Hoy ha sido un día dedicado a prospectar la capa activa en la base. Hace unos años observamos que aumentaba la erosión en el frente de la costa más próximo a la base. Por eso, iniciamos un proceso de estudio del permafrost también en el emplazamiento de la base, con el fin de apoyar a esta instalación. En el año 2012 medimos el espesor de la capa activa (la parte del terreno que se descongela en verano) alrededor del módulo vida de la base, y el año pasado estudiamos las temperaturas en el interior y exterior de la base.
Este año, nuestro colega argentino Gabriel, voló, un poco antes de llegar nosotros a la base, un vuelo con un dron para realizar una imagen y un mapa topográfico de alta resolución. Así que nosotros vamos a continuar el estudio realizando una nueva medida del espesor de la capa activa en todo el emplazamiento, para luego representar los datos sobre la imagen de satélite y hacer un mapa muy detallado de la profundidad a la que se encuentra el permafrost. Esto es importante porque puede ayudar a predecir en qué lugares la base podría haber más procesos de erosión y si estos podrían afectar a las propias instalaciones de la base.
Por eso, el día de hoy hemos estado picando con nuestra sonda de permafrost, por toooodaaaa la base. Madre mía!! Hemos acabado destrozados... más que 560 puntos de control... y no hemos acabado! Esto consiste en clavar la vara en el terreno con fuerza hasta que se clava en el hielo. Pero la vara rebota y te destroza las muñecas y los codos. y es peor aún si la vara encuentra una piedra en su camino, entonces ya... Pero no hay otra forma manual de hacerlo sin tener que excavar una zanja... Y aunque a veces parecemos zahoríes buscando agua, en realidad es un método contrastado, y que usamos todos los que pertenecemos a la red internacional de estudio de los suelos congelados... En fín ciencia basada en baja (y barata) tecnología.
A última hora de la tarde se ha levantado el viento y se ha puesto a nevar, así que era muy complicado continuar con este estudio. Pero no descansamos, porque hemos aprovechado pra sacar los sensores de temperatura que teníamos en un sondeo que perforamos en el año 2012 pegado al módulo principal de la base, y que también usamos en este estudio del permafrost en la base. Y es que es nuestra forma de contribuir a la que es nuestra casa en la isla decepción, por poco tiempo, pero nuestra casa. Y es que, por si no lo hemos dicho antes, la dotación de la base nos trata muy bien, nos mantienen calentitos, limpios y bien alimentados (para alivio de las madres de los que por aquí pasamos).
En fín, poco más que contar del día de hoy. Nos vamos a dormir que tenemos los brazos que ya no podemos ni teclear de tanto darle a la pica. ¡Buenas noches!
M.A. de Pablo
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