Ya pasadas lasfiestas de Nochevieja y Año nuevo, hoy hemos realizado la última de las ascensiones a nuestra zona de estudio en Crater Lake. Y ha sido una ascensión un tanto particular, porque hemos aprovechado la energía del desayuno para ascender primero más allá, hasta la parte alta de las laderas de las montañas que rodean la isla, en la falda del monte Kirkwood. El propósito ha sido tomar fotos panorámicas de toda nuestra zona de estudio desde una posición elevada con el fin de poder usarlas dentro de un Sistema de Información Geográfica en el que pretendemos ir integrando todos nuestros datos. Algo así como hacer una foto de satélite, pero desde un punto alto en vez desde muy arriba en la órbita de la Tierra.
La ascensión ha sido corta, pero relativamente dura, especialmente porque a medida que ganábamos altitud, la nieve estaba muy dura y hemos tenido que ir aprendiendo del comandante de la base, que nos acompañaba, junto con uno de los cocineros, el uso apropiado de las raquetas de nieve en zonas de muy alta pendiente y suelos helados... Una aventura que hemos conseguido resolver con éxito alcanzando un risco con vistas fantásticas de la zona de estudio.
Vistas de nuestra zona de estudio (llanura nevada en primer término), y de parte de la isla Decepción
Una vez tomadas las fotografía hemos descendido hasta nuestra zona para reponer, ahora ya sí, todos los sensores de temperatura de nuestras estaciones de medida, dejando así todas ellas lista par aun nuevo año de mediciones... Esperamos que todos funcionen correctamente y el año que viene podamos estar de nuevo por estas tierras heladas (esperemos que menos nevadas) del Sur. Y con esto acabamos nuestro trabajos fundamentales en isla Decepción.
Y es que este año ha sido un poco peculiar por toda la nieve que se ha acumulado, incluso para estas fechas tan tempranas, en nuestra zona de estudio. De hecho podríamos decir que este ha sido el año de las raquetas de nieve y del palear y palear... perol hemos hecho con la inestimable ayuda de la dotación de la base. La verdad es que se agradece todo el esfuerzo que han estado poniendo para que nosotros pudiéramos sacar adelante la mayor cantidad de trabajo posible. Aunque no podemos decir que hemos concluído con un 100% de éxito, hemos realizado la inmensa mayoría de las tareas. De hecho, si no fuera porque nos han asignado una campaña en Isla Decepción demasiado temprana, habríamos podido medir el espesor de la capa activa (esa parte superior del suelo que se congela en invierno y se descongela en verano). Pero bueno, estas cosas pasan. Y después del desastre de Byers del año pasado en el que no pudimos ir y hemos perdido unos 2 años de datos, ésto es un mal menor. Y es que en la ciencia antártica, uno debe adaptarse a la logística, a las condiciones climáticas, a la escasez de tiempo,... Pero a pesar de todo, los que decidimos querer trabajar en estas condiciones sabemos a lo que nos exponemos trabajando en la Terra Incognita Australis. Y a nosotros nos ha picado el gusanillo antártico.
M.A. de Pablo
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