jueves, 3 de marzo de 2016

En puerto

Ushuaia, Argentina, 3 de Marzo de 2016

Ya de madrugada hemos entrado en el canal del Beagle. No lo hemos visto porque ya estábamos acostados, pero a las 4 de la madrugada hemos recogido al práctico del puerto que es quien dirige el barco en este transito por el canal. Cuando nos hemos levantado, hoy a las 6:30, ya hemos podido ver montaña, nieve, y ¡ÁRBOLES! por la ventana de nuestro camarote. Aunque aún no había amanecido del todo, hemos desayunado rápido para poder subir al puente a disfrutar del canal y de la llegada a Ushuaia. La sorpresa es que estabamos mucho más cerca de lo que pensábamos y ya se vislumbra a lo lejos nuestro puerto. Aún hemos tardado un par de horas en llegar allí, algo que hemos aprovechado para disfrutar del vuelo de los albatros, os petreles y los cormoranes que jugaban con el barco, recortando su trayectoria, siguiéndole la estela o sobrevolándolo. El amanecer ha hecho aún más bonita nuestra entrada en puerto (marca atrás!) que ha sido lenta, pero eficiente y suave, sin el típico "clonk" que ttodos esperábamos. Luego hemos esperado que la autoridad del puerto nos sellara los pasaportes para poder entrar en argentina. Luego nos hemos ido despidiendo y poco a poco abandonando el buque. El comandante ya se despidió anoche entregándonos un certificado de haber pasado el Drake, así que ya solo quedaba despedirse.... o más bien emplazarse en los bares de la zona para tomarnos unas buenas cervezas para verlebrar el final de la campaña. Tanto el buque como los científicos como la doctación de Gabriel de Castilla, estamos ya de regreso a España, así que nada mejor que celebrarlo.

Cada cual se ha ido dispersando por los hoteles. Yo he vuelto al Rosa de los Vientos, en el que tan bien nos han tratado años atrás cuando solíamos entrar y salir por Ushuaia. Aunque iba a ducharme, no he podido resistirme a darme un baño. Es poco ecológico por el consumo de agua, pero el cuerpo entumecido, volver a tonificar los músculos, y quitarse definitivamente la capa de suciedad y mugre acumulada en estas largas semanas justifican el baño.

Por la tarde, y en compañía de otros científicos, hemos estado paseando "San Martín arriba, San Martín Abajo". Es la calle principal de la ciudad y donde se reunen todas las tiendas para los turistas que embarcan aquí en los cruceros antárticos, así que poco hay mejor que hacer para pasar un par de horas en la ciudad, por todo lo demás, un poblado de colonos con un antiguo penal como parte de su historia. Después hemos coincicido casi todos los que íbamos en le barco. Ya limpios, peinados, vestidos de calle nos hemos encontrado la práctica totalidad de los que hemos subido en el barco, incluída su dotación. Ha sido divertido y distendido charlar con unos y otros y brindar por el trabajo bien hecho y haber conseguido llegar a buen puerto después de largas semanas de duro trabajo en la Antártida. Mañana vuelvo a casa, así que la cerveza de hoy también era en honor de Manuel que volvió hace unos días, y por cuantos habéis seguido estos apuntes de nuestras aventuras por el sur. Gracias a todos.

M.A. de Pablo

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