BAE Juan Carlos I, Isla
Livingston, Antártida
23 de Enero de 2017
Hoy ya somos 3 en el equipo. Anoche
de madrugada, como a las 2 y cuarto de la mañana, desembarcaban al personal
desde el Hespérides. Y entre ellos llegaba Chan, nuestro compañero de aventura
antártica. Con cara de ilusión por su llegada definitiva a la base, le
acompañamos desde la playa hacia la base y al contenedor que hará de camarote,
compartido con algunos de los operarios de la obra, y Miguel Ángel Hidalgo, que
se levanta a recibir a Chan. Ya cansados, nos vamos a dormir cuando son más de
las 3 y cuarto de la madrugada.
Ya por la mañana, tras la llegada
de Chan anoche, continuamos nuestro trabajo instalando sensores y cerrando
estaciones. Esta mañana ya hemos sellado algunos experimentos y los hemos
dejado listos para la invernada. Se trata de los dos sondeos más importantes
que tenemos aquí en la Antártida, ambos en la cima del monte Reina Sofía o sus
alrededores, de 25 y 15 m de profundidad. El primero de ellos nos dio algunos problemas
hace ya algunas campañas pero que quedaron resueltos con éxito, y el otro es el
que en los últimos años hemos tenido que buscar bajo 4 metros de nieve.
En el primero le hemos ajustado
el programa que controla cuándo y cómo se toman los datos para que nos guarde
la información en una tarjeta de memoria. La idea es que volcar datos sea cosa
de segundos y no haga falta subir ningún ordenador, que sufren mucho con las
condiciones ambientales. Hasta ahora había que subir un ordenador, conectarlo a
la memoria de datos, y esperar un buen rato a que se descarguen. En un
laboratorio no hay problema, pero con el viento y el frío que hace por allí
arriba, la verdad es que será mucho más cómodo y rápido.
Cerrando definitivamente por este año uno de los instrumentos de toma de datos
En el segundo de los sondeos, tal
y como hemos contado hace unos días, hemos dejado instalada una de las cadenas
termométricas que tantos problemas nos dio hace ya algunas campañas. Muchos
años después ya está hecho. Así que hoy le hemos puesto el programa de toma de
datos definitivo, incluyendo también la opción para que guarde los datos en una
tarjeta de memoria.
Así que esos experimentos en el
monte Reina Sofía ya están listos, y ya va quedando mucho menos para terminar
allí. De camino de regreso a la base hemos instalado también algunos sensores
más en una estación intermedia, la que denominamos morrena. Ya por la tarde
hemos estado volcando los datos de esta estación y preparando los sensores de
para las estaciones que quedan. Ya queda menos.
M.A. de Pablo
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