Anoche ya apuntaba maneras, y por la noche se desató el castigo de Eolo y el viento ha sido tremendo toda la noche. Las tiendas de campaña se doblaban, zumbaban y crujían azotadas por el viento... Para algunos fue una noche difícil para conciliar el sueño, pero para otros fue un placer sentirse calentito en el saco (en los sacos de dormir, en plural, porque dormimos en un saco dentro de otro para no pasar frío) mientras fuera azota el viento.
Por la mañana se dejaron ver los primeros desperfectos en las tiendas de campaña: telas rajadas y varillas rotas. Nada que Curro e Iñaki, los magníficos técnicos de montaña que llevan el campamento este año, no pudieran solventar en un ratito de trabajo.
Y es que se están cumpliendo las previsiones meteorológicas para hoy. Fuertes vientos por la mañana y algo menos duros por la tarde. Así que pasamos la mañana trabajando en el iglú de vida, y por la tarde aprovechamos para bajar a la playa casi todo el material científico que nos queda en el iglú laboratorio. Luego aprovechamos que hace un tiempo "menos malo" para dar un corto paseo por la playa haciendo balance de esta segunda fase de la campaña, y preparar las últimas tareas que nos quedan para mañana.
Ya con la calma, cenamos y nos vamos a acostar, hoy sin la preocupación de que el viento nos de sorpresas. Mañana será un día de trabajo bajo la lluvia, pero esa será otra historia...
M.A. de Pablo
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