Isla Decepción. 21 de Enero de 2014.
Hoy hemos comenzado los trabajos en isla Decepción. Hemos comenzado
desempolvando la máquina de perforación para llevarla a las proximidades de la
Base Antártica Argentina “Decepción”, muy próxima a la base española. Allí
hemos enseñado su funcionamiento a Gabriel y Gonçalo, nuestros colegas del
equipo portugués, quienes tendrán que hacer varias de estas perforaciones en la
isla cuando nosotros ya no estemos. Sin embargo, la máquina, aunque funciona
bien durante un rato, acaba calándose continuamente y se hace imposible
continuar tras haber alcanzado sólo 1 metro de profundidad. Mientras tanto
también se realizan trabajos de monitorización con GPS de algunas estacas para
medir el movimiento de las laderas. Una vez hecho esto, y tras los problemas
con la máquina perforadora, decidimos parar y pedir que nos revisen la máquina
los mecánicos de la base… Aprovechamos para comer algo en la base Decepción,
que aunque permanece aún cerrada, podemos entrar en uno de los módulos
auxiliares para refugiarnos del frío que ha comenzado a sentirse a pesar de ser
mediodía.
Tras un rápido almuerzo de unos pequeños bocadillos que nos ha preparado
Silvia, la cocinera de la base, con mucho cariño y alguna chocolatina de
regalo, no dirigimos hacia la zona de Crater Lake, punto principal de nuestro
estudio en esta isla. Allí aprovechamos para, además de medir puntos con GPS
para un experimento similar al que hay en las proximidades de la base
argentina, recoger los primeros sensores, recuperar las fotografías de la
cámara automática que tenemos allí instalada, y revisar todas las
instalaciones. Por suerte, este invierno ha sido más benigno y todo está en
perfectas condiciones, no siendo necesaria ninguna tarea de mantenimiento
adicional. Esto es toda una suerte, porque con tan sólo tres días para trabajar
en la isla, si hubiera algún desperfecto, posiblemente no hubiéramos tenido
tiempo para solucionarlo.
Ya por la tarde, de regreso a la base, volcamos los datos de los
sensores y programamos los que instalaremos al día siguiente… que son muchos…
Esto hace que parando apenas un rato para la cena, acabemos de programar
sensores a las 3 de la madrugada… Esta no es la forma ideal de trabajar, que,
con tan poco tiempo y tantas prisas, es muy probable cometer errores en la
programación lo que puede conllevar la pérdida de datos durante el siguiente
año… pero el calendario manda y es lo que tenemos. Así que tras asegurarnos de
que todo está bien y no nos hemos equivocado (bueno, en alguno sí, pero lo
rehacemos para que queden bien programados), y ya cansados del primer día de
trabajo a toda velocidad, nos acostamos, que mañana nos espera un día duro.
Miguel Ángel de Pablo
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