzas, porque luego la caminata de regreso se hizo infinita. Cada uno a su ritmo, sufriendo con su cansancio y sus ampollas, hemos ido deshaciendo nuestros pasos, perseguidos por la niebla que poco a poco ha ido bajando, amenazando con empaparnos haciéndonos más penoso el camino.

Reventados, nos hemos bebido dos litros de agua cada uno, y luego curado las heridas y ampollas, y hechado una cabezadita. Ha sido un día de trabajo distinto, un día de excursión, y de agotamiento. Pero ha sido un buen día para dar por terminada nuestra campaña en Byers. Los días que nos quedan los dedicaremos a organizar los datos que hemos tomados estos días, y a recoger poco a poco el campamento, que ya llega a su fin.


M.A. de Pablo

lunes, 6 de febrero de 2017

Midiendo la descongelación del terreno

Campamento Byers, Isla Livingston, Antártida
6 de Febrero de 2017

Hoy ha sido un gran día de trabajo. Era el día que teníamos programado para medir el espesor de la capa activa, o lo que es lo mismo, la parte de suelo que se congela y descongela cada año.  Cuando instalamos nuestra parcela de muestreo en el año 2009, realizamos las medidas por primera vez tal día como hoy. Solo un año más pudimos medir exactamente en la misma fecha, ya que por cuestiones logísticas algunos años visitamos la zona antes o después. Puede parecer una tontería, pero medir en la misma fecha nos permite asegurar que las diferencias que observamos no se deben a que hemos medido demasiado pronto o demasiado tarde.

En todo caso, como otros años, se trata de medir cada 10 metros, en una parcela de 100x100 metros, lo que se ha descongelado el suelo durante el verano. Para ello clavamos una barra de acero de 1 cm de diámetro en el suelo hasta que tocamos en suelo congelado. Puede parecer una medida muy subjetiva, pero la verdad es que el nivel de aciertos es del 100%. De hecho es una forma de medida que es considerada un estándar por todos los investigadores internacionales que se dedican a estudiar el permafrost. Así que hoy tocaba medir esos 121 puntos.

Pero ya que estábamos metidos en faena, nada mejor que completar estas medidas con otras de temperatura de la superficie y del suelo a distintas profundidades, la resistencia del suelo y su humedad. Y para terminar, hemos tomado fotografías térmicas y en el rango visible del suelo para conocer sus características, y también hemos usado un GPS de precisión para obtener con máxima precisión la posición de cada punto de medida. Para hacer todas estas tareas, además de los tres miembros del equipo, nos han estado ayudando los dos técnicos de montaña que están a cargo del campamento este año: Arkaitz y Curro. Gracias a ellos, la tarea, que llevaría por lo menos 6 o 7 horitas, la hemos concluido en solo 4. ¡Todo un record y un enorme volumen de datos! El buen día que nos ha hecho seguro que ha contribuido a ello, porque toda la mañana hemos tenido solecito, y que, aunque no calentaba, sin nada de viento se ha podido trabajar muy bien. Sin duda podremos sacar muchas conclusiones interesantes de estos datos.

Anotando los numerosos datos que hoy hemos tomado

 Cada uno aportando su granito de arena en estas duras tareas

Y el merecido descanso al acabar el trabajo y aprovechando el único día de sol que hemos tenido

Por la tarde hemos descansado en el campamento aprovechando para pasar a limpio los datos y las fotografías que usaremos para comparar con los datos de años anteriores. En algunas semanas procesaremos los resultados y los mostraremos aquí.


M.A. de Pablo

domingo, 5 de febrero de 2017

Una semana con muchas tareas

Campamento Byers, Isla Livingston, Antártida
5 de febrero de 2017

Esta ha sido una semana de lo más laboriosa. La primera semana en Byers la hemos dedicado a realizar muchas tareas. La primera parte de la semana la hemos dedicado a recuperar los sensores instalados el año anterior, y a realizar el mantenimiento de todas las instalaciones, incluyendo los instrumentos para medir la temperatura del aire, de suelo, de la nieve, los sondeos, y la cámara fotográfica. Un ir y venir cada día cargados de material: cables de acero, cuerdas, estacas,… y herramientas varias. Hemos reinstalado algunos mástiles que el permafrost había expulsado, tensado unos  vientos, cambiados otros,… Estamos hechos unos manitas, y ha quedado todo perfecto y listo para aguantar, esperamos que muchos inviernos más.

La segunda parte de la semana lo hemos dedicado a instalar los nuevos instrumentos. Hemos instalado una nueva cámara fotográfica, esta más cerca de nuestra parcela de medida del permafrost, con el fin de poder hacer mapas de evolución de la nieve día a día. Parta marcar las esquinas y el centro de la parcela hemos instalado unos jalones, como esos que se ponen en las carreteras en los puertos de montaña para marcar la altura de la nieve. Además hemos instalado 3 mástiles con sensores de temperatura, para poder establecer el espesor de la nieve en la parcela. Todo esto esperamos que nos ayude a conocer un poco mejor el efecto que tiene la nieve en la evolución de la temperatura del suelo.

El viernes aprovechamos que habíamos acabado pronto las tareas del día para irnos a visitar la cima del Chester Cone, los restos de un antiguo edificio volcánico desde el que hay unas vistas fantásticas de toda la península Byers. Cada año subimos para sacar fotografías panorámicas que nos permiten ver si la nieve que se acumula en nuestra parcela es algo excepcional o si toda la península también tiene cantidades de nieve similares. El caso es que nos hizo un día fantástico y pudimos disfrutar de unas vistas fabulosas, un mar azul, icebergs en la lejanía, la isla Decepción al Sur,…. Sin duda fue un día fantástico.

Y entre tantas tareas de mantenimiento e instalación de instrumentos, este año hemos realizado, a días alternos, la medida de la descongelación, del suelo. Para ello, tenemos marcados en el terreno 3 pequeñas cuadrículas de 2x2 metros donde lavamos nuestra pica de permafrost para saber lo que se ha descongelado el suelo. Además medimos la temperatura de la superficie y tomados una fotografía térmica del suelo. El objetivo es ver cómo se descongela el suelo durante el verano. Es una experimento corto y sencillo de hacer que esperamos que nos de información interesante.

Una semana de lo más completa. La semana que viene más y mejor.


M.A. de Pablo

domingo, 29 de enero de 2017

Preparados para el trabajo

Campamento Byers, Isla Livingston, Antártida
29 de Enero de 2017

Hoy domingo ha sido nuestro segundo día en Byers. Lo hemos dedicado a ir porteando al campamento el material científico que vamos a necesitar estos días e instalarnos en el módulo científico. Nuestras cajas con material las dejamos en la línea de playa y normalmente subimos al campamento lo que vamos necesitando.

Somos tres grupos de científicos. Por un lado Stef, un investigador holandés que estudia microfauna en las áreas de líquenes y musgos. Por otro lado está el equipo de Marc Oliva, que junto con Jesús Ruiz y David Palacios, estudian geomorfología y que estarán estos días tomando datos y muestras para datar los procesos glaciares y periglaciares en la península Byers. Y finalmente nuestro equipo, que realizaremos el mantenimiento de las estaciones de medida del permafrost y la capa activa, e instalaremos nuevos instrumentos.

El módulo laboratorio es del mismo tamaño que el módulo de vida, pero tiene tres mesas que nos hemos repartido entre los tres grupos. No hay sillas para todos, pero usamos unos bidones de carga como asientos adicionales. Es un poco barullo, pero la verdad es que apenas pasaremos mucho tiempo aquí. Y además, cuando coincidamos conseguiremos subir más la temperatura con el calor humano.

Esta tarde, después de comer hemos preparado el plan para esta semana que empieza, aunque queremos trabajar rápido, porque aquí las condiciones meteorológicas son muy cambiantes, así que habrá que aprovechar todas las horas de tiempo menos malo para avanzar todo el trabajo posible. Veremos que tal se da la semana, pero nosotros ya estamos preparados.


M.A. de Pablo

sábado, 28 de enero de 2017

Abriendo el campamento

Campamento Byers, Isla Livingston, Antártida
28 de Enero de 2017

Hoy ha sido un día largo. A las 5 de la mañana nos hemos levantado en el Hespérides para desayunar con tiempo para estar listos a las 6 de la mañana, que es la hora que se ha fijado para hacer el desembarco en Byers. Anoche quedó todo el material científico y del campamento en la playa gracias a los numerosos barqueos que se hicieron, y a los técnicos que nos han ayudado. Así que esta mañana solo hemos tenido que cargar nuestro equipo personal y algunas cajas que quedaron pendientes. En dos embarcaciones llenas de mochilas y personal hemos enfilado hacia las playas de Byers. No hacía muy mala mar, pero las olas nos han mojado un poco, lo que sin duda nos ha despertado del todo.

En la playa nos esperaba un tremendo banco de algas que ha hecho un poco más resbaladizo de lo normal el desembarco de la gente y la carga, pero ha sido rápido. En un momento hemos sacado todos los bultos de las embarcaciones y nos hemos quitado los trajes de supervivencia, y nos hemos organizado para las diferentes tareas. Por un lado Miguel Ángel de Pablo ha tenido que hacer de guía para llevar a los técnicos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) hasta la estación meteorológica situada en la cuenca del lago limnopolar, para hacer el volcado de datos y el mantenimiento de la estación. El tiempo ha sido desapacible, lluvioso y frío, así que el trabajo en la estación ha sido un poco penoso.

Por su parte, nuestros colegas Jerónimo López y su equipo empezaron rápidamente su día de trabajo en Byers. Solo estarían aquí un día para tomar distintos datos y muestras por distintos lugares de la península, incluyendo nuestra zona de trabajo en la cuenca del Limnopolar, donde han estado tomando datos para un trabajo colaborativo. 

Mientras, Chan y Miguel Ángel Hidalgo, junto con el resto de la expedición, han ayudado a los técnicos de montaña Curro y Arkaitz para ir montando tiendas de campaña, organizando el módulo de habitabilidad, subiendo gasolina, víveres, etc., hasta la zona de campamento, que está a unos 300 metros de la playa. Joel, Alberto, y Mario, los técnicos electrónico, informático y de motores, respectivamente, han estado mientras tanto poniendo a punto los sistemas de GPS, comunicaciones, y de energía con un pequeño generador.

Por la tarde, ya con todos en el campamento, hemos ido acomodando nuestras cosas en las tiendas de campaña. Una por persona… la verdad es que se agradece un mínimo de intimidad. Además son espaciosas, por lo que a pesar de las condiciones, estar en Byers será todo un lujo. Este año, con muchísimo personal en todas las bases, aquí es donde más espaciosos vamos a estar. Así que tendremos que disfrutarlo.

Finalmente, despedimos a los técnicos que nos han ayudado con la puesta en marcha del campamento y a los dos técnicos de AEMET y al equipo de Jerónimo López. Y nos quedamos solos en Byers. Bueno, no es cierto. Nos quedamos con el grupo de 3 búlgaros que estarán también por aquí unos días y con un equipo de chilenos que estaban acampados junto a los módulos. El equipo de brasileños se ha ido también esta misma tarde desmontando el campamento nada más vernos desembarcar a nosotros.

A ver que nos depara estos días… nos vamos a dormir que el día ha sido largo y agotador.


M.A. de Pablo

viernes, 27 de enero de 2017

Cambio de lugar

En la mar a bordo del BIO Hespérides, Antártida.
27 de Enero de 2017

Hoy ha sido un día de despedida y de cambio de ubicación. Esta mañana hemos cerrado nuestras maletas y deshecho nuestras camas, hemos recogido todos nuestros aperos y despejado las mesas que estábamos usando durante estas semanas en la BAE Juan Carlos I.  Y es que desde por la mañana nos han confirmado que a mediodía dejábamos la base para embarcar en el BIO Hespérides rumbo a las playas del Sur de la península Byers. Está a tan solo 3 horas de navegación, y en la propia isla Livingston.

El Hespérides a fondeado a media mañana en la bahía frente a la base, y rápidamente se han iniciado los trabajos de carga de todo el material necesario para el campamento en la península Byers. Nosotros, mientras, hemos estado remoloneando toda la mañana. A mediodía hemos comido con el resto del personal de la base (obreros, técnicos y científicos) disfrutando de una barbacoa al sol que por fin se dejaba ver tras varios días de mal tiempo. Una comida excelente, pero agridulce por la despedida que implicaba. Tras la comida, y un poco a matacaballo, nos hemos hecho la foto de campaña para la posteridad, y hemos llevado nuestro equipaje hasta la playa para ponernos los trajes de supervivencia y subir a las embarcaciones que nos llevarían hasta el Hespérides.

Poco tiempo después hemos levando anclas y zarpado rumbos a Byers. Hemos aprovechado que no hacía muy mal tiempo para pasar unos ratillos disfrutando de los paisajes del mar y la brisa marina. Aunque rápidamente nos hemos metido dentro del barco, porque el viento arreciaba rápido. En el barco nos hemos encontrado con nuestros colegas Marc Oliva, Jesús Ruiz y David Palacios, este último en su primera campaña en la Antártida. Estos colegas son viejos conocidos en nuestro mundo del permafrost español. Hemos coincidido con ellos en varios congresos, hemos colaborado en distintas publicaciones, o hemos viajado hasta lugares remotos de Siberia. Estarán con nosotros en Byers, así que estamos contentos de coincidir con ellos.

Al final de la tarde hemos llegado a Byers, donde hemos fondeado. Los técnicos de montaña y varios técnicos de la BAE Juan Carlos I han comenzado el desembarco con el fin de ir abriendo el campamento. Nosotros, desde el barco, y después de cenar, hemos estado paseando por cubierta, observando las maniobras de carga de material en las embarcaciones neumáticas con rumbo a la playa. Todo lo necesario para la vida en el campamento estaba colocado dentro de bidones azules, a su vez en grandes sacos de rafia que poco a poco se iban bajando a las zodiac desde una de las grúas del buque.  Los técnicos de montaña Curro y Arkaitz son los técnicos que nos darán apoyo durante estas dos semanas de trabajo en Byers. Ellos han desembarcado en el primer viaje de las embarcaciones e irán montando el campamento para que mañana sea más rápido todo. De hecho ellos se quedarán a dormir ya en el campamento.

Nosotros aprovechamos que el tiempo empeora un poco y ya hace mucho frío en cubierta para irnos a dormir, que mañana hay que madrugar mucho y será un día largo.


M.A. de Pablo

jueves, 26 de enero de 2017

A la espera y en la tele

BAE Juan Carlos I, Isla Livingston, Antártida
26 de Enero de 2017

Ayer y hoy han sido días de cierre. Anteayer dimos por terminadas todas las tareas científicas en esta base, así que ayer y hoy hemos estado cerrando nuestras cajas de material científico para dejarlo listo para la siguiente etapa de esta aventura científica antártica.

Hay poco que contar de estos dos días, salvo que ayer, por propuesta de Jordi, el jefe de la BAE Juan Carlos I, hemos realizado una entrevista para Antena 3. Así que ayer a las 8:30h de la mañana hicimos una conexión vía Skype con Silvia García, una de las redactoras de Antena 3. La verdad es que esta pequeña entrevista llevó su buen rato de preparación. Alberto, el técnico informático de la base, tuvo que madrugar para poder ajustar las conexiones, preparar el ordenador, y dejarlo listo. Luego estuvimos buscando un lugar con buenas vistas… pero el tiempo amaneció ventoso y con nevada, así que tuvimos que improvisar un lugar en la terraza de uno de los nuevos módulos de la base. Sobre unos caballetes y haciendo un parapeto con una caja de cartón, lo dejamos todo listo. Pero las pruebas de video mostraron que no era posible que se viera el fondo de los glaciares, así que a un minuto de la conexión tuvimos que andar girando la mesa improvisada… pero ahora el problema era el viento pero ya no había tiempo para intentar solucionarlo….

Así que allá fuimos, hablando para una cadena nacional sobre porqué el tiempo es como es, y los cambios que observamos en la Antártida. Miguel Ángel intentó no meterse en jardines, ya que muchas de las preguntas estaban eran sobre meteorología, un tema que no es nuestro campo de especialidad… pero bueno, creemos que quedó claro el mensaje… que el cambio está ocurriendo, que el calentamiento es un hecho y que ya estamos viendo las consecuencias. Esperamos no haber metido mucho la pata, que esto lo ve mucha gente.


Y poco más da de si estos dos días que hemos pasado secando y empaquetando nuestros equipos e instrumentos, ordenando las cajas y dejándolo listo para la fase de Byers. Mañana pasaremos nuestras últimas horas en la base, así que nos vamos a dormir que será un día de mucho ajetreo.


M.A. de Pablo

martes, 24 de enero de 2017

Un día memorable

BAE Juan Carlos I, Isla Livingston, Antártida
24 de Enero de 2017

Hoy ha sido un día de lo más variado. Esta mañana hemos partido temprano de expedición a la zona de Punta Hannah. Se trata de una zona libre de nieve al otro lado de la bahía, y ya hacia el exterior de la bahía. Se trata de un punto muy visitado por los cruceros de turistas y en el que nosotros solo hemos estado en alguna ocasión hace ya muchos años. El objetivo de esta expedición es completar la exploración que hicimos hace ya tiempo con el fin de localizar nuevos emplazamientos de trabajo, tal y como hicimos hace ya unos días en la zona de Bahía Falsa.

En esta expedición hemos ido dos embarcaciones con personal desde la BAE Juan Carlos I, pero ya en el mar nos hemos encontrado con una embarcación procedente de la vecina base búlgara, y es que, por seguridad, es bueno coincidir, ya que es una zona que está ya en aguas abiertas y cualquier fallo en las embarcaciones puede volverse un problema grave si la embarcación es arrastrada hacia alta mar.

Una vez en tierra, hemos estado recorriendo la zona, con una larga playa, buscando zonas para poder ascender a los riscos más altos que caracterizan esta zona. Pero las morrenas y el glaciar no dejaban ningún paso franco hacia lo alto. En el otro extremo, pasando cerca de la gran pingüinera que se localiza en la misma punta de este cabo, tampoco hemos encontrado ningún lugar de acceso, así que parece que aproximarse por el glaciar en motos de nieve es la única vía de acceso a la zona que nos podría interesar. Así que tras tomar un poco de embutido tirados en la playa con nuestros trajes de supervivencia puestos para estar más calentitos, embarcamos de nuevo rumbo a la base.

Elefantes marinos dormitando en Punta Hannah

Por la tarde, y tras tomar un café en la base, nos ponemos nuestras mochilas y subimos a la cima del monte Reina Sofía a instalar los últimos sensores que nos quedan, y a ver si de paso podemos recuperar los sensores que se encuentran en el sondeo lleno de hielo que tenemos en la cumbre. La instalación de los sensores fue rápida, pero para recuperar el sondeo le tuvimos que echar muchas horas. La ayuda de David y la sonda de vapor ha sido imprescindible, porque el sondeo estaba repleto de hielo… poco a poco hemos ido sacando sensores, con paciencia, metiendo el brazo desnudo en el agua helada para intentar alcanzar con los dedos los distintos sensores…  Pero la palma se la ha llevado Chan. Como buen ingeniero ha ideado un sistema que nos ha dejado sorprendido, porque ninguno de los que estábamos allí pensaba que fuera a funcionar. Aprovechando una caña de bambú que teníamos a mano, le ha sujetado una de las botellas de agua vacía que teníamos en las mochilas, al que le había cortado la base… pues tras varios intentos, no dejábamos de aplaudirle y vitorearle cuando al sacar su invento del sondeo, dentro venía el último de los sensores que se nos había caído al fondo mientras intentábamos recuperarlo…. Increíble. Chan ya se ha ganado nuestro respeto. Da gusto ver cómo trabaja la mente de un ingeniero espacial…

Posando tras la exitosa recuperación de los sensores con el invento ingenieril



Y para remate, mientras estábamos intentando recuperar los sensores, el tiempo mejoró mucho. Aunque estaba nuboso, el sol se dejaba entrever y el viento se había parado, así que pudimos disfrutar de un atardecer fabuloso. Nos quedamos algunos minutos disfrutando de las vistas. Total, ya no llegábamos a tiempo de la cena, así que no podíamos desperdiciar estas magníficas vistas de la bahía desde lo alto del monte. Y mientras volvíamos, pudimos disfrutar de una luz increíble que iluminaba las laderas de los montes Frislands y el glaciar Hurd… Unas vistas increíbles para terminar un día de fabuloso y memorable, y además el día de despedida de estos lugares, porque ya hemos terminado las actividades aquí. Los siguientes días recogeremos nuestro material, pero eso ya os lo iremos contando.

El atardecer de despedida de la zona. Unas vistas que compensan los días de duro trabajo

Por cierto, Miguel Ranos y Susana Fernández ya están en tierras españolas. Nos consta que han llegado sanos y salvos y sin incidencias en sus vuelos. Así que para ellos terminó la parte de campo de esta aventura antártica.


M.A. de Pablo

lunes, 23 de enero de 2017

Cerrando experimentos

BAE Juan Carlos I, Isla Livingston, Antártida
23 de Enero de 2017

Hoy ya somos 3 en el equipo. Anoche de madrugada, como a las 2 y cuarto de la mañana, desembarcaban al personal desde el Hespérides. Y entre ellos llegaba Chan, nuestro compañero de aventura antártica. Con cara de ilusión por su llegada definitiva a la base, le acompañamos desde la playa hacia la base y al contenedor que hará de camarote, compartido con algunos de los operarios de la obra, y Miguel Ángel Hidalgo, que se levanta a recibir a Chan. Ya cansados, nos vamos a dormir cuando son más de las 3 y cuarto de la madrugada.

Ya por la mañana, tras la llegada de Chan anoche, continuamos nuestro trabajo instalando sensores y cerrando estaciones. Esta mañana ya hemos sellado algunos experimentos y los hemos dejado listos para la invernada. Se trata de los dos sondeos más importantes que tenemos aquí en la Antártida, ambos en la cima del monte Reina Sofía o sus alrededores, de 25 y 15 m de profundidad. El primero de ellos nos dio algunos problemas hace ya algunas campañas pero que quedaron resueltos con éxito, y el otro es el que en los últimos años hemos tenido que buscar bajo 4 metros de nieve.

En el primero le hemos ajustado el programa que controla cuándo y cómo se toman los datos para que nos guarde la información en una tarjeta de memoria. La idea es que volcar datos sea cosa de segundos y no haga falta subir ningún ordenador, que sufren mucho con las condiciones ambientales. Hasta ahora había que subir un ordenador, conectarlo a la memoria de datos, y esperar un buen rato a que se descarguen. En un laboratorio no hay problema, pero con el viento y el frío que hace por allí arriba, la verdad es que será mucho más cómodo y rápido.

Cerrando definitivamente por este año uno de los instrumentos de toma de datos

En el segundo de los sondeos, tal y como hemos contado hace unos días, hemos dejado instalada una de las cadenas termométricas que tantos problemas nos dio hace ya algunas campañas. Muchos años después ya está hecho. Así que hoy le hemos puesto el programa de toma de datos definitivo, incluyendo también la opción para que guarde los datos en una tarjeta de memoria.

Así que esos experimentos en el monte Reina Sofía ya están listos, y ya va quedando mucho menos para terminar allí. De camino de regreso a la base hemos instalado también algunos sensores más en una estación intermedia, la que denominamos morrena. Ya por la tarde hemos estado volcando los datos de esta estación y preparando los sensores de para las estaciones que quedan. Ya queda menos.


M.A. de Pablo

domingo, 22 de enero de 2017

Comenzamos la instalación de sensores

BAE Juan Carlos I, Isla Livingston, Antártida
22 de Enero de 2017

Hoy ha sido de nuevo día de servicio en la base para nosotros. Menos mal que es domingo y es todo un poco más relajado. Tras desayunar, recoger el desayuno y limpiar los servicios y las duchas hemos comenzado a programar los sensores de las primeras estaciones con el fin de instalarlos por la tarde, para volcar los datos del año anterior antes de la cena.

Parece que esta noche ya si que llegará Chan. Nos dicen que como a las 2 de la madrugada llegará el Hespérides y podrán desembarcar los técnicos de la base de reemplazo, y algunos de los científicos que quedaban a bordo. La base estará muy muy por encima de su capacidad de acogida de personal, así que será bastante incómodo todo, pero bueno, hay que adaptarse. Miguel Ángel Hidalgo se va a dormir, así que Miguel Ángel de Pablo se queda a recibir al compañero. Mañana lo contaremos.


M.A. de Pablo

sábado, 21 de enero de 2017

Un día de bienvenida

BAE Juan Carlos I, Isla Livingston, Antártida
21 de Enero de 2017

Hoy ha llegado por fin nuestro compañero Sebastián Sánchez, Chan para los amigos. Ayer, debido al mal tiempo fue imposible que desembarcara, y los dos buques tuvieron que salir a navegar para capear el temporal.

Chan no se podía quedar, porque no hay sitio en la base, pero ha estado todo el día en la zona hemos aprovechado para hacer un recorrido por todas las estaciones para que las conociera. Ha sido un día agradable y con relativamente buen tiempo. Por la tarde temprano ha tenido que volver a embarcar, a la espera de ver qué día podrá quedarse definitivamente en la base para que podamos trabajar con normalidad.

Nuestro compañero Chan regresando al BO Sarmiento de Gamboa para dormir a bordo



M.A. de Pablo

viernes, 20 de enero de 2017

Día de mal tiempo

BAE Juan Carlos I, Isla Livingston, Antártida
20 de Enero de 2017

El día ha sido bastante malo. Esta mañana hemos subido al monte Reina Sofía con la sonda de vapor a ver si podíamos recuperar los sensores que están en el interior del sondeo inundado por el hielo. Pero ha sido imposible: por un lado la sonda de vapor no acababa de calentar el agua para generar suficiente vapor, sin duda por el intenso viento que empezaba a soplar y el frío que hacía. Y en segundo lugar, ese mismo frío nos estaba dejando ateridos. Así que tuvimos que abortar el trabajo y regresar a la base no sin aprovechar por el camino a tensar los vientos de otra de nuestras estaciones. El resto del día lo pasamos en la base refugiados del intenso viento que se estaba levantando. Tal era el viento que el jefe de base prohibió primero los trabajos fuera de la base, y posteriormente el andar por fuera de los módulos salvo lo imprescindible para ir a los baños o al comedor.

Intento fallido de usar la sonda de vapor para extraer los sensores del interior del sondeo helado

Frente a la base estaban fondeados los dos buques españoles que este año están haciendo campaña, el B.O. Sarmiento de Gamboa y el B.I.O. Hespérides. Y un pequeño velero que apenas podía mantener el ancla. Tal fue el viento que el velero tuvo que pedir anclarse al BIO Hespérides. Fue una maniobra realmente complicada que todos seguíamos con detenimiento desde la base. El Hespérides, por proteger al velero del viento acabó desplazándose con ancla y todo más de 400 metros. El viento no dejaba de soplar, así que los tres barcos decidieron levar anclar y salir a navegar para capear el temporal. Hacer hipódromos suelen decir en los buques: dar vueltas de un lado a otro, con la popa y la proa al viento.

Con el viento soplando nos vamos a dormir. Dicen los meteorólogos de la base que esta noche va a seguir soplando, pero que mañana ya estará mejor. A ver si es verdad. Ya os contaremos.


M.A. de Pablo

jueves, 19 de enero de 2017

Explorando Punta Barnard

BAE Juan Carlos I, Isla Livingston, Antártida

19 de Enero de 2017

Esta mañana se ha levantado un día espléndido de sol radiante. Seguro que con estas condiciones meteorológicas Miguel Ramos y Susana podrán volar de camino hacia Punta Arenas en su camino de salida de la Antártida. En ese mismo vuelo se incorporará nuestro colega Sebastián Sánchez, que se unirá a nosotros para la segunda parte de la campaña.

Con este buen tiempo, después de desayunar hemos partido en misión de exploración a Punta Barnard. El objetivo es localizar nuevos emplazamientos para instalar nuevas estaciones de medida del permafrost y la capa activa en futuros proyectos, cuando tengamos automatizadas nuestras estaciones.

Punta Barnard es el extremo Sur de la cota Este de Bahía Falsa, la bahía paralela a Bahía Sur, donde se encuentra la BAE Juan Carlos I. Esta punta la conocemos de lejos, ya que se ve cuando nos acercamos a trabajar al Glaciar Rocoso (como ayer), como hemos estado haciendo ayer, y hace unas semanas atrás. Situada junto al glaciar Charity, Punta Barnard es una larga zona de playa de piedras y bolos en la que se pueden encontrar diversas pingüineras. Rápidamente la pendiente se eleva y da paso a una pequeña hombrera al pie de un pico montañoso. Esta hombre, a unos 180 metros de elevación, era el objetivo de nuestra exploración. Llegamos hasta allí en zodiac, patroneada por Jede, y con el médico de la base, David, de proel. Una vez en las playas de Punta Barnard, subimos hasta la hombrera acompañados de los técnicos de montaña David y Arkaitz. Una vez en la zona descubrimos que la zona estaba repleta de bloques de todos los tamaños, alineados y formando pequeños ríos de piedras, y lóbulos de gelifluxión, dejados sin duda por la repetida congelación y descongelación de los suelos. Sin duda un lugar con mucho potencial para encontrar permafrost y estudiar sus efectos en el movimiento del terreno… todo un éxito esta exploración.

Terreno de bloques y lobulos periglaciares

Mientras regresábamos a las playas pudimos disfrutar de unas increíbles vistas de la costa, de Bahía Falsa y los glaciares que caen en ella, así como de varias pingüineras que había en la playa, y, a lo lejos, de la isla Decepción, y hasta del continente antártico!!!  Y es que el tiempo era tan soleado y despejado que la visibilidad era de cientos de kilómetros… ¡menudas vistas!

Vistas de Bahía Falsa

Embobados por estos paisajes regresamos a la base ya pasada la hora de comer, así que tomamos algo rápido y salimos a recorrer las estaciones para hacer el mantenimiento de las mismas: tensar vientos, cambiar otros, buscar desperfectos para repararlos o cambiar las cosas para asegurar que todo está en orden para otro invierno más.

Sabemos que esta mañana ha habido vuelo entre Punta Arenas y Rey Jorge en el que salían nuestros compañeros Miguel Ramos y Susana Fernández, y entraba en zona antártica Sebastián Sánchez. Y en que el tiempo soleado y despejado que hacía esta mañana era difícil que impidiera las operaciones aéreas. Así que en unos días tendremos en la base a nuestro colega.

M.A. de Pablo