Pues tras el maratón popular de la San Silvestre en Isla Decepción, esta tarde hemos tenido la visita del buque de la Real Armada Birtánica "Protector", del que han desembarcado 5 representantes del buque y 2 representantes científicos, dos del Servicio Antártico Británico (BAS), y otro del programa polar de la República Checa. Pero esta no era una visita de cortesía, sino una inspección del protocolo antártico.
Y es que como país firmante del protocolo antártico, podemos hacer y nos pueden hacer inspecciones a nuestras instalaciones y proyectos científicos. En esta ocasión se trataba de una inspección de la base. Por lo que se les ha recibido, se han izado las respectivas banderas de los miembros visitantescon honeres militares, y se les ha convidado a un aperitivo. Tras lo cual, el comandante de la base, como máxima autoridad de la misma, y Miguel Ángel, en representación (por ¿votación? popular entre los científicos presentes) de los proyectos científicos, han presentado la base y las actividades de investigación que se están llevando a cabo en la actualidad. Tras esto, se ha realizado visitas a las distintas instalaciones de la base para responder a todas sus preguntas sobre gestión de la base, de los resíduos, actividades que se llevan a cabo en ella como el respostaje de combuistible, la movilidad de los vehículos, etc. En fín, un examen en toda regla que, esperamos haber superado con nota. Pero hasta dentro de unos cuantos meses, cuando llegue el informe final, no sabremos su evaluación.
Y esto no es más que una muestra del estricto control que los miembros del tratado antártico se hacen entre sí, para asegurar que el mismo se cumple, y que todos los que lo hemos firmado, cunplimos las normas que rige, y que protegemos el medio ambiente en nuestras instalaciones y actividades... Esto es algo común en la antártida, así que más que un examen, lo tomamos como un trámite en el que nada tenemos que esconder. Y en especial, la base Grabiel de Castilla, cuenta con una certificación AENOR, de caracter internacional, sobre su buena gestión ambiental. De momento es la única base antártica que tiene este certificado, por lo que, no sólo cumple con los requisitos que pide el tratado, sino que los supera con creces para proteger este rincón del planeta tan sensible.
Acabada la visita bien entrada la tarde-noche, y tras despedir a los inspectores, entre todos preparamos la mesa para la cena de nochevieja... y entretanto aprovechamos para celebrar, por primera vez, las campañas de fin de año, esta vez a la hora española. En este ratito también llamamos por teléfono a nuestra familia para desear a los nuestros un feliz año nuevo.
Luego cenamos y tomamos las uvas, de nuevo, de fin de año, esta vez a la hora local... Así que sólo nos queda desear a todos los que leen estas líneas un FELIZ AÑO 2015.
M.A. de Pablo