jueves, 13 de febrero de 2014

Tierra!

Canal del Beagle, a bordo del Buque Aquiles. 13 de Febrero de 2014.

Por fin tierra. Despertar a las 6 de la mañana para ver el Cabo de Hornos y no ver más que bruma después de una noche un poco movida, no ayuda a sentir que el viaje acaba. Pero pocas horas después, ya se veía tierra. Las primeras islas que configuran el Canal de Beagle en Tierra del Fuego nos alegró a todos. No sólo porque significa que se aproxima el fin de la navegación, y de la campaña, sino porque se alegra la vista, especialmente los colores verdes de los árboles nos chocan a todos después de un mes donde las paletas de blanco, gris, y azul eran todo lo que había en los paisajes antárticos. Así que ver árboles no deja de llamarnos la atención como a niños que descubren algo nuevo.
Por fin el canal de Beagle

Así que ya con las aguas calmadas gracias a la protección de los canales, todo el barco se llena de gente de acá para allá. Muchos de los que dormían por cansancio o por mareo ya están en cubierta. Muchos también ya vestidos de paisano, con ropa de calle, sin grandes abrigos, ni forros polares, guantes, o botas. Parece que mucho están deseando tocar tierra y el vestirse sin ropas de abrigo les hace sentirse más cerca de casa.
Un viejo pecio en el canal marca la cercanía a Puerto William, nuestra siguiente parada.

A mediodía llegamos a Puerto Williams, donde fondeamos y a los españoles nos hacen los trámites de entrada en Chile sellándonos la policía nuestros pasaportes. Después desembarcamos para estirar las piernas un poco y ayudar a Chema (un científico de la Universidad Complutense), a llevar sus cosas a una casa de la Universidad de Magallanes, donde vendrá a trabajar en unos días pues él continúa su campaña en estas latitudes subantárticas. Juanjo y Miguel Ángel le acompañamos porque hemos estado planteando ampliar nuestra zona de estudio a este lugar, con el fin de tener un punto de control fuera del continente antártico. Después paseamos por las calles donde nos encontramos con el resto de la expedición española que nos habían comprado una rica empanada para comer.

Nos despedimos de Puerto William y continuamos nuestra navegación

De vuelta al barco (y de comer), salimos de nuevo hacia el canal del Beagle para poner rumbo, ahora ya si, hacia Punta Arenas en el último día de navegación. Pero este día nos guardaba un bonito espectáculo. Al final de la tarde, tras navegar frente a la ciudad de Ushuaia donde otras campañas hemos pasado algunos días, llegamos a la zona de los ventisqueros. En el viaje de ida a la Antártida pasamos también por aquí, pero no era un día muy soleado y además llegamos al final del día, por lo que apenas pudimos disfrutar del espectáculo. En cambio, hoy el día es soleado y estamos todos en las distintas cubiertas del barco disfrutando de un espectáculo de la naturaleza como son los glaciares que literalmente escurren por las laderas de las montañas hacia el canal. Ventisquero Holanda, Italia, Francia, España,.. a cual más bonito.. y con la luz del atardecer, el contraste con el verde de los árboles, el azul del cielo y el mar, el espectáculo era increíble. Todo el mundo con sus cámaras de fotos intentando captar este o aquel rincón de los ventisqueros, los cambios de color, de luz... Sin duda un espectáculo increíble al que puso fin la luna llena sobre la Cordillera Darwin. Sin duda un espectáculo final para este viaje.

Uno de los ventisqueros que vierten sus hielos al Canal de Beagle

Lenguas glaciares descendiendo desde las cumbres de Cordillera Darwin

Los ventisqueros también reflejan el calentamiento global

Otro de los ventisqueros, a la luz del atardecer

Y la luna cierra el espectáculo glaciar al final del Canal de Beagle

Último atardecer en nuestra navegación por los canales patagónicos

Miguel Ángel de Pablo

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