Campamento Byers, 25 de Enero de 2015
Menudo desastre. En la Antártida las cosas nunca son sencillas, el clima lo complica todo, los ajustes de calendario contínuos, el apoyo entre países una costumbre y una necesidad,... pero este año la cosa a rizado el rizo.
Amén de muchos cambios contionuos, las primeras noticias fiables del cierre del campamento sugerían que el día 22 por la noche o el 23 por la mañana, el buque logístico "Aquiles" de la Armada Chilena (el mismo con el que hicimos todos los tránsitos el año pasado), pasaría a recogernos tras cerrar el campamento. Así que una vez finalizados los trabajos científicos, todos nos dedicamos a ir porteando material a la playa y a dejarlo listo para que pudiera ser sacado de la península, posiblemente en helicóptero.
Pero de aquello a lo que realmente ha ocurrido... La realidad es que hemos acabado saliendo hoy día 25 de Enero de Byers, tras numerosos y continuos cambios de planes, en los que en ningún momento hemos sido avisados directamente por el buque de cada cambio de plan que afectaba a nuestras actividades en la isla. El resultado es que hemos perdido días de trabajo por haber desmontado el campamento al avisársenos de una fecha muy temprana para nuestra extracción de la península. Además, el último día tuvimos que volver a montar algunas de las tiendas de campaña para dormir una noche más, pues ya las habíamos desmontado y transportado a la playa porque era "inminente" la llegada del buque. Otros durmieron (o mejor dicho, pasaron la noche intentando dormir) encima de las mesas de los módulos del refugio. y si todo eso fuera poco, esta mañana, tras asegurársenos que el buque fondearía frente a las playas de Byers a las 8 de la mañana, finalmente, la primera (y única, a pesar de que se acercaron dos) embarcación que ha tocado la playa lo ha hecho a las 11 de la mañana, cuando ya la marea estaba bajando y hacía complicado evacuar todo el material del campamento. Así que, tras recibir la recomendación del buque de subir a bordo para comer e intentar a la noche, con la siguiente marea alta, volver a la playa a recoger todo el material, tomamos nuestro equipaje personal y subimos a bordo.
Después se desató la locura, con cambios de planes cada cinco minutos. Ahoraremos los detalles, pero el resultado ha sido que hoy mismo nos traían a la base Juan Carlos I.... pero sin recoger nuestro material científico de las playas de Byers.... Con eso queda todo dicho. Esta tarde hemos llegado a la base, nuestro último destino en la Antártida por esta campaña.
Vaya por delante nuestro mayor agradecimiento al buque "Aquiles" de la Armada chilena, y al Instinuto Nacional Antártico de Chile (INACH), por apoyarnos para extraernos de la zona, llevarnos a esta base y colaborar con España con las operaciones logísticas (como España lo ha hecho en otras ocasiones con ellos en estas latitudes, todo sea dicho de paso). Sin embargo, los que hemos perdido días de trabajo en este recóndito lugar, los que hemos pasado un frío de muerte en las playas esperando que se nos recogiera, llos que hemos acabado dormitando encima de los paquetes que esperaban en la playa para ser sacados de allí, o calentándonos un poco con el tubo de escape de un pequeño generador que teníamos encendido en la playa para mantener refrigeradas las muestras de nuestros colegas biólogos hemos sido nosotros. Y los que estamos en la base sin material científico con el que hacer nuestro trabajo somos nosotros. En fín, cuando las cosas se complican por estas latitudes, se tuercen de verdad.
Pero bueno, no hay mal que por bien no venga, así que aprovechamos los días de espera para bajar con más tranquilidad el material a la playa e incluso dar algún paseo por las playas próximas observando de lejos a los elefantes, petreles, y pingüinos que descansan cerca.
ya acaba este día tan largo. Damos así por cerrado el campamento Byers e iniciamos la última etapa de esta campaña en península Hurd, isla Livingston. O más que una etapa, una aventura para hacer nuestro trabajo improvisando dado que no tenemos nuestro material científico. ¡Vamos a ello, que esto promete!
M.A. de Pablo