domingo, 29 de enero de 2017

Preparados para el trabajo

Campamento Byers, Isla Livingston, Antártida
29 de Enero de 2017

Hoy domingo ha sido nuestro segundo día en Byers. Lo hemos dedicado a ir porteando al campamento el material científico que vamos a necesitar estos días e instalarnos en el módulo científico. Nuestras cajas con material las dejamos en la línea de playa y normalmente subimos al campamento lo que vamos necesitando.

Somos tres grupos de científicos. Por un lado Stef, un investigador holandés que estudia microfauna en las áreas de líquenes y musgos. Por otro lado está el equipo de Marc Oliva, que junto con Jesús Ruiz y David Palacios, estudian geomorfología y que estarán estos días tomando datos y muestras para datar los procesos glaciares y periglaciares en la península Byers. Y finalmente nuestro equipo, que realizaremos el mantenimiento de las estaciones de medida del permafrost y la capa activa, e instalaremos nuevos instrumentos.

El módulo laboratorio es del mismo tamaño que el módulo de vida, pero tiene tres mesas que nos hemos repartido entre los tres grupos. No hay sillas para todos, pero usamos unos bidones de carga como asientos adicionales. Es un poco barullo, pero la verdad es que apenas pasaremos mucho tiempo aquí. Y además, cuando coincidamos conseguiremos subir más la temperatura con el calor humano.

Esta tarde, después de comer hemos preparado el plan para esta semana que empieza, aunque queremos trabajar rápido, porque aquí las condiciones meteorológicas son muy cambiantes, así que habrá que aprovechar todas las horas de tiempo menos malo para avanzar todo el trabajo posible. Veremos que tal se da la semana, pero nosotros ya estamos preparados.


M.A. de Pablo

sábado, 28 de enero de 2017

Abriendo el campamento

Campamento Byers, Isla Livingston, Antártida
28 de Enero de 2017

Hoy ha sido un día largo. A las 5 de la mañana nos hemos levantado en el Hespérides para desayunar con tiempo para estar listos a las 6 de la mañana, que es la hora que se ha fijado para hacer el desembarco en Byers. Anoche quedó todo el material científico y del campamento en la playa gracias a los numerosos barqueos que se hicieron, y a los técnicos que nos han ayudado. Así que esta mañana solo hemos tenido que cargar nuestro equipo personal y algunas cajas que quedaron pendientes. En dos embarcaciones llenas de mochilas y personal hemos enfilado hacia las playas de Byers. No hacía muy mala mar, pero las olas nos han mojado un poco, lo que sin duda nos ha despertado del todo.

En la playa nos esperaba un tremendo banco de algas que ha hecho un poco más resbaladizo de lo normal el desembarco de la gente y la carga, pero ha sido rápido. En un momento hemos sacado todos los bultos de las embarcaciones y nos hemos quitado los trajes de supervivencia, y nos hemos organizado para las diferentes tareas. Por un lado Miguel Ángel de Pablo ha tenido que hacer de guía para llevar a los técnicos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) hasta la estación meteorológica situada en la cuenca del lago limnopolar, para hacer el volcado de datos y el mantenimiento de la estación. El tiempo ha sido desapacible, lluvioso y frío, así que el trabajo en la estación ha sido un poco penoso.

Por su parte, nuestros colegas Jerónimo López y su equipo empezaron rápidamente su día de trabajo en Byers. Solo estarían aquí un día para tomar distintos datos y muestras por distintos lugares de la península, incluyendo nuestra zona de trabajo en la cuenca del Limnopolar, donde han estado tomando datos para un trabajo colaborativo. 

Mientras, Chan y Miguel Ángel Hidalgo, junto con el resto de la expedición, han ayudado a los técnicos de montaña Curro y Arkaitz para ir montando tiendas de campaña, organizando el módulo de habitabilidad, subiendo gasolina, víveres, etc., hasta la zona de campamento, que está a unos 300 metros de la playa. Joel, Alberto, y Mario, los técnicos electrónico, informático y de motores, respectivamente, han estado mientras tanto poniendo a punto los sistemas de GPS, comunicaciones, y de energía con un pequeño generador.

Por la tarde, ya con todos en el campamento, hemos ido acomodando nuestras cosas en las tiendas de campaña. Una por persona… la verdad es que se agradece un mínimo de intimidad. Además son espaciosas, por lo que a pesar de las condiciones, estar en Byers será todo un lujo. Este año, con muchísimo personal en todas las bases, aquí es donde más espaciosos vamos a estar. Así que tendremos que disfrutarlo.

Finalmente, despedimos a los técnicos que nos han ayudado con la puesta en marcha del campamento y a los dos técnicos de AEMET y al equipo de Jerónimo López. Y nos quedamos solos en Byers. Bueno, no es cierto. Nos quedamos con el grupo de 3 búlgaros que estarán también por aquí unos días y con un equipo de chilenos que estaban acampados junto a los módulos. El equipo de brasileños se ha ido también esta misma tarde desmontando el campamento nada más vernos desembarcar a nosotros.

A ver que nos depara estos días… nos vamos a dormir que el día ha sido largo y agotador.


M.A. de Pablo

viernes, 27 de enero de 2017

Cambio de lugar

En la mar a bordo del BIO Hespérides, Antártida.
27 de Enero de 2017

Hoy ha sido un día de despedida y de cambio de ubicación. Esta mañana hemos cerrado nuestras maletas y deshecho nuestras camas, hemos recogido todos nuestros aperos y despejado las mesas que estábamos usando durante estas semanas en la BAE Juan Carlos I.  Y es que desde por la mañana nos han confirmado que a mediodía dejábamos la base para embarcar en el BIO Hespérides rumbo a las playas del Sur de la península Byers. Está a tan solo 3 horas de navegación, y en la propia isla Livingston.

El Hespérides a fondeado a media mañana en la bahía frente a la base, y rápidamente se han iniciado los trabajos de carga de todo el material necesario para el campamento en la península Byers. Nosotros, mientras, hemos estado remoloneando toda la mañana. A mediodía hemos comido con el resto del personal de la base (obreros, técnicos y científicos) disfrutando de una barbacoa al sol que por fin se dejaba ver tras varios días de mal tiempo. Una comida excelente, pero agridulce por la despedida que implicaba. Tras la comida, y un poco a matacaballo, nos hemos hecho la foto de campaña para la posteridad, y hemos llevado nuestro equipaje hasta la playa para ponernos los trajes de supervivencia y subir a las embarcaciones que nos llevarían hasta el Hespérides.

Poco tiempo después hemos levando anclas y zarpado rumbos a Byers. Hemos aprovechado que no hacía muy mal tiempo para pasar unos ratillos disfrutando de los paisajes del mar y la brisa marina. Aunque rápidamente nos hemos metido dentro del barco, porque el viento arreciaba rápido. En el barco nos hemos encontrado con nuestros colegas Marc Oliva, Jesús Ruiz y David Palacios, este último en su primera campaña en la Antártida. Estos colegas son viejos conocidos en nuestro mundo del permafrost español. Hemos coincidido con ellos en varios congresos, hemos colaborado en distintas publicaciones, o hemos viajado hasta lugares remotos de Siberia. Estarán con nosotros en Byers, así que estamos contentos de coincidir con ellos.

Al final de la tarde hemos llegado a Byers, donde hemos fondeado. Los técnicos de montaña y varios técnicos de la BAE Juan Carlos I han comenzado el desembarco con el fin de ir abriendo el campamento. Nosotros, desde el barco, y después de cenar, hemos estado paseando por cubierta, observando las maniobras de carga de material en las embarcaciones neumáticas con rumbo a la playa. Todo lo necesario para la vida en el campamento estaba colocado dentro de bidones azules, a su vez en grandes sacos de rafia que poco a poco se iban bajando a las zodiac desde una de las grúas del buque.  Los técnicos de montaña Curro y Arkaitz son los técnicos que nos darán apoyo durante estas dos semanas de trabajo en Byers. Ellos han desembarcado en el primer viaje de las embarcaciones e irán montando el campamento para que mañana sea más rápido todo. De hecho ellos se quedarán a dormir ya en el campamento.

Nosotros aprovechamos que el tiempo empeora un poco y ya hace mucho frío en cubierta para irnos a dormir, que mañana hay que madrugar mucho y será un día largo.


M.A. de Pablo

jueves, 26 de enero de 2017

A la espera y en la tele

BAE Juan Carlos I, Isla Livingston, Antártida
26 de Enero de 2017

Ayer y hoy han sido días de cierre. Anteayer dimos por terminadas todas las tareas científicas en esta base, así que ayer y hoy hemos estado cerrando nuestras cajas de material científico para dejarlo listo para la siguiente etapa de esta aventura científica antártica.

Hay poco que contar de estos dos días, salvo que ayer, por propuesta de Jordi, el jefe de la BAE Juan Carlos I, hemos realizado una entrevista para Antena 3. Así que ayer a las 8:30h de la mañana hicimos una conexión vía Skype con Silvia García, una de las redactoras de Antena 3. La verdad es que esta pequeña entrevista llevó su buen rato de preparación. Alberto, el técnico informático de la base, tuvo que madrugar para poder ajustar las conexiones, preparar el ordenador, y dejarlo listo. Luego estuvimos buscando un lugar con buenas vistas… pero el tiempo amaneció ventoso y con nevada, así que tuvimos que improvisar un lugar en la terraza de uno de los nuevos módulos de la base. Sobre unos caballetes y haciendo un parapeto con una caja de cartón, lo dejamos todo listo. Pero las pruebas de video mostraron que no era posible que se viera el fondo de los glaciares, así que a un minuto de la conexión tuvimos que andar girando la mesa improvisada… pero ahora el problema era el viento pero ya no había tiempo para intentar solucionarlo….

Así que allá fuimos, hablando para una cadena nacional sobre porqué el tiempo es como es, y los cambios que observamos en la Antártida. Miguel Ángel intentó no meterse en jardines, ya que muchas de las preguntas estaban eran sobre meteorología, un tema que no es nuestro campo de especialidad… pero bueno, creemos que quedó claro el mensaje… que el cambio está ocurriendo, que el calentamiento es un hecho y que ya estamos viendo las consecuencias. Esperamos no haber metido mucho la pata, que esto lo ve mucha gente.


Y poco más da de si estos dos días que hemos pasado secando y empaquetando nuestros equipos e instrumentos, ordenando las cajas y dejándolo listo para la fase de Byers. Mañana pasaremos nuestras últimas horas en la base, así que nos vamos a dormir que será un día de mucho ajetreo.


M.A. de Pablo

martes, 24 de enero de 2017

Un día memorable

BAE Juan Carlos I, Isla Livingston, Antártida
24 de Enero de 2017

Hoy ha sido un día de lo más variado. Esta mañana hemos partido temprano de expedición a la zona de Punta Hannah. Se trata de una zona libre de nieve al otro lado de la bahía, y ya hacia el exterior de la bahía. Se trata de un punto muy visitado por los cruceros de turistas y en el que nosotros solo hemos estado en alguna ocasión hace ya muchos años. El objetivo de esta expedición es completar la exploración que hicimos hace ya tiempo con el fin de localizar nuevos emplazamientos de trabajo, tal y como hicimos hace ya unos días en la zona de Bahía Falsa.

En esta expedición hemos ido dos embarcaciones con personal desde la BAE Juan Carlos I, pero ya en el mar nos hemos encontrado con una embarcación procedente de la vecina base búlgara, y es que, por seguridad, es bueno coincidir, ya que es una zona que está ya en aguas abiertas y cualquier fallo en las embarcaciones puede volverse un problema grave si la embarcación es arrastrada hacia alta mar.

Una vez en tierra, hemos estado recorriendo la zona, con una larga playa, buscando zonas para poder ascender a los riscos más altos que caracterizan esta zona. Pero las morrenas y el glaciar no dejaban ningún paso franco hacia lo alto. En el otro extremo, pasando cerca de la gran pingüinera que se localiza en la misma punta de este cabo, tampoco hemos encontrado ningún lugar de acceso, así que parece que aproximarse por el glaciar en motos de nieve es la única vía de acceso a la zona que nos podría interesar. Así que tras tomar un poco de embutido tirados en la playa con nuestros trajes de supervivencia puestos para estar más calentitos, embarcamos de nuevo rumbo a la base.

Elefantes marinos dormitando en Punta Hannah

Por la tarde, y tras tomar un café en la base, nos ponemos nuestras mochilas y subimos a la cima del monte Reina Sofía a instalar los últimos sensores que nos quedan, y a ver si de paso podemos recuperar los sensores que se encuentran en el sondeo lleno de hielo que tenemos en la cumbre. La instalación de los sensores fue rápida, pero para recuperar el sondeo le tuvimos que echar muchas horas. La ayuda de David y la sonda de vapor ha sido imprescindible, porque el sondeo estaba repleto de hielo… poco a poco hemos ido sacando sensores, con paciencia, metiendo el brazo desnudo en el agua helada para intentar alcanzar con los dedos los distintos sensores…  Pero la palma se la ha llevado Chan. Como buen ingeniero ha ideado un sistema que nos ha dejado sorprendido, porque ninguno de los que estábamos allí pensaba que fuera a funcionar. Aprovechando una caña de bambú que teníamos a mano, le ha sujetado una de las botellas de agua vacía que teníamos en las mochilas, al que le había cortado la base… pues tras varios intentos, no dejábamos de aplaudirle y vitorearle cuando al sacar su invento del sondeo, dentro venía el último de los sensores que se nos había caído al fondo mientras intentábamos recuperarlo…. Increíble. Chan ya se ha ganado nuestro respeto. Da gusto ver cómo trabaja la mente de un ingeniero espacial…

Posando tras la exitosa recuperación de los sensores con el invento ingenieril



Y para remate, mientras estábamos intentando recuperar los sensores, el tiempo mejoró mucho. Aunque estaba nuboso, el sol se dejaba entrever y el viento se había parado, así que pudimos disfrutar de un atardecer fabuloso. Nos quedamos algunos minutos disfrutando de las vistas. Total, ya no llegábamos a tiempo de la cena, así que no podíamos desperdiciar estas magníficas vistas de la bahía desde lo alto del monte. Y mientras volvíamos, pudimos disfrutar de una luz increíble que iluminaba las laderas de los montes Frislands y el glaciar Hurd… Unas vistas increíbles para terminar un día de fabuloso y memorable, y además el día de despedida de estos lugares, porque ya hemos terminado las actividades aquí. Los siguientes días recogeremos nuestro material, pero eso ya os lo iremos contando.

El atardecer de despedida de la zona. Unas vistas que compensan los días de duro trabajo

Por cierto, Miguel Ranos y Susana Fernández ya están en tierras españolas. Nos consta que han llegado sanos y salvos y sin incidencias en sus vuelos. Así que para ellos terminó la parte de campo de esta aventura antártica.


M.A. de Pablo

lunes, 23 de enero de 2017

Cerrando experimentos

BAE Juan Carlos I, Isla Livingston, Antártida
23 de Enero de 2017

Hoy ya somos 3 en el equipo. Anoche de madrugada, como a las 2 y cuarto de la mañana, desembarcaban al personal desde el Hespérides. Y entre ellos llegaba Chan, nuestro compañero de aventura antártica. Con cara de ilusión por su llegada definitiva a la base, le acompañamos desde la playa hacia la base y al contenedor que hará de camarote, compartido con algunos de los operarios de la obra, y Miguel Ángel Hidalgo, que se levanta a recibir a Chan. Ya cansados, nos vamos a dormir cuando son más de las 3 y cuarto de la madrugada.

Ya por la mañana, tras la llegada de Chan anoche, continuamos nuestro trabajo instalando sensores y cerrando estaciones. Esta mañana ya hemos sellado algunos experimentos y los hemos dejado listos para la invernada. Se trata de los dos sondeos más importantes que tenemos aquí en la Antártida, ambos en la cima del monte Reina Sofía o sus alrededores, de 25 y 15 m de profundidad. El primero de ellos nos dio algunos problemas hace ya algunas campañas pero que quedaron resueltos con éxito, y el otro es el que en los últimos años hemos tenido que buscar bajo 4 metros de nieve.

En el primero le hemos ajustado el programa que controla cuándo y cómo se toman los datos para que nos guarde la información en una tarjeta de memoria. La idea es que volcar datos sea cosa de segundos y no haga falta subir ningún ordenador, que sufren mucho con las condiciones ambientales. Hasta ahora había que subir un ordenador, conectarlo a la memoria de datos, y esperar un buen rato a que se descarguen. En un laboratorio no hay problema, pero con el viento y el frío que hace por allí arriba, la verdad es que será mucho más cómodo y rápido.

Cerrando definitivamente por este año uno de los instrumentos de toma de datos

En el segundo de los sondeos, tal y como hemos contado hace unos días, hemos dejado instalada una de las cadenas termométricas que tantos problemas nos dio hace ya algunas campañas. Muchos años después ya está hecho. Así que hoy le hemos puesto el programa de toma de datos definitivo, incluyendo también la opción para que guarde los datos en una tarjeta de memoria.

Así que esos experimentos en el monte Reina Sofía ya están listos, y ya va quedando mucho menos para terminar allí. De camino de regreso a la base hemos instalado también algunos sensores más en una estación intermedia, la que denominamos morrena. Ya por la tarde hemos estado volcando los datos de esta estación y preparando los sensores de para las estaciones que quedan. Ya queda menos.


M.A. de Pablo

domingo, 22 de enero de 2017

Comenzamos la instalación de sensores

BAE Juan Carlos I, Isla Livingston, Antártida
22 de Enero de 2017

Hoy ha sido de nuevo día de servicio en la base para nosotros. Menos mal que es domingo y es todo un poco más relajado. Tras desayunar, recoger el desayuno y limpiar los servicios y las duchas hemos comenzado a programar los sensores de las primeras estaciones con el fin de instalarlos por la tarde, para volcar los datos del año anterior antes de la cena.

Parece que esta noche ya si que llegará Chan. Nos dicen que como a las 2 de la madrugada llegará el Hespérides y podrán desembarcar los técnicos de la base de reemplazo, y algunos de los científicos que quedaban a bordo. La base estará muy muy por encima de su capacidad de acogida de personal, así que será bastante incómodo todo, pero bueno, hay que adaptarse. Miguel Ángel Hidalgo se va a dormir, así que Miguel Ángel de Pablo se queda a recibir al compañero. Mañana lo contaremos.


M.A. de Pablo

sábado, 21 de enero de 2017

Un día de bienvenida

BAE Juan Carlos I, Isla Livingston, Antártida
21 de Enero de 2017

Hoy ha llegado por fin nuestro compañero Sebastián Sánchez, Chan para los amigos. Ayer, debido al mal tiempo fue imposible que desembarcara, y los dos buques tuvieron que salir a navegar para capear el temporal.

Chan no se podía quedar, porque no hay sitio en la base, pero ha estado todo el día en la zona hemos aprovechado para hacer un recorrido por todas las estaciones para que las conociera. Ha sido un día agradable y con relativamente buen tiempo. Por la tarde temprano ha tenido que volver a embarcar, a la espera de ver qué día podrá quedarse definitivamente en la base para que podamos trabajar con normalidad.

Nuestro compañero Chan regresando al BO Sarmiento de Gamboa para dormir a bordo



M.A. de Pablo

viernes, 20 de enero de 2017

Día de mal tiempo

BAE Juan Carlos I, Isla Livingston, Antártida
20 de Enero de 2017

El día ha sido bastante malo. Esta mañana hemos subido al monte Reina Sofía con la sonda de vapor a ver si podíamos recuperar los sensores que están en el interior del sondeo inundado por el hielo. Pero ha sido imposible: por un lado la sonda de vapor no acababa de calentar el agua para generar suficiente vapor, sin duda por el intenso viento que empezaba a soplar y el frío que hacía. Y en segundo lugar, ese mismo frío nos estaba dejando ateridos. Así que tuvimos que abortar el trabajo y regresar a la base no sin aprovechar por el camino a tensar los vientos de otra de nuestras estaciones. El resto del día lo pasamos en la base refugiados del intenso viento que se estaba levantando. Tal era el viento que el jefe de base prohibió primero los trabajos fuera de la base, y posteriormente el andar por fuera de los módulos salvo lo imprescindible para ir a los baños o al comedor.

Intento fallido de usar la sonda de vapor para extraer los sensores del interior del sondeo helado

Frente a la base estaban fondeados los dos buques españoles que este año están haciendo campaña, el B.O. Sarmiento de Gamboa y el B.I.O. Hespérides. Y un pequeño velero que apenas podía mantener el ancla. Tal fue el viento que el velero tuvo que pedir anclarse al BIO Hespérides. Fue una maniobra realmente complicada que todos seguíamos con detenimiento desde la base. El Hespérides, por proteger al velero del viento acabó desplazándose con ancla y todo más de 400 metros. El viento no dejaba de soplar, así que los tres barcos decidieron levar anclar y salir a navegar para capear el temporal. Hacer hipódromos suelen decir en los buques: dar vueltas de un lado a otro, con la popa y la proa al viento.

Con el viento soplando nos vamos a dormir. Dicen los meteorólogos de la base que esta noche va a seguir soplando, pero que mañana ya estará mejor. A ver si es verdad. Ya os contaremos.


M.A. de Pablo

jueves, 19 de enero de 2017

Explorando Punta Barnard

BAE Juan Carlos I, Isla Livingston, Antártida

19 de Enero de 2017

Esta mañana se ha levantado un día espléndido de sol radiante. Seguro que con estas condiciones meteorológicas Miguel Ramos y Susana podrán volar de camino hacia Punta Arenas en su camino de salida de la Antártida. En ese mismo vuelo se incorporará nuestro colega Sebastián Sánchez, que se unirá a nosotros para la segunda parte de la campaña.

Con este buen tiempo, después de desayunar hemos partido en misión de exploración a Punta Barnard. El objetivo es localizar nuevos emplazamientos para instalar nuevas estaciones de medida del permafrost y la capa activa en futuros proyectos, cuando tengamos automatizadas nuestras estaciones.

Punta Barnard es el extremo Sur de la cota Este de Bahía Falsa, la bahía paralela a Bahía Sur, donde se encuentra la BAE Juan Carlos I. Esta punta la conocemos de lejos, ya que se ve cuando nos acercamos a trabajar al Glaciar Rocoso (como ayer), como hemos estado haciendo ayer, y hace unas semanas atrás. Situada junto al glaciar Charity, Punta Barnard es una larga zona de playa de piedras y bolos en la que se pueden encontrar diversas pingüineras. Rápidamente la pendiente se eleva y da paso a una pequeña hombrera al pie de un pico montañoso. Esta hombre, a unos 180 metros de elevación, era el objetivo de nuestra exploración. Llegamos hasta allí en zodiac, patroneada por Jede, y con el médico de la base, David, de proel. Una vez en las playas de Punta Barnard, subimos hasta la hombrera acompañados de los técnicos de montaña David y Arkaitz. Una vez en la zona descubrimos que la zona estaba repleta de bloques de todos los tamaños, alineados y formando pequeños ríos de piedras, y lóbulos de gelifluxión, dejados sin duda por la repetida congelación y descongelación de los suelos. Sin duda un lugar con mucho potencial para encontrar permafrost y estudiar sus efectos en el movimiento del terreno… todo un éxito esta exploración.

Terreno de bloques y lobulos periglaciares

Mientras regresábamos a las playas pudimos disfrutar de unas increíbles vistas de la costa, de Bahía Falsa y los glaciares que caen en ella, así como de varias pingüineras que había en la playa, y, a lo lejos, de la isla Decepción, y hasta del continente antártico!!!  Y es que el tiempo era tan soleado y despejado que la visibilidad era de cientos de kilómetros… ¡menudas vistas!

Vistas de Bahía Falsa

Embobados por estos paisajes regresamos a la base ya pasada la hora de comer, así que tomamos algo rápido y salimos a recorrer las estaciones para hacer el mantenimiento de las mismas: tensar vientos, cambiar otros, buscar desperfectos para repararlos o cambiar las cosas para asegurar que todo está en orden para otro invierno más.

Sabemos que esta mañana ha habido vuelo entre Punta Arenas y Rey Jorge en el que salían nuestros compañeros Miguel Ramos y Susana Fernández, y entraba en zona antártica Sebastián Sánchez. Y en que el tiempo soleado y despejado que hacía esta mañana era difícil que impidiera las operaciones aéreas. Así que en unos días tendremos en la base a nuestro colega.

M.A. de Pablo