sábado, 11 de febrero de 2017

Días de lluvia

Campamento Byers, Isla Livingston, Antártida
11 de Febrero de 2017

Llevamos tres días de perros. No hace más que llover y hacer viento... de una dirección o de otra, pero no deja de soplar. Y la lluvia, a veces chaparrones, a veces un "chirimiri" de esos que no mojan pero calan.... En fín, menos mal que nosotros ya teníamos terminadas todas nuestras actividades en la isla, que si no... 

Hemos aprovechado para ir recogiendo todo nuestro material, bajándolo a la playa poco a poco. Y es que como hay que cargar el material, nosotros siempre dejamos las cajas de material científico en la playa, de donde vamos recogiendo el material que necesitamos, y volviendo a guardar el que ya no se va a usar más. Y es que parece que no, pero cargar 350 metros con baterías, herramientas, cuerdas, sensores,... es todo un trabajazo. Y el resto del día hemos estado organizando los datos y haciendo copias de seguridad. Para que nada pueda hacer que se pierdan los datos...

Ayer por la noche hicimos una cena de confraternización con nuestros colegas búlgaros. Es el segundo año que un pequeño grupo de geólogos (3) se acoplan a nuestro campamento. Y aunque van un poco por libre, aprovechan que estamos nosotros y tenemos generador, para hacer una pequeña campaña de investigación por la península. Normalmente ellos cenan en su tienda de campaña, pero ayer los invitamos para charlar, comentar la campaña, y reírnos entre bromas, chistes y anécdotas, y claro, todo en inglés. Lo pasamos fenomenal y conseguimos subir la temperatura del iglú bastantes grados y sin calefacción.


Cena de confraternización de 9 españoles, 1 holandés y 3 búlgaros en el campamento Byers

Ya cansados nos vamos a dormir, porque mañana es el día del desmontaje del campamento. Tenemos que estar todos, técnicos y científicos, dedicados a recoger todo el material, llevarnos la basura que hemos generado, desmontar algunas de las tiendas de campaña,... y es que el lunes de madrugada nos vienen a buscar para cerrar el campamento. Da un poco de pena. Llevamos 15 días y aunque se echa de menos una buena ducha caliente, la ropa limpia y seca, y dormir en una cama, la verdad es que en Byers se vive muy bien, y es un lugar fantástico y privilegiado que solo unos pocos podemos visitar cada año. En fín, todo lo bueno se acaba... A dormir que mañana será un día agotador.

M.A. de Pablo

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