Hoy me toca a mí escribir la entrada en el blog, como primerizo en las aventuras antárticas. No tengo palabras para describir lo que he vivido en el día de hoy. Es una maravilla. No es algo que se vea todo los días y sólo puedo decir que soy una persona afortunada.
El día comenzó a las 6:30 de la mañana cuando vinieron a buscarnos al hotel para llevarnos al aeropuerto de Punta Arenas. El vuelo salió con mucha puntualidad. Volamos en un BAE 146-200 de una línea comercial turística. El vuelo duró unas dos horas. A eso de las 12:10 de la mañana bajamos por debajo del manto de nubes y empezamos a ver nuestro primer destino en la Antártida: la isla Rey Jorge.
¡Ya hemos pisado la Antártida!
Como todo en este viaje, ha sido la primera vez que he aterrizado con una avión en una pista de grava. No sabía que los aviones pudieran hacer eso, la verdad. Pero ha aterrizado muy bien. Una vez allí, ni terminal ni nada. Se trata de un aeródromo en medio de un paisaje lunar. Bajé la escalerilla y..., puse por primera vez un pie en la Antártida.
Video: Aterrizando en la isla Rey Jorge
Video: Aterrizando en la isla Rey Jorge
Rápidamente me puse mi atuendo de frío (porque hacía frío) y nos dirijimos a pie al punto de recogida acordado para subir a bordo del Hespérides. En cuanto andamos un poquito, rápidamente avistamos el Buque de Investigación Oceanográfica (BIO) Hespérides, de la Armada Española, fondeado cerca de la costa esperando por nosotros y otros científicos a quienes llevaria a distintas bases.
Una vez en la playa, vino una zodiac del buque. Nos pusimos un traje especial para no morinos de hipotermia si nos caimos al agua, que familiarmente se le conoce como teletuby. También tuvimos que proteger las mochilas y macutos con bolsas estantas, para evitar que se mojaran en el trayecto. La zodiac tuvo que hacer tres viajes, para trasladar a todos los investigadores y sus equipajes. Nosotros fuimos en el segundo. Yo estaba emocionadísimos con la idea de que iba a subir a bordo del barco, pero a la vez preocupado porque no sabía cómo se me iba a dar eso de subir por una escala desde una zodiac a un barco.
Afortunadamente, la mar estaba muy tranquila, y el viaje de la playa al barco fue un verdadero paseo. Subí por la escala como buenamente pude y...ya está, a bordo del Hespérides. Me ha encantado. El barco de la Armada Española es la leche. Y sobre todo, me ha gustado el recibimiento. La dotación del buque es muy agradable y nos han dejado meternos hasta la cocina y no han tenido ningún reparo en explicarnos lo que queríamos sobre la vida y funcionamiento del buque. El buque nos llevaría de la isla Rey Jorge a nuestro primer destino de trabajo: la Base Gabriel de Castilla, en la isla Decepción. Nos enteramos que habría que hacer noche y nos asignaron un camarote.
Tardamos un poco, pero una vez se puso el barco en movimiento nos recorrimos las distintas cubiertas admirando el paisaje y tomando todo tipo de fotos y vídeos, especialmente de los icebergs.
Mañana llegaremos a la isla Decepción a eso de las 8:30 de la mañana. Hemos comprobado que nuestras cajas se encuentran almacenadas en la bodega del barco. Ahora, a acostarse pronto porque mañana nos espera otro apasionante día. Desde luego, hoy ha sido un día que no olvidaré en mi vida. Uno de esos días que marcan un antes y un después.
M. Prieto
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