miércoles, 8 de febrero de 2017

Acabando las tareas

Campamento Byers, Isla Livingston, Antártida
8 de Febrero de 2017

Ayer volvimos a nuestra parcela de estudio para volver a realizar la medida de la descongelación del suelo, pero en las miniparcelas, como los días anteriores. Tras ello, realizamos un exhaustivo reportaje fotográfico de todos los instrumentos que tenemos instalados con el fin de actualizar nuestra base de datos, pero también para informar al Comité Polar Español de todo lo que dejamos por aquí para que conste a nivel internacional. Aprovechamos para tomar también unas pocas muestras de suelos con el fin de caracterizar la superficie de nuestra parcela y que luego, nuestros compañeros de proyecto que trabajan con datos de satélite, puedan interpretar mejor las imágenes y datos de radar. Por la tarde, aprovechamos para recoger todo nuestro material científico del módulo laboratorio para irlo liberando poco a poco y poder limpiarlo sin prisa y que no nos pille el toro el día del cierre de campamento.

Y hoy hemos aprovechado el día haciendo una pequeña excursión. En realidad no era tal, si no que hemos ido a ayudar a Curro y Arkaitz con una tarea que tenían que hacer en la parte más oriental de las playas del sur de Byers.  Hace unos días, los investigadores chilenos se tuvieron que ir antes de lo previsto sin poder acabar sus experimentos, así que en aras de la cooperación internacional que reina por estas tierras del Sur, nuestros montañeros se comprometieron a dejar instalados los experimentos. Se trataba de poner una especie de mini-invernaderos en zonas con y sin vegetación a diferentes distancias desde el frente del glaciar que se está retirando. Para ello hemos tenido que ir caminando hasta el otro extremo de la península, a unas 2h 40 minutos caminando. Bueno, eso es lo que hemos tardado por la mañana en llegar allí nosotros, que los montañeros han salido un poco antes que nosotros y lo han hecho en una hora menos. ¡Qué máquinas de caminar! Por el camino hemos aprovechado para disfrutar de la fauna que descansaba en las orillas del mar: pingüinos, elefantes marinos, focas leopardo y de weddel… además de no dejar de sorprendernos con los enormes huesos de ballenas que descansan salpicados por las playas.


Llegando a nuestro destino al pie del Nunatack de Clark

Una vez allí, hemos ayudado con la instalación de los mini-invernaderos y ya a mediodía hemos hecho un pequeño picnic para reponer fuerzas. Un sandwich, un poco de agua y unos frutos secos han sido suficientes para reponernos mientras descansábamos sentados en el suelo mientras los charranes nos sobrevolaban o descansaban a pocos metros de nosotros.

 Uno de los paisajes de este extremo de la península

Y menos mal que repusimos fuerzas, porque luego la caminata de regreso se hizo infinita. Cada uno a su ritmo, sufriendo con su cansancio y sus ampollas, hemos ido deshaciendo nuestros pasos, perseguidos por la niebla que poco a poco ha ido bajando, amenazando con empaparnos haciéndonos más penoso el camino.

Reventados, nos hemos bebido dos litros de agua cada uno, y luego curado las heridas y ampollas, y hechado una cabezadita. Ha sido un día de trabajo distinto, un día de excursión, y de agotamiento. Pero ha sido un buen día para dar por terminada nuestra campaña en Byers. Los días que nos quedan los dedicaremos a organizar los datos que hemos tomados estos días, y a recoger poco a poco el campamento, que ya llega a su fin.


M.A. de Pablo

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