Alcalá de Henares, 21 de Noviembre de 2013
Por fín vamos dejando atrás un mes de intensa actividad en la que han ocurrido muchas cosas que afectan a nuestra campaña.
A principios de Noviembre tuvo lugar la reunión de inicio de campaña para la organización y cierre del calendario de actividades en la Antártida durante los meses de actividad por aquellas latitudes. Estas reuniones están organizadas por el Comité Polar y el Gestor del programa polar del ministerio que financia los proyectos de investigación nacionales (en esta ocasión, el Ministerio de Economía y Competitividad), y la Unidad de Tecnología Marina, responsable de la organización logística de las campañas antárticas (entre otras cosas). En ellas, además de establecer y recordar todos los requisitos que científicos y técnicos debemos cumplir durante la campaña (revisiones médicas, permisos de acceso a zonas protegidas, permisos de toma de muestras, entrega de datos al finalizar las campañas, etc.), sirven para conocer a todos los participantes de la campaña con quienes compartiremos viajes, estancias, trabajo y (escasos, muy escasos) momentos de ocio al final del día. En estas reuniones se detallan todos los pormenores de cómo se desarrollará la campaña, pero también se explica, para los nuevos investigadores que viajan al continente blanco, el Tratado Antártico que regula nuestras actividades allí, y todas las conductas que debemos guardar para preservar el medio ambiente lo más inalterado posible.
Algunas semanas después de aquella reunión en la que toda quedaba aproximadamente cerrado, se nos comunicó que había un cambio de planes en el programa de inicio de la campaña que nos afectaba a varios proyectos, que veríamos reducida nuestra campaña. En lugar de embarcar en Punta Arenas (Chile) el 1 de Enero de 2014, lo haríamos 2 semanas después, el 15 de Enero de 2014. Para nuestro equipo esto implica un problema a la hora de desarrollar nuestra actividad en la zona antártica ya que el tiempo para trabajar en zona quedaría reducido a apenas 20 días... Pero ya estamos acostumbrados a fases de campaña exprés en las que tenemos que trabajar a destajo unos pocos días antes de que nos trasladen de una isla a la otra... El problema es que este año será así toda la campaña. En cualquier caso, siempre es mejor poco que nada, por lo que aprovecharemos esta corta campaña para recuperar y reponer la mayor cantidad posible de sensores y realizar todas las demás tareas que teníamos planteadas... al menos, todas las que podamos!
Por otro lado, aún está en el aire si podremos acceder a la zona de Península Byers en la Isla Livingston como en años anteriores ya que al no disponer España este año de un buque propio en la zona Antártica, dependemos de la logística de otros países. Allí estarán trabajando un equipo de investigadores portugueses (con quienes tenemos que ir a colaborar), y de arqueólogos brasileños (que son quienes montarán un campamento para trabajar algunas semanas y donde estaríamos alojados unos días.
Esta es la situación actual, y aprovecharemos las semanas que nos quedan para diseñar un programa de actividades para una campaña más reducida, comprar los billetes de avión y esperar que no hay más cambios desfavorables.
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