BAE Gabriel de Castilla, Isla
Decepción, Antártida
13 de Febrero de 2017
Menudo día el de hoy… y qué
largo!! Ayer estuvimos recogiendo el campamento. Poco a poco fuimos
desconectando las comunicaciones, sacando la basura, desmontando el sistema de
filtrado de agua para beber, recogiendo nuestras mochilas en las tiendas,… al
final del día teníamos en la playa todos los toneletes en los que hemos
transportado el material, junto con el material científico de los tres grupos
que hemos estado trabajando en Byers. Solo nos quedaba desmontar las tiendas de
campaña en las que hemos dormido y bajarlas a la playa junto con los sacos de
dormir y nuestro equipaje personal… Todo lo demás listo.
Esta mañana, a las 5 nos hemos
levantado corriendo para desmontar las tiendas y transportar lo que quedaba a
la playa, ya que por la radio nos habían avisado la noche anterior que a las
6:30h de la mañana ya estarían las embarcaciones llegando a recoger material
para embarcarlo en el BIO Hespérides. El caso es que esta mañana el día ha
aparecido nublado y lluvioso, para variar. Apenas podíamos ver al buque
fondeado en alta frente a Byers, y las embarcaciones parecían tardar años en
llegar en cada viaje. Cada vez que una embarcación llegaba a la playa, la
íbamos llenando con grandes sacos de rafia que luego llenábamos con los
toneletes. Cuando la embarcación se iba, organizábamos el material para cargar
la siguiente tan pronto como llegara a la playa. Y es que aquí la velocidad es
importante. Las costas de Byers son poco profundas y llenas de agujas de roca y
rompientes que, en cuanto baja la marea, quedan al descubierto haciendo
imposible navegar por ellas. Así que las embarcaciones tienen solo unas horas
para recoger todo el material y sacarnos a nosotros de la playa.
Al final ya hemos perdido la
cuenta de cuantos viajes han hecho las embarcaciones para recoger todo el
material, pero han sido unas cuatro horas que hemos estado aguantando bajo la
lluvia y el viento en la playa. La mayor parte del tiempo estábamos helados de
frío. Menos mal que entrábamos en calor cda ve que cargábamos una de las
embarcaciones. Bueno, y también a un termo de café con leche que nos bajaron
del barco, porque no habíamos ni desayunado. Finalmente, a eso de las 11:30h de
la mañana hemos salidos los últimos investigadores y técnicos de la playa rumbo
al Hespérides, cerrando así el campamento Byers por este año.
Ya en el barco nos hemos
encontrado con compañeros de otros proyectos que estaban a bordo rumbo a otros
lugares para realizar sus estudios. También había periodistas de La Sexta, que
estaban mostrándonos los reportajes que habían grabado hacía unos días. Pero lo
que más nos intereresaba era la ducha… darnos una ducha eterna de agua
caliente. Así que cada uno en el camarote que nos han asignado hemos disfrutado
de este placer que nunca. Luego hemos bajado a comer y algunos hasta a dormir
un poco mientras el barco de acercaba a la BAE Juan Carlos I para desembarcar a
otros científicos, y Curro y Arkaitz.
Allí estamos solo unas horas, y
de nuevo el barco levanta el fondeo y nos dirigimos, ahora si, rumbo a la isla
Decepción. En solo 3 horas más de navegación nos entramos por los Fuelles de Neptuno,
un hueco que comunica el mar con la caldera inundada del volcán de la isla
Decepción, en cuya costa se encuentra la BAR Gabriel de Castilla. Disfrutamos
de las siempre sorprendentes vistas de la entrada a la isla, pero cuando fondeamos
frente a la base ya es de noche. Entre unas olas importantes, nos desembarcamos
rumbo a la playa, donde hay mucho trajín porque periodistas de La 2 embarcan,
junto con otros científicos en el Hespérides…
Vistas de Los Fuelles de Neptuno por donde entramos en la isla Decepción
La BAE Gabriel de Castilla en las primera horas de la noche antártica
Pero bueno, ya nos han asignado
un hueco donde dormir. A uno en el módulo de dormitorios, pero a los otros dos
nos toca dormir en el antiguo gimnasio de la base. Un pequeño contenedor donde
han quitado los aparatos y han puesto dos literas… así que hace un frío… menos
mal que tenemos dos calefactores y un montón de mantas que seguro que nos
ayudan a mantenernos calientes.
Y con esto acaba nuestro
ajetreado y largo día en el que hemos comenzado en el campamento Byers, hemos
comido frente a la base Juan Carlos I, y cenado frente a la BAE Gabriel de
Castilla. Nos vamos a dormir que mañana comienza de nuevo otra aventura.
M.A. de Pablo
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