BAE Juan Carlos I. 26 de Enero de 2014.
Hoy es domingo, y normalmente no suele hacerse trabajos: la dotación, si
no hay tareas urgentes, descansa, y los científicos, dependiendo de los
proyectos desarrollan tareas de laboratorio y no de campo para no tener que
necesitar el apoyo de la dotación. En otras campañas, dado el escaso tiempo
disponible que teníamos, no podíamos permitirnos un día de descanso, pero este
año, debido a la suspensión de la fase de Byers, podemos darnos el lujo. Sin
embargo, no es tal, ya que por la tarde nos desplazamos a la base antártica de Bulgaria,
que está a apenas un kilómetro de la española, aunque no se ve una desde la
otra y sólo se puede llegar por mar o en moto de nieve a través del glaciar.
En la base búlgara, fuimos recibidos cordialmente por la dotación e
investigadores búlgaros. Tras tomar unos refrescos y unos trozos de pastel que
nos prepararon para la visita, aprovechamos que nuestras colegas portuguesas
Alice y Anna están allí, para llevarles un sistema de GPS- diferencial que les
traemos desde la base Gabriel de Castilla, y coordinar algunas tareas que
tendremos que desarrollar durante las siguientes semanas.
Durante el tiempo que pasamos en la base se levanta
ventisca y el tiempo empeora notablemente, así que tenemos que regresar pronto
a nuestra base. La previsión meteorológica da días complicados, así que
planificamos las tareas para el día siguiente, que serán por los alrededores de
la base para no subir al Monte Reina Sofía, donde las condiciones son más
duras.
Miguel Ángel de Pablo
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