BAE Juan Carlos I, Isla
Livingston, Antártida
20 de Enero de 2017
El día ha sido bastante malo.
Esta mañana hemos subido al monte Reina Sofía con la sonda de vapor a ver si
podíamos recuperar los sensores que están en el interior del sondeo inundado
por el hielo. Pero ha sido imposible: por un lado la sonda de vapor no acababa
de calentar el agua para generar suficiente vapor, sin duda por el intenso
viento que empezaba a soplar y el frío que hacía. Y en segundo lugar, ese mismo
frío nos estaba dejando ateridos. Así que tuvimos que abortar el trabajo y
regresar a la base no sin aprovechar por el camino a tensar los vientos de otra
de nuestras estaciones. El resto del día lo pasamos en la base refugiados del
intenso viento que se estaba levantando. Tal era el viento que el jefe de base
prohibió primero los trabajos fuera de la base, y posteriormente el andar por
fuera de los módulos salvo lo imprescindible para ir a los baños o al comedor.
Intento fallido de usar la sonda de vapor para extraer los sensores del interior del sondeo helado
Frente a la base estaban fondeados
los dos buques españoles que este año están haciendo campaña, el B.O. Sarmiento
de Gamboa y el B.I.O. Hespérides. Y un pequeño velero que apenas podía mantener
el ancla. Tal fue el viento que el velero tuvo que pedir anclarse al BIO
Hespérides. Fue una maniobra realmente complicada que todos seguíamos con
detenimiento desde la base. El Hespérides, por proteger al velero del viento
acabó desplazándose con ancla y todo más de 400 metros. El viento no dejaba de
soplar, así que los tres barcos decidieron levar anclar y salir a navegar para
capear el temporal. Hacer hipódromos suelen decir en los buques: dar vueltas de
un lado a otro, con la popa y la proa al viento.
Con el viento soplando nos vamos
a dormir. Dicen los meteorólogos de la base que esta noche va a seguir
soplando, pero que mañana ya estará mejor. A ver si es verdad. Ya os
contaremos.
M.A. de Pablo
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